27 octubre, 2022
Personas migrantes originarias de Venezuela varadas en esta frontera instalaron un campamento al aire libre a la puerta de Estados Unidos, desde donde imploran asilo al gobierno de Biden
Texto y fotos: Blanca Carmona / La Verdad
CIUDAD JUÁREZ.- Casas de campaña, cobertores sostenidos con palos de madera, colchonetas y hasta cobijas puestas sobre pedazos de cartón se fueron colocando poco a poco junto al bordo del Río Bravo, caudal que marca el límite entre México y Estados Unidos. Se trata de un campamento improvisado por migrantes venezolanos expulsados por el gobierno de Joe Biden por esta comunidad fronteriza.
Además de su refugio al aire libre, las personas originarias de Venezuela que han sido expulsadas por Estados Unidos consideran este espacio como una muestra de resistencia pacifica en demanda de asilo político.
Se quedaron varados en esta frontera luego de que el pasado 12 de octubre el gobierno de Joe Biden modificó la política migratoria para los ciudadanos procedentes de ese país sudamericano.
“Es la manifestación más grande de venezolanos en Ciudad Juárez pidiendo una respuesta (al gobierno de Biden), pidiendo que se manifiesta el Papa, que se manifieste la ONU, la OEA, todo pacíficamente porque el venezolano es bueno, el venezolano lo que quiere es paz, pero también queremos trabajar y no volver a esa dictadura”, dice Jesús David Lara.
Él es uno de los mil 887 venezolanos que de acuerdo con el Instituto Nacional de Migración han sido expulsados por esta comunidad hasta el 25 de octubre.
“Mientras no tengamos una respuesta aquí va a ser nuestro hogar, porque necesitamos que nos den una respuesta, porque nos dijeron vengan que la frontera esta abierta y los vamos a recibir, les vamos a dar un asilo de refugiados, pero se nos cerró la frontera”, afirma a unos metros del territorio estadounidense.
Aunque desde hace días los venezolanos se mantenían en el lugar, el bordo del río Bravo tomó forma de campamento luego de que la tarde de este 25 de octubre, autoridades del Consejo Estatal de Población (COESPO), acompañados de elementos de la Guardia Nacional, que portaban armas de fuego largas, los desalojaron de los espacios exteriores del Centro de Atención Integral al Migrante (CAIM) y del exterior del centro de salud Todos Somos México, con el argumento de que obstruían la entrada de las ambulancias, aunque ahí se brinda solo atención médica de primer nivel, es decir, no hay hospitalizaciones.
Dirving García, coordinador del programa de Atención a Migrantes de esa dependencia y guardias nacionales caminaron entre los venezolanos apostadas en el área pública para solicitarles que se retiraran de ese lugar, esto se pudo atestiguó.
“Nos están forzando a movernos, pero igualito tenemos que estar allá abajo (frente a las carpas de la Patrulla Fronteriza), no tenemos que estar aquí arriba no estamos haciendo ninguna presión, la presión la deberíamos hacer allá abajo frente a Migración todos juntos” dijo uno de los migrantes mientras cargaba su casa de campaña para acomodarse junto al Río Bravo.
Los migrantes se trasladaron al bordo, justo frente a la frontera estadounidense, a la altura de donde la Patrulla Fronteriza colocó hace semanas carpas y asignó personal para recibir a los migrantes que cruzan y se entregan en busca de asilo. Algunos fueron canalizados a algunos albergues que habilitaron espacios adicionales a su capacidad para recibirlos, pero la mayoría están saturados.
Algunos de los venezolanos entrevistados dijeron que desde el martes temprano limpiaron las márgenes del Río Bravo donde se apostaron e iniciaron una vigilia pacífica en demanda de que el gobierno de Joe Biden les de asilo político o refugio, porque ahora en Venezuela son considerados traidores a la patria y de regresar les espera la cárcel con sentencias de 5 a 15 años, solo por buscar un mejor futuro.
“No podemos volver a esa dictadura” afirma Jesús David.
Ese tramo del bordo fronterizo se convirtió en un campamento al aire libre en el que decenas de hombres, mujeres e infantes sobreviven en condiciones deplorables tras ser expulsados de Estados Unidos a través del Título 42 – norma establecida durante la gestión de Trump y mantenida por el actual gobierno de Biden con un argumento de salud pública–. Ahí las personas permanecen hacinados en carpas de campaña que les donaron o bajo colchas sostenidas con palos y piedras, expuestos a temperaturas frías que por la temporada otoñal han descendido hasta los cuatro grados centigrados.
En el piso del lugar, los venezolanos formaron la palabra ‘SOS’ con piedras, algunas pintadas en azul. Además, escribieron mensajes en dos mantas, en las que se lee: “Joe Biden Venezuela te necesita” y “SOS. Presidente Joe Biden somos de la dictadura de Venezuela. The Good ones are more”.
Los venezolanos dijeron que la opción que habilitó el pasado 12 de octubre el Gobierno de Estados Unidos, para recibir a los ciudadanos de Venezuela, es prácticamente inviable porque la mayoría de ellos no puede reunir los requisitos, empezando por contar con un pasaporte, pues el costo es muy elevado considerando su condición económica. Les cuesta 225 dólares bolivarianos (9 mil 506 pesos), pero ellos ganaban 25 dólares mensuales en su país.
“Sacar un pasaporte es casi imposible es algo que cuesta muchísimo dinero, si no hay para la comida, mucho menos para un pasaporte y esa es una de las condiciones que coloca Estados Unidos”, comenta Alejandra Flores.
Contar con un patrocinador en Estados Unidos también es un requisito difícil de cumplir, aseguran.
“Es como el refrán que dice que tiene la mamá, pero la tiene muerta” explica Alejandra. “Una baina, como que a usted le dijeron pase, pero hay cien mil trabas para poder llegar allá”.
“En realidad algunas personas no contamos con ese personaje allá que nos vaya a brindar ese apoyo entonces en realidad es como una piedra es nuestro camino, es un no. Queremos que pacíficamente nos colaboren, nos ayuden y entienda nuestras necesidades ya que el presidente Maduro nos está amenazando a los venezolanos que regresen van a ser detenidos, van a ser juzgados allá por la ley”, señala Rafael Páez.
En el lugar, personal del Instituto Nacional de Migración (INM) empezó a repartir a los migrantes un folleto informativo titulado “Proceso para venezolanos”, donde se explica cuáles son los pasos a seguir para entrar legalmente a Estados Unidos, bajo las reglas impuestas el pasado 12 de octubre.
En el campamento hay niños y mujeres, así como hombres quienes siguen recibiendo ayuda de los juarenses y de paseños cruzan para compartirles comida y ropa.
Los venezolanos dijeron estar agradecidos por estos gestos y pidieron a los fronterizos que les donen casas de campaña y cobertores para poder protegerse de las bajas temperaturas que se registran en la región, principalmente en las noches y madrugadas.
*Esta nota fue realizada por LA VERDAD, parte de la alianza de medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes leer la original.
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