El gobierno de López Obrador no sólo está lleno de contradicciones: gestionarlas es uno de sus sellos. El problema es que Víctor Toledo y sus colegas en Semarnat han elegido ignorar muchas de esas contradicciones y conciliar en todas, cuando deberían exacerbarlas para que se resuelvan en favor del medio ambiente y de quienes padecen a los depredadores
Twitter: eugeniofv
La semana pasada se filtró un audio del titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Víctor M. Toledo, en el que advertía de que “no hay que idealizar a la Cuarta Transformación” porque está llena de contradicciones. Las afirmaciones de Toledo, en realidad, no deberían de sorprender a nadie -y esas contradicciones no deberían escandalizar al secretario.
Como ha dicho una y otra vez Gibrán Ramírez Reyes, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador no sólo está lleno de contradicciones: gestionarlas es uno de sus sellos. El problema es que Toledo y sus colegas en Semarnat han elegido ignorar muchas de esas contradicciones y conciliar en todas, cuando de lo que se trata es más bien de exacerbarlas para que se resuelvan en favor del medio ambiente y de quienes padecen a los depredadores.
Según ha explicado Ramírez Reyes en muchas ocasiones, gobiernos como el de López Obrador son especialmente conscientes de las divisiones que rompen sus países y buscan resolverlas de forma que favorezcan a los menos privilegiados del momento. Hacerlo con éxito, en su óptica, no es fácil si no se gestionan adecuadamente y nada más se exacerban. Por eso buscan incorporar a sus propios gobiernos a representantes de cada bando, de forma que esas contradicciones se resuelvan en forma pacífica, controlada por quien ocupa la presidencia en ese momento. Eso es lo que ocurre ahora entre el ala izquierda y campesinista de la 4T y los representantes de los grandes agroindustriales.
Sacar al campo del círculo vicioso de los agroquímicos, alejar al país de la agroindustria y acercarlo a la agroecología, hacer de la producción rural un factor de restauración del paisaje y no de su depredación, es clave para el desarrollo nacional, como ha señalado una y otra vez Toledo. Lograrlo no es políticamente sencillo, porque los intereses agroindustriales son poderosos y cuentan con un apoyo nada desdeñable. La forma de resolver esa contradicción en el gobierno de la 4T ha sido incorporar a representantes de ambos bandos al Ejecutivo y darles espacio para presentar propuestas y operar, siempre dentro de ciertos márgenes marcados por López Obrador.
Así se explica la presencia de un campesinista como Víctor Suárez en la secretaría que dirige un representante de la agroindustria como Víctor Villalobos. Lo mismo da cuenta de la contradicción aparente de incorporar al mismo gabinete que alberga a Villalobos y Alfonso Romo a alguien con una trayectoria tan importante en organizaciones campesinas y en defensa del territorio como la secretaria de Bienestar, María Luisa Albores.
El problema con la posición que han asumido Toledo y quienes trabajan con él en Semarnat es que, en un entorno marcado por la gestión de contradicciones, ellos se plegaron en la mayor parte de los temas y en el único que parece importarles -el de la agroecología- se sorprenden de la oposición interna. Mientras tanto, Alfonso Romo y Villalobos van listos para todo y trabajan a todo trapo por imponer un modelo de desarrollo agrícola en el que la producción quede en manos de los industriales y a los demás se les trate como asunto de Bienestar.
Toledo no parece haber entendido que lo que le toca hacer no es conciliar -ésa es tarea del presidente-, sino exacerbar las contradicciones con habilidad y construir un bloque lo suficientemente fuerte como para obligar a López Obrador a resolver esas contradicciones a su favor y a favor de los campesinos del país. Su trabajo y su responsabilidad es dejar al presidente sin más opción que respaldar la prohibición del glifosato, fortalecer Sembrando Vida como gran motor de la transformación del campo y poner un alto a Romo, Villalobos y sus aliados.
Quizá esta ventana al interior del gobierno federal sirva para que Semarnat asuma de una vez por todas el rol que le corresponde en un gabinete así, para que de una vez por todas se atrinchere en defensa del medio ambiente, de quienes son sus guardianes, y de la legalidad que tanto costó construir.
Consultor ambiental en el Centro de Especialistas y Gestión Ambiental.
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