Trampas del programa de ordenamiento condenan a la Cdmx a crisis ambiental 

27 septiembre, 2023

Microfilme Postal, columna de opinión por Daliri Oropeza Alvarez

Si los diputados locales aprueban el Plan General de Desarrollo y el Programa General de Ordenamiento Territorial, llevarían a la Ciudad de México a la más profunda crisis ambiental que haya vivido, sobretodo por el tema del agua

Por Daliri Oropeza Alvarez / @Dal_air

Fotos por Daliri Oropeza Alvarez

La inminente urbanización del suelo de conservación de la Cdmx tiene presentes a más de 50 personas que protestan contra el Plan General de Ordenamiento Territorial (PGOT), que se desprende del Plan General de Desarrollo (PGD). Están en la puerta de la Cámara de Diputados de la Cdmx, en pleno sol. 

La pintora Beatriz Padilla traza en un lienzo la destrucción anunciada: urbanizar la última fuente de agua, la Sierra de las Cruces al Poniente y la Sierra Chichináutzin al sur, que son la mayor parte del suelo de conservación. La amenaza por los cambios de uso de suelo planteados en el PGOT, afecta la zona de recarga de acuíferos. 

El sonar del coro de manifestantes se mete por las puertas y ventanas del edificio neoclásico del Congreso de la Cdmx. Es un grito rotundo:

“Secaron nuestros pozos, abrieron el socavón, aquí los pueblos mandan, ¡a la chingada el PGOT!” corea la representación de integrantes de 66 pueblos, colectivos y organizaciones que constituyen el Frente por la Defensa de los Derechos de los Pueblos y Barrios de la Cuenca del Anáhuac. 

La iniciativa de PGD y PGOT la envió Claudia Sheinbaum desde el gobierno de la ciudad el 8 de julio del 2023. Los diputados tienen hasta el 6 de diciembre del 2023 para aprobarlos o regresarlos. Y aunque no lo discutan, no le muevan una coma, se aprueba de manera automática por afirmativa ficta después de 6 meses, explica el abogado e integrante del Frente del Anáhuac, Alejandro Velázquez. 

Las Comisiones Unidas de Desarrollo e Infraestructura Urbana y de Planeación del Desarrollo del Congreso local aprobaron en sesión extraordinaria hacer 5 foros iniciando el 13 de octubre en la alcaldía Tláhuac y concluir el 10 de noviembre en Coyoacán. El acuerdo parlamentario previo era un proceso de Parlamento abierto. Aprobaron limitar el acceso con un registro previo y