Una frontera en la orilla del agua

25 noviembre, 2024

La lucha de los pueblos de San Salvador Atenco padeció su más trágico episodio una noche de mayo en 2006, cuando más de 700 elementos de la Policía Federal Preventiva y 1,815 policías municipales llegaron a las comunidades armados y dispuestos a matar. Desde aquel fatídico día las comunidades han sido objeto de persecución y estigma por señalar irregularidades e injusticias de los proyectos para la región del acuífero de Texcoco

Texto: Ricardo Balderas / PODER

Foto: Ricardo Balderas y Duilio Rodríguez / Archivo

SAN SALVADOR ATENCO – Aquella noche de mayo, cambió la vida de todo el pueblo para siempre. Era de madrugada cuando las botas y el sonido del metal se apoderaron de la tranquilidad de una pequeña localidad al nororiente de la Ciudad de México, Atenco. Un poblado con poco más de 75 mil habitantes que se encuentra, como su nombre en Náhuatl indica, a la orilla del lago de Texcoco, en el Estado de México.

Tras un conflicto entre las autoridades y comerciantes de flores, la madrugada del 4 de mayo de 2006 (bajo el mandato del Presidente panista Vicente Fox y la gobernación priista de Enrique Peña Nieto) fue tomada la municipalidad de Atenco por más de dos mil policías federales y municipales, que tenían como objetivo acallar a toda costa las protestas que contaban con el apoyo del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), exigiendo junto a los floristas su derecho a la ciudad.

El resultado fue devastador. Dos personas asesinadas, 2017 detenciones ilegales y al menos 26 agresiones sexuales en contra de mujeres de la comunidad. Tortura y abuso a manos de policías que, hasta el día de hoy, se mantienen en total impunidad. Después de aquella madrugada nada volvió a ser igual para quienes defienden el territorio en esa región. 

Para Ignacio del Valle, del Frente de Pueblos, la revolución ahora es permanente. Cuenta que lo aprendió de su padre y de sus hermanas; defender las causas nobles y no agachar la mirada ante el gobierno era una práctica de cuna. 

—Manejas muy bien el lenguaje de la revolución ¿Cómo lo aprendiste?

—Yo recuerdo que mi padre me habló de su hermano Odilón del Valle. Él fue el hijo mayor de tres hermanos (Odilón, Ricardo y Miguel). Mi padre decía que quería mucho a su hermano y lo veía beber y llorar. Cuando le preguntaba por qué del llanto, era muy difícil para él y le gritaba a mi madre que quitara. Estaba prohibido llorar. Y yo no sabía por qué. 

—Cuando me toca entrar a la secundaria, en Texcoco no había opciones (1972). Pero yo soy de una familia con 8 hermanos, entonces, a la mayoría de ellos les tocó vivir el tema del 68 (la masacre de Tlatelolco). Entonces cuando me toca entrar a la secundaria decido entrar a una cercana a Chapingo. En ese lugar fui jefe de grupo y me llegan los boletos de información sobre las corretizas a las que los policías sometían a los estudiantes. Eso lo corroboré con mis hermanas que estudiaban en Chapingo. Era un ambiente peligroso y el movimiento Cubano me inspiraba. 

Ya como adulto, Ignacio se rodeó de personas con un pasado similar al suyo. Herederas y herederos del reparto agrario de Lazaro Cárdenas, los habitantes de Atenco llevan desde 1929 enfrentándose a la vorágine empresarial y al Gobierno, a quienes les preocupa más tener un vuelo lleno que el agua para los pueblos. 

Así conoció a Trini Ramírez y Hortensia Ramos, mujeres que como sus hermanas, están interesadas en el bien común para el pueblo que les vio crecer. Mujeres que conservan tradiciones y comparten saberes con su comunidad. Así, en un estado casi de persecución perpetua, crecieron los tres.

La frontera con el agua 

Uno de los primeros y más notorios eventos ocurrió en 2001, cuando el gobierno de Vicente Fox, a través de la Secretaría de Desarrollo Social, intentó expropiar tierras de los pobladores de Atenco para la construcción de un aeropuerto en la región. Esta decisión generó una fuerte resistencia por parte de los habitantes, quienes se organizaron en el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT). La lucha culminó en mayo de 2006 con un violento desalojo por parte de las fuerzas federales y locales, conocido como «La masacre de Atenco», que dejó varios muertos y numerosos heridos.

En el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012), debido en gran medida a la presión internacional de 11 Premios Nobel, ocurrió la liberación de 12 presos políticos por la trifulca tras lograr comprobar que las detenciones fueron en contexto de tortura. A pesar de ello, las tensiones con Atenco no desaparecieron, y la región siguió siendo un símbolo de resistencia. No fue hasta el gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018) que se reactivaron las agresiones y los conflictos con Atenco, principalmente por  reactivar el proyecto del aeropuerto.

