Una Navidad excepcional, un Salvador para el mundo

28 diciembre, 2024

Diciembre 18, 2024, Antiguo Cuscatlán, El Salvador: Un almanaque con fotografía del presidente Nayib Bukele decora un local de pupusas, la comida típica salvadoreña. Este local fue nombrado por el Presidente como la mejor pupusería de El Salvador. Foto: Igor Wagner

De día el sol calcina los pocos turistas que atraviesan la plaza, de noche se encienden cientos de luces que adornan un árbol de Navidad gigante. Las calles que lo rodean son para pasear y no para vender. Al Centro Histórico de San Salvador parece que lo hubieran construido ayer: las baldosas están relucientes y los árboles por crecer. No hay ningún indicio de historia más que la de los últimos años. Es un centro que podría ser el de cualquier ciudad y de ninguna a la vez. Es el único posible en El Salvador de Bukele

Texto: Igor Wagner y Constanza Cetraro

Foto: Igor Wagner

EL SALVADOR. – Aquí se encuentra la Biblioteca Nacional, de 7 pisos, que fue construida con financiamiento del Gobierno de China e inaugurada cerca de la Navidad pasada junto al embajador de ese país. Este es el gran ícono de la gestión Bukele y fue erigida en el mismo lugar de la histórica biblioteca. Desde su techo y el del Palacio Nacional, por ejemplo, los francotiradores dispararon hacia las multitudes que habían ido a la misa por el fallecimiento de Monseñor Óscar A. Romero en 1980. La estatua de este mártir de los pobres, que hasta hace poco estaba al costado de la misma Catedral, fue removida por el Gobierno y rescatada por la Universidad de El Salvador. Hoy se promete allí un flamante paseo, en un espacio perteneciente a la única casa de estudios pública del país, que permanece sin fondos completos desde 2022.

Diciembre 21, 2024, San Salvador, El Salvador: Vista aérea del renovado centro histórico de la capital San Salvador, decorado para la temporada navideña con un árbol gigante y luces temáticas. Foto: Igor Wagner

El modelo Bukele

El Salvador es conocido hoy en el mundo por la política de encarcelamiento masivo de pandilleros –e inocentes– (80 mil desde marzo de 2022) y por disminuir abruptamente la tasa de violencia homicida. Esas cifras respaldan, desde México hasta Argentina, a los diferentes gobiernos que hablan del éxito del modelo Bukele. Para algunos defensores de los DDHH, estos resultados opacan los métodos no transparentes y arbitrarios empleados para llegar a ellos. Advierten que se abre camino, una vez más, al autoritarismo en el país centroamericano. Nayib Bukele fue reelegido en 2024 con un marco de apoyo popular del 84%. Al mismo tiempo, desde el 27 de marzo de 2022, El Salvador vive bajo un régimen de excepción. Aunque el Gobierno prometa así un Estado más eficiente, habilita también no tener reglas claras. Es lo que permitió su reelección, aunque la Constitución lo prohíba explícitamente.

— Antes pensabas hasta qué marca de ropa ponerte, por si te identificaban como de la pandilla contraria. Era impensado ir al centro de noche. —

Es domingo y Jonatan viene de hacer ejercicio en Parque Bicentenario. Hay sendas nuevas para correr y andar en bicicleta. Cuando atardece, funciona un cine al aire libre entre los árboles.

— La próxima vengan a esta zona de noche, se llena de gente que viene a caminar. Estuvimos mucho tiempo encerrados. —

En una parte más alta de los parques, hay una fuente enorme. Los chicos cruzan de un lado a otro por una pasarela y el viento hace salpicar los chorros que suben. Ahí solía estar el Monumento a la Reconciliación, que conmemoraba el fin del conflicto armado. Dice Jonatan que desde entonces ni la izquierda ni la derecha pudieron solucionar la inseguridad. Había que empezar de cero y hacer algo diferente.

