En el corazón del centro de Oaxaca un tesoro habita entre las paredes del Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo. Se trata de una de las bibliotecas fotográficas más grandes de América Latina, la colección de fotolibros que alguna vez perteneció a Francisco Toledo y hoy es de acceso libre de lunes a sábado
@maria_efemere
La primera vez que escuché de la biblioteca fotográfica del Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo soñé con vivir en Oaxaca. Me imaginaba pasando algunas de mis tardes ojeando libros y libros llenos de fotos, dejando que las páginas detonaran en mi ideas a partir de las ideas de otres.
He visitado el lugar unas tres veces y cada que voy a Oaxaca trato de pasar porque es un espacio que me recarga de inspiración. Cuentan con aproximadamente 5 mil 500 libros y más de dos mil revistas fotográficas.
El acervo es un regalo del maestro Francisco Toledo para la fotografía mexicana. De su colección personal nació esta biblioteca. Comenzó en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) y en el año 1996 se mudó al Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo (CFMAB) por un tiempo y luego regresó al IAGO.
Hace un año regresó de nuevo al CFMAB. El fotógrafo oaxaqueño Juan Carlos Reyes recuerda que el maestro Toledo siempre lo quiso ahí:
“La intención del maestro Toledo siempre fue que en el Centro Fotográfico estuvieran reunidos el cuarto oscuro, la biblioteca y las salas de exposición. Generaciones de fotógrafos han abrevado muchísimo de la colección. Hay todos los autores que puedas imaginar de todas las corrientes fotográficas, por países, por autores… es una vastedad de libros increíble” cuenta.
A la par en el CFMAB se dan talleres, que la biblioteca fotográfica esté al alcance de los estudiantes hace de la experiencia algo mucho más nutritivo. Quienes han tomado talleres con grandes autores como Graciela Iturbide o Mary Ellen Mark han tenido al alcance la biblioteca. Esto no es cualquier cosa, ver fotolibros es parte de una educación fotográfica completa:
“Se aprende muchísimo. Independientemente de las exposiciones en el centro, hay autores de los que no podemos presenciar sus trabajos en exposición, sea porque no la han traído al país o solamente tienen libros y pocas exposiciones. Esta posibilidad de conocer su obra… digo hoy día el Internet es la mejor solución pero no hay nada como tener un libro en la mano, poder pasar de página en página. Es como si estuvieras recorriendo una exposición. A partir de mirar estos libros se aprende del proceso de edición. No hay nada como poder tener en tus manos un libro de fotografía. Aprende uno mucho y empiezas a identificar estilos. No son guías absolutas, pero sí referentes importantes” explica Juan Carlos Reyes.
La colección ha crecido con el tiempo, gracias a la donación por parte de autores y estudiantes, de personas que consideran el espacio importante y donan sus obras. Encuentras libros de varios países del mundo, también sobre fotografía colectiva, diccionarios de lenguaje fotográfico, de teoría, técnica, erotismo, desnudo y un gran acervo sobre fotoperiodismo.
La biblioteca es cuidada por Andrea Azcona y Sebastián Rojas. Al día limpian al rededor de cien libros, los acomodan y restauran. Abren de 9:30AM a 7:00PM y están pendientes de las peticiones para localizar los temas de interés en su archivo. La consulta es libre y se pueden ver máximo tres libros al mismo tiempo.
Para Andrea Azcona la biblioteca es de gran relevancia tanto a nivel local, nacional e internacional. Es un tesoro de accesibilidad gratuita que dejó el maestro Toledo para quienes amamos la fotografía:
“La biblioteca nos permite entender, en este caso la foto. Esta gran biblioteca que nos dejó el maestro Toledo nos lleva a la investigación, a encontrar el por qué surgió la foto y el momento del auge de la fotografía en México. Nos permite encontrar a fotógrafos, entender sus movimientos, inspiraciones y simbolismo… Aquí pueden venir a empaparse, a entender la fotografía y entender hacia dónde pueden ir” nos compartió Azcona
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Juan Carlos
Dentro de la fotografía oaxaqueña y mexicana el impacto de la biblioteca es grande. En el 88 cuando Francisco Toledo crea el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, se encontraban muchos libros de fotografía. En el 96 con la creación del CFMAB el maestro decide enviar todos los volúmenes de fotografía y se crea la biblioteca ahí mismo. Después la regresa al IAGO. Hace un año cuando cumple 25 años el CFMAB.
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