A cinco años de iniciar en el negocio de los servicios turísticos, Sergio López maneja tres vehículos de paseos por la sierra y una cabaña para renta. Es un convencido de que no hay vuelta atrás en la vocación turística de Surutato, la sierra enclavada en el Triangulo Dorado

Texto: César Ernesto Hernández / Revista Espejo

Foto: César Ernesto Hernández

BADIRAGUATO, SINALOA. -Gracias al desarrollo turístico que el pueblo de Surutato ha tenido en los últimos años, hoy este poblado enclavado en el Triángulo Dorado ofrece a sus habitantes una manera de subsistir en las actividades y servicios turísticos.

Una de estas personas es Sergio López Iribe, habitante de Surutato que, viendo el creciente número de visitantes al pueblo, se animó a ofrecer desde hace cinco años el servicio de paseos por la sierra a los visitantes.

López Iribe, que no niega ni oculta el pasado del municipio y su relación con la siembra de cultivos como la marihuana y amapola, también explica que si se ha dejado de sembrar es simplemente porque la actividad dejó de ser rentable económicamente, la regla universal que lo justifica o niega todo.

El turismo llegó después del abandono

Sergio opina que la llegada de caminos transitables y de la energía eléctrica fue un primer paso para que los primeros visitantes empezaran a apreciar las maravillas naturales, y sobre todo: el alivio al calor que ofrece la zona durante los crueles veranos de Sinaloa. Concretamente, fue en el 2007 cuando se construyeron las primeras cabañas con fines turísticos, y para este 2024 ya son más de 200.

A cinco años de iniciar con la actividad, hoy Sergio López cuenta con tres camionetas con las que ofrece paseos por distintos puntos de interés a grupos de turistas por precios de entre mil 600 y 2 mil pesos. Su camioneta más grande puede llevar hasta 30 personas, la segunda 15 y la tercera 10.

Pero Sergio también cuenta con una de esas 200 cabañas para renta, y también se dedica a eso. Su cabaña tiene espacio para alrededor de 10 personas y un costo de 3 mil 500 pesos la noche.

Para eso también ha ayudado la serie de obras púbicas y de servicios que la administración municipal ha realizado en la zona. Las calles empedradas, iluminación colonial, el cuidado de los caminos e incluso la instalación de drenaje son cosas que la gente de Surutato tiene muy presente.

La temporada buena, explica Sergio a Revista Espejo, es la de aguas, “por agosto, cuando sale de vacaciones largas la gente”. Pero hay otras épocas con alto flujo, como son las fechas de año nuevo, noche buena y semana santa.

Un cambio de percepción

El pequeño empresario reflexiona sobre cómo este revuelo por el turismo ha cambiado la percepción que se tiene de Badiraguato desde otras regiones de Sinaloa, del país, e incluso del mundo. El estigma a combatir no es menor, pues Badiraguato es la cuna de personajes como «El Chapo» Guzmán.

“Lo que pasa es que la gente, entre más viene, más se va dando cuenta de cómo es el pueblo, como es la cosa pa’ca, ya ve que mientan acá y allá y no es la cosa así”, cuenta sobre este estigma.

Al preguntarle cuáles son sus planes a futuro en los paseos por la sierra, Sergio se muestra confiado en que podrá subsistir gracias a está actividad. “Pues seguir para adelante. Lo que salga pues. Entre más hay, más cosas salgan, más turismo va a haber”, responde.

“Yo digo que entre más tiempo va pasando van a ir habiendo más y más cosas, más miradores más… en fin”, comenta sobre uno de los retos que otros emprendedores como Omar Ortiz, del Mirador La Piedra, también tienen claros.

En el Mirador La Piedra, un emprendimiento familiar, se encuentran atracciones como el Columpio al Vacío y la Puerta al Cielo. Su intención es ofrecer nuevos atractivos cada dos años.

-¿Y la gente de aquí se ve como un pueblo turístico? – se le cuestiona a Sergio.

Y responde:

“No, pues la gente mayor es la que se opone tantito, pero ya los más nuevos van agarrando el rollo que de eso se tiene que vivir”.

Esta nota fue publicada originalmente en REVISTA ESPEJO, que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes ver la publicación original.