Diciembre 14, 2024, Antiguo Cuscatlán, El Salvador: Dos mujeres caminan al anochecer por las calles de Antiguo Cuscatlán, en las afueras de la ciudad de San Salvador. Foto: Igor Wagner

El día a día

En San Salvador, abundan los centros comerciales. El tránsito alrededor es infernal. Cruzar una calle es una odisea. Hay mega autopistas, rotondas, pero casi no hay pasos peatonales ni semáforos. Mucho menos veredas y sombra. Según el GPS, de un parque a un museo se llega en 7 minutos en auto y en 55 si es a pie. Los separan 10 cuadras que pocos pueden atravesar porque en el medio hay un barrio privado. “Pídase un Uber”, es la respuesta de cualquier policía de tránsito o vecino.

Para ir a la playa o al volcán, atracciones populares de la ciudad de San Salvador, hay buses y son baratos. Pero puedes estar esperando, que nunca llegue y… tener que hacer dedo o pedirte un Uber. Así, entre las 16 y las 19, los caminos son imposibles. A las 20 ya no pasa el bus. Bares y restaurantes siguen abiertos, sobre todo en las colonias más lejanas y acomodadas. Por lo tanto, los precios son acorde a quienes residen o pueden rentar algo en esas zonas.

— Una amiga alquila un monoambiente en Antiguo Cuscatlán y por mes paga 1500 dólares. Es casi como en Nueva York — nos cuenta un amigo, que tiene la suerte de quedarse en la casa de sus padres en Santa Tecla, una zona residencial, a unos kilómetros del centro. En definitiva, no solo el boomturístico de El Salvador es para quien puede pagarlo, el día a día también.

Diciembre 21, 2024, San Salvador, El Salvador: Parada de autobús en el centro histórico por la noche. El último autobús que pasa es a las 20hs. Foto: Igor Wagner

Lo público debe ser mejor que lo privado

Bukele cree que lo público debe ser mejor que lo privado. Lo dijo al asumir su segundo mandato. En el primero, lo expresó con el CECOT –la megacárcel–, el hospital construido en tiempo récord para la pandemia, la BINAES –la megabiblioteca– y las múltiples obras de infraestructura que se hacen presente a donde vayas. El presupuesto nacional prioriza la Dirección de Obras Municipales, así como refleja el incremento del rol de las Fuerzas Armadas en la seguridad interna.

A ese Estado fuerte, visible, también lo quiere eficiente. En él, “el orden” también se impuso. El presupuesto para el 2025 es el más pequeño presentado por Bukele. En concreto, el aumento en Defensa y en Presidencia será del 20% y del 24%, mientras que Educación y Salud contarán con 2.2% y 7.3% menos que en 2024. Las varias transformaciones institucionales que se realizaron, según estudios, han contribuido a la concentración del poder y a la reducción de los contrapesos al Ejecutivo. Entre 2019 y 2024, más del 60% de los decretos le trasladaron competencias y el acceso a la información pública se ha restringido.

El dinero alcanza cuando nadie roba, recuerda un Bukele estampado, que se repite en todas las tiendas de souvenirs de Ataco –pequeño distrito en el corazón cafetero–. Es uno de los paseos que los Buses Alegres, del Instituto Salvadoreño de Turismo, incluyeron hace poco en su recorrido.

Barridas las divisiones territoriales ocasionadas por el accionar de las pandillas, el Estado se ocupó de las administrativas. En 2023, la llamada Ley Especial Para la Reestructuración Territorial Municipal, reagrupó los 262 municipios del país en solo 44. Esta centralización ahorra recursos públicos y controla su uso, de la mano de las acusaciones de corrupción hechas por Bukele a las alcaldías. Antes cada una recibía su propia partida presupuestaria. Ahora, hay solamente una localidad cabecera que recibe la totalidad del presupuesto municipal, pero sólo un poco más de lo que le asignaban antes.

En las elecciones celebradas luego de esta reforma, los dos partidos tradicionales ARENA y FMLN perdieron alcaldías. Nuevas Ideas –el oficialismo– se quedó con casi dos tercios de ellas, aunque si se cuentan los votos obtenidos, apenas superan el tercio. Es decir que, sin la reforma, los números le alcanzarían para gobernar menos territorio.

