21 octubre, 2022
El apoyo a las niñas y niños con cáncer en Oaxaca ha generado una red solidaria que gestiona y organiza proyectos para las infancias. Misión Rapunzel es uno de ellos, y esta es su historia
Texto: Diana Manzo / IstmoPress
Fotos: Cortesía IstmoPress
JUCHITÁN, OAXACA. – Alanis y Akemi, originarias de Salina Cruz, Oaxaca decidieron cortarse su cabellera y donarlo a niñas con cáncer. Con sus trenzas de 30 centímetros, el colectivo Efecto Mariposa y Misión Rapunzel, elaboraron cortinas de cabello como un aliciente para niñas y adolescentes que padecen esta enfermedad.
De acuerdo con el Hospital de la Niñez Oaxaqueña Dr. Guillermo Zárate Mijangos, en Oaxaca cada año se diagnostican entre 90 y 100 niños y niñas con algún tipo de cáncer. El más frecuente en la población infantil es la leucemia, con un 54%. El resto son linfomas, tumores del sistema nervioso central, tumores gonadales, retinoblastoma y tumores hepáticos.
Vivir con cáncer es ser valiente, reconoce Erika Morales de 32 años de edad. Ella es profesora y voluntaria desde hace 4 años. Además organiza los donativos de cabelleras y gorros en el Istmo de Tehuantepec.
“Cuando vemos a las niñas portar sus gorras con cabello que ellas eligieron y que ellas decidieron usar, es la mayor satisfacción, porque es una forma de ayudarlas a recobrar su autoestima, a creer en ellas y a sanar”, reconoció la joven.
Efecto Mariposa es una asociación civil oaxaqueña con presencia en el Istmo de Tehuantepec. Nació hace 6 años, y la dirige el psicólogo Rommel López Ramírez. El objetivo de la organización es ayudar a las niñas y niños de cáncer en sus medicamentos, alimentación y autoestima. Así nació Misión Rapunzel, que a lo largo de estos años ha donado unas 80 cortinas de cabello.
Cada una de las cortinas de cabello se elabora de forma artesanal y son personales. Es decir, si la niña desea que su cabello sea rubio, castaño o negro se realiza de forma personalizada.
“Acá lo importante es que las niñas estén felices y sonriendo, que no se preocupen por su físico, ni por las medicinas, ni nada, eso es tarea de los padres, ellas deben vivir el proceso de recuperación en armonía y paz, eso les ayuda a mejorar más rápidamente”, explicó Erika.
Ser voluntaria tomó por sorpresa a Erika, quién en el 2017 con el terremoto de 8.2 grados comenzó ayudar a los suyos. Primero con despensas, después con medicamentos. Y ahora juntando trenzas donadas para elaborar cortinas de cabello.
Ni ella ni Rommel han tenido antecedentes de cáncer. Tampoco sus familiares; pero la intención de ayudar a niñas, niños y adolescentes con esta enfermedad ha hecho que toquen puertas en todos lados.
Erika por su parte tiene una red de estilistas en diversos municipios del Istmo de Tehuantepec. Ellas y ellos hacen la labor de concientizar a sus clientes de donar cabellera, y también a través de las redes sociales.
“La gente me escribe, me llama y me busca para donar, muchos por ejemplo lo hacen porque tuvieron familiares que murieron o se recuperaron de esta enfermedad y quieren contribuir, es una labor que realizo con todo mi cariño”, refirió.
El altruismo se hace porque se quiere y se anhela, puntualizó al reconocer que toda la ayuda que se recibe se canaliza con cada una de las personas que lo requieren.
“Ver a las niñas usar una gorra con una cabellera de otra niña, realmente es una satisfacción, nos sentimos felices de verlos sonreír, la gente está haciendo conciencia y eso es bonito, en el caso de Akemi y Alanis, son dos niñas que dejaron de cortarse el pelo por varios meses, y después decidieron donarlo, eso es gratificante, y así hay varias niñas y adolescentes que nos han compartido un poco de ellas para ayudar a otras”, recalcó.
Efecto Mariposa, comunidad de voluntarios, también contribuye a buscar medicinas para los menores. Además con su proyecto de Escuadrón Clown cumple sueños a los niños y los visita en el hospital. También proporciona talleres y guías a los padres para una alimentación saludable. Al igual que otorga kits de aseo personal y realiza el proyecto de tapitas para vivir. Todo con la intención de ayudar a las niñas, niños y adolescentes con cáncer.
El Sistema Epidemiológico y Estadístico de las Defunciones (SEED) de la Dirección de Planeación de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), tiene registrado de forma preliminar que durante el año pasado, 50 defunciones fueron por cáncer en la población de 0 a 17 años, de los cuales 32 fueron por leucemia, 2 de linfomas y el resto por tumores malignos.
El Hospital de la Niñez en Oaxaca, es el centro especializado para la atención de Cáncer Infantil, para su estudio y tratamiento correspondiente.
De acuerdo con expertos, el costo por tratamiento de quimioterapia y soporte de forma particular es aproximadamente de un millón y medio de pesos por cada paciente, esto derivado de medicamentos, estancia hospitalaria, cuidados de terapia intensiva, atención médica multidisciplinaria y banco de sangre.
*Este texto fue publicado en ISTMO PRESS, parte de la alianza de medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes leer el original.
Reportera en Unión Hidalgo, Oaxaca.
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