El proyecto desató criticas donde activistas, personas defensoras del territorio y hasta periodistas se solidarizaron con los pueblos y se comenzó con la campaña #YoPrefieroElLago con la que, tras la victoria del partido Morena, se logró el desistimiento de construir el NAICM y el Gobierno de México anunció la suspensión de las obras el jueves 3 de enero de 2019.  

Seis años después de esa cancelación, la barda de concreto del cancelado NAICM continúa separando a Trinidad Ramírez, Hortensia Ramos e Ignacio del Valle, integrantes del FPDT, de sus labores como guardianes del agua.

Se trata de la barda perimetral de lo que el Gobierno de México califica como Zona Federal Lago de Texcoco (ZFLT). Con una extensión de más de 14 mil hectáreas de parque, los accesos para las personas que viven en Atenco están bloqueados. El tiempo les obligó a poner en común los aprendizajes de sus ancestros sobre el cuidado de la tierra, por que dicen: “alguien tiene que conservar la lucha”. La preocupación no es cualquiera.

La defensa de aquellas tierras de Atenco colindantes con el lago de Texcoco lleva, al menos, 20 años en disputa con el poder empresarial y el Gobierno Federal que les arrebata de a poco las parcelas y los prados que sus ancestros cuidaron con recelo.

El Proyecto Ecológico Lago de Texcoco (PELT), al que se refieren las comunidades afectadas, se integra por un conjunto de acciones que permiten dirigir el desarrollo de la zona hacia un enfoque sustentable, y con ello mejorar las condiciones y oportunidades de vida de los habitantes de la región, según lo argumentan las autoridades. 

Sin embargo, integrantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) no están totalmente de acuerdo con esa descripción y acusan que las autoridades están impulsando un proyecto donde sólo los ricos pueden tener acceso.

Iñaqui Echeverria: el hombre detrás del desastre

De diciembre del 2019 a agosto de 2024, el Gobierno de México erogó casi mil millones y medio de pesos (1498637895.39) en la construcción del Parque Ecológico Lago de Texcoco, según la información reportada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en su portal de Compras Públicas (Compranet) y analizada por PODER.

En total, la administración Obradorista ejerció 109 contratos públicos: 18 fueron licitaciones públicas, 24 por invitación a cuando menos 3 personas, 10 contratos entre entes públicos, 53 adjudicaciones directas y el resto (4 contratos) por otras modalidades derivadas de las anteriores. Es decir que las compras sin concurso fueron la práctica más común de todo el PELT. 

Otra cuestión crítica para el sistema de contrataciones es que José Ignacio “Iñaki” Echeverria Gutiérrez, Director General del Parque Ecológico  Lago de Texcoco, es señalado por presunto conflicto de interés por el FPDT. 

Según las narraciones, el funcionario del PELT, habría contratado a la empresa de su cuñado, Alejandro Feliciano Calzada Prats (Calzada Construcciones S.A. de C.V.), para realizar trabajos de drenaje pluvial en el Parque Ecológico. Sin embargo, la realidad es más compleja. 

La empresa en cuestión se encuentra enlistada en la nueva plataforma federal de contratos relacionados con el cancelado Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), es decir, el proyecto anterior al PELT. 

En ese contexto, la firma Calzada Construcciones S.A. de C.V., junto a la empresa Dragados del Sureste fueron ganadoras en el concurso que tenía como objetivo mejorar “temporalmente” el sistema de drenaje del proyecto priista. Tras la cancelación del aeropuerto, la obra del NAICM quedó suspendida y la empresa no tuvo condiciones para terminar los trabajos. 

Por otra parte, el actual director del PELT Iñaki Echeverria fue designado para ese cargo el primero de enero del 2022. Es decir, dos años después de que la firma de la familia Prats realizara un trámite de reasignación de poderes otorgados por la sociedad mercantil (septiembre de 2019). Por lo tanto, José Ignacio (Iñaki) Echeverria no operaba como coordinador del PELT cuando se tomó la decisión de cancelar el aeropuerto, y por otro lado la empresa, para cuando él tomó las riendas del PELT, ya no era propiedad de su excuñado.

Sin embargo, sí podemos asegurar que la exfamilia del funcionario tiene las manos en el proyecto desde que el PRI tomó la decisión de construir un aeropuerto en tierras campesinas. También sabemos, gracias a la plataforma QuiénesQuién.wiki desarrollada por PODER, que la empresa del ex cuñado de Echeverria tiene, además, contratos con Pemex y el Gobierno de Tabasco por una suma de 7 mil millones de pesos concursados de 2004 a 2021. 

Descargue aquí la digesta de contratos de la base de datos de COMPRANET.
Vista aérea del lago Nabor Carrillo en Texcoco, en donde se contruyó un andador para visitantes al parque. Foto: Duilio Rodríguez

Ignoran advertencia del CONAHCYT

Por si las malas prácticas en contrataciones públicas y el desastre de gestión hídrica que costó la destitución de Francisco Ramón Thomas Pérez, director de construcción del Parque Ecológico del Lago de Texcoco, luego del colapso de un muro que ocasionó el derrame de un millón 150 mil metros cúbicos de agua, no fueran suficientes, las autoridades también ignoraron la opinión de los científicos del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (CONAHCYT) respecto a las necesidades previas al proyecto de restauración de la zona. 

