6 diciembre, 2021
En México hay casi 21 millones de personas con alguna discapacidad. Desde la acción Marabunta de Discas, mujeres ponen al centro la discapacidad y la enfermedad para pensar desde otro lugar los cuerpos, ya que la idea de cuerpos normados que se dicen saludables es una construcción social
Texto: Daniela Rea
Foto: Pexels
CIUDAD DE MÉXICO.- Poner la enfermedad y la discapacidad al centro, consideran desde el grupo de acción Marabunta de Discas, es hablar del cuerpo, no desde la productividad, sino desde su terminalidad, algo que compartimos todas las personas que nacemos y vivimos.
“Poner la discapacidad y la enfermedad al centro es poner al cuerpo al centro, es decir, los cuerpos comparten en común deteriorarse, romperse, descomponerse. No es en un sentido trágico o de ‘miren cómo sufren las enfermas’, sino de ver que todos, como dice Chantall Maillard, somos terminales”.
Isaura Leonardo, integrante de Marabunta.
“De otro modo, todo lo que hacemos en el mundo está pensando para cuerpos que caben en estándares de salud que solo unos cuantos pueden cumplir. Además, si todos somos terminales, todos necesitamos recibir y dar cuidados si queremos sobrevivir como especie o cambiar el rumbo de a dónde vamos”.
De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020, en México el 16.5% de la población tiene alguna discapacidad, casi 21 millones de mexicanos. El INEGI explica que esta cifra suma los 6 millones 179 mil 890 de personas identificadas como personas con discapacidad, más los 13 millones 934 mil 448 con alguna limitación para realizar actividades de la vida diaria (caminar, ver, oír, autocuidado, hablar o comunicarse, recordar o concentrarse), y a los 723 mil 770 (0.6%) con algún “problema o condición mental”.
Del total de las personas con discapacidad el 53 % son mujeres y el 47 % son hombres. El 40.9% son personas mayores de 60 años y el grupo de 30 a 59 años representa el 29.8%; enseguida los de 18 a 29 años que son el 9.8%. Al final los menores de 17 años, 9.1%.
Por otro lado están las personas con enfermedades crónico-degenerativas cuyos datos no son claros en México; pero al menos se sabe que 12.8 millones de personas padecen diabetes y cada año se diagnostican 190 mil casos de algún tipo de cáncer en el país.
Marabunta de Discas es una acción colectiva de mujeres que se apoyan, escuchan y soportan alrededor de la enfermedad y discapacidad. Marabunta participará el 9 de diciembre en el proyecto “Deshacer las disidencias”, convocado por el Centro Cultural España y el Centro Border, que busca mirar de manera crítica las disidencias.
Sobre esa mirada crítica, Zaría Abreu, otra de las integrantes, relata:
“Lo que se considera un cuerpo sano en realidad es un cuerpo productivo que no tiene que ver con el bienestar de la persona. Poner la discapacidad al centro implica no poner la salud al centro como si fuera un bien casi de consumo cuando en realidad hemos platicado que la salud per se no existe, es una ficción, casi que generada por el capitalismo para seguir en su engrane. Poner la discapacidad y la enfermedad al centro es poner esta idea de la diversidad, la diversidad de cuerpos en las discusiones de las disidencias porque si lo observamos desde ahí, ahí cabemos todas, todes, en esa diferencia de los cuerpos, en el romper la norma de los cuerpos, que el centro sean estos cuerpos anormados. Ahí es donde se abre un sentido de resistencia anticapitalista porque el cuerpo adquiere la dimensión de cuerpo vivo cambiante con muchísimas particularidades”.
Marabunta de Discas realizó un manifiesto para que en los espacios de resistencia se ponga también la enfermedad y la discapacidad al centro, para no relegar a la sombra a quienes las padecen.
“El cuerpo no es per se normal, la idea de cuerpos normados que se dicen ‘sanos’ o saludables es una construcción social. No existe la ‘salud’ como la ha querido imponer el sistema médico mecanicista; por eso preferimos hablar de cuerpos o cuerpas que de salud. No aspiramos a la ‘salud’, abrazamos nuestras cuerpas y las reivindicamos en su fantástica mutación, sin romantizarla”.
Marabunta de Discas quiere denunciar el trato de los espacios médicos a las mujeres enfermas y quiere revertir, modificar esta relación asumiéndose como “las malas enfermas”.
“La mala enferma porque investigamos y llegamos con preguntas, porque no aceptamos pasivamente el tratamiento y queremos ser partícipes activas de lo que nos prescriben. Porque, al final de cuentas, no queremos ser prescritas, sino escribirnos. No somos lo que el cuadro clínico dice que somos”.
Desde Marabunta de Discas lanzan preguntas para reflexionar sobre la accesibilidad a mujeres con discapacidad o enfermedad en los espacios de resistencia.
«¿Solemos colocar texto alternativo en las imágenes? Como feministas, ¿nuestros eventos tienen accesibilidad para personas ciegas o con baja visión u otras discapacidades?, ¿pensamos en nuestros eventos con horarios que contemplen a nuestras compas viejas o discas? Como anarquistas, ¿en las marchas, consideramos a las mujeres en sillas de ruedas? Como bloque negro, ¿en las marchas, tenemos un contingente especial para proteger y poner a resguardo al contingente disca en caso de ser necesario o para incluirles en la acción directa? ¿Dónde está de verdad la resistencia al sistema si no está al lado de las discas, las enfermas, viejas?”
Reportera. Autora del libro “Nadie les pidió perdón”; y coautora del libro La Tropa. Por qué mata un soldado”. Dirigió el documental “No sucumbió la eternidad”. Escribe sobre el impacto social de la violencia y los cuidados. Quería ser marinera.
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