Diciembre 21, 2024, San Salvador, El Salvador: Vista aérea de la calle principal del centro histórico de San Salvador decorado para la temporada navideña. Cientos de locales y turistas caminan durante el día y la noche por sus calles. Foto: Igor Wagner

¿Se puede estar en contra de Bukele?

El Salvador, que se posiciona como enclave turístico en la región, presenta sus paisajes y escenarios naturales como principal atracción. Sus más de 20 volcanes son muy visitados en esta época del año. Un día antes de Nochebuena, la Asamblea Legislativa derogó la ley que prohibía la minería metálica en el país desde 2017. Organizaciones ambientales y sociales denuncian la falta de análisis técnico sobre el impacto que esta actividad tendría, y el escaso debate con la sociedad civil.

Uno de los pronunciamientos es el de la Iglesia Católica, que se para como un actor crítico al modelo Bukele desde el comienzo. El padre Juan Vicente Chopin es uno de los que ha denunciado la medida, como lo ha hecho otras veces: “las personas saben que están caras las verduras, pero son distraídas por las luces” o diciendo que el problema de las pandillas está contenido pero, en el fondo, no está solucionado.

En los momentos más duros de la historia de este país, una parte de la Iglesia Católica fue una voz central en favor de los derechos humanos y la justicia social. Sacerdotes daban la eucaristía incluso en los campamentos guerrilleros del Oriente durante el Conflicto Armado Interno (1980–1992). Entre los religiosos asesinados, está el mártir de los pobres San Romero de América. Como Arzobispo de San Salvador, sus homilías, discursos en radio y notas periodísticas son referencia para muchos que aún hoy afirman que Jesús pasó por El Salvador.

La Universidad de El Salvador se niega a morir, es la consigna de una protesta, fotografiada en blanco y negro. Fue tomada en una de las esquinas de la antigua Plaza Libertad en el Centro Histórico, zona que estos días está convertida en aldea navideña. El movimiento estudiantil es otro de los actores que el 23 de diciembre se manifestó contra la ley minera. Además, la UES viene reclamando estar en crisis financiera desde 2022 y, según su rector, el gobierno nacional le debe más de $40 millones de dólares.

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Diciembre 18, 2024, San Salvador, El Salvador: Una mujer camina frente al mural en homenaje a Monseñor Óscar A. Romero en el Hospital Divina Providencia, lugar dónde vivía y fue asesinado. Foto: Igor Wagner

«Cuando se pudre una parte de un tomate y lo tirás, siempre se va alguna otra que todavía estaba bien. Pero evitás que se echen a perder los demás tomates. Yo me fui a vivir a México por la inseguridad y una vez que Bukele terminó con ella, decidí volver a vivir aquí».

Son las 9 de la noche esta pequeña pupusería del Centro Histórico está llena de clientes. Es la favorita de este joven.

Más allá de la memoria reciente de las pandillas, hay otros procesos anteriores que han quedado latentes. Mientras algunos mantienen el recuerdo de un país en conflicto, otros quieren pasar de página sin importar los actos simbólicos pendientes o las reparaciones necesarias a víctimas civiles. — No es que el gobierno quiera hacerlo, sino que mucha gente no quiere saber nada con eso. Entonces pasa a ser parte de su estrategia no involucrarse en las discusiones alrededor de ese capítulo — nos cuenta un investigador del Museo de la Palabra y la Imagen.

Hay quienes piensan que fue una mala decisión que el histórico Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional echara a Bukele de su partido. Si hoy ambos formasen parte del mismo gobierno, la derecha estaría derrotada. Con eso, creen que se podría llegar a las transformaciones sociales profundas por las cuales se peleó.

Los orígenes políticos del presidente no condicionan su accionar pragmático. La historia tampoco. ¿Qué nueva era empieza para El Salvador y para sus imitadores?

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