PODER tuvo acceso a un informe, hasta este momento confidencial, sobre el Proyecto Ecológico Lago de Texcoco (PELT) desarrollado por académicos de diferentes universidades y pertenecientes al Sistema Nacional de Investigadores (SNI), donde los expertos advierten de la importancia de: no construir en las inmediaciones de la Zona Federal Lago de Texcoco (ZFLT), en tanto no se realicen las investigaciones pertinentes respecto a los índices de contaminación derivada del proyecto del extinto Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM).

Las advertencias jamás fueron tomadas en cuenta y el gobierno mexicano decidió continuar con el PELT. En su apartado de recomendaciones para coadyuvar al proyecto prioritario, las personas investigadoras advierten  que debido a las construcciones del NAICM, la zona sufrió de alta contaminación de la cual se desconocen sus alcances, asimismo advierten que no se debía construir en la zona debido a la inestabilidad.

“Debido a las propiedades fisicoquímicas de los sedimentos lacustres en la zona federal, se recomienda evitar la construcción de cualquier obra civil, dado que estos suelos son inestable (…) se considera que es no recomendable la introducción de vegetación de cualquier tipo, debido a que la alta salinidad en algunas partes no permite el desarrollo de la vegetación arbórea, e incluso, hidrófila.”, cita el documento en manos de PODER.

No obstante las advertencias, las autoridades no han revelado en su apartado de documentación si dichos estudios fueron realizados o no. Y la poca obra civil revelada ya es señalada por fracasar.

Asimismo en el sitio oficial de Carteras de Inversión donde se deben reportar todos los estudios realizados para una obra pública considerada prioritaria, el despacho Centro de Análisis de Programas y Evaluación de Proyectos, S.C.  dirigido por el ciudadano Jerónimo Hernández Hernández, señala que el PELT es la “alternativa adecuada” por motivo de que el NAICM era una peor opción, como argumento para continuar con la obra. 

Otra inconsistencia aparece en la página 97 del documento, donde los académicos aseguran que no debería ser introducida ningún tipo de vegetación; mientras que los documentos del despacho aseguran: “Con el establecimiento de la vegetación se contrarrestará la exposición de suelos salinos a la erosión del viento y las tolvaneras, siendo este un impacto positivo para el desarrollo del proyecto”. También aseguran que incorporarán especies nativas que requieren altas cantidades de agua para su supervivencia.

Finalmente, el documento del Gobierno Federal revela que las personas investigadoras descubrieron que la zona donde se desarrolla el PELT concentra materiales peligrosos.

Descargue aquí el documento confidencial del CONAHCYT  completo.

Guardianes del agua y el futuro de Texcoco

Las comunidades de Texcoco, guardianes de aquel lago, han respondido a estos desafíos mediante la organización de asambleas, ruedas de prensa y protestas. Ahora exigen un diálogo real y una consulta previa que contemple sus preocupaciones (tal y como se sugiere en el documento confidencial del CONAHCYT). Han buscado hacer visible su lucha a través de diversos medios, enfatizando la necesidad de ser parte activa en las decisiones que afectan su vida y entorno.

A pesar de sus esfuerzos, muchas de sus demandas han sido ignoradas, lo que ha incrementado la frustración y desconfianza hacia las autoridades. Este contexto ha llevado a que las comunidades se mantengan firmes en su resistencia. Ahora, el Gobierno de México se encuentra lejano de su compromiso con el proyecto. La falta de inclusión y diálogo sigue siendo el obstáculo a vencer. 

De tal modo que la historia de Atenco se presenta como otro microcosmos de los retos que enfrenta México en la intersección entre el desarrollo ambiental y los derechos comunitarios. En el otro polo de la discusión, la construcción del Parque Ecológico del Lago de Texcoco resulta en un reflejo de las tensiones que surgen en la búsqueda de un equilibrio entre el desarrollo y la justicia social. 

En ese contexto es esencial que el Gobierno de México se comprometa a un diálogo auténtico con las comunidades, garantizando que sus derechos sean respetados y que su conocimiento sobre el territorio sea valorado. La participación activa de los habitantes de Atenco no solo es un derecho humano reconocido. También es parte de una recomendación emitida por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), y una necesidad para alcanzar un desarrollo verdaderamente sostenible y equitativo. 

Aquella frontera de concreto entre lo que fue uno de los lagos más importantes de la región y el pueblo que lleva su nombre, subraya la importancia de escuchar a las comunidades en la toma de decisiones, promoviendo un futuro en el que el progreso y la conservación vayan de la mano, respetando la dignidad y los derechos de las personas que, poco a poco, van perdiendo terreno frente a la vorágine de las empresas disfrazada de progreso. Como dice Ignacio del Valle: “Para lograr un cambio, hace falta más que un buen proyecto. Tienes que meter las manos”.

Ricardo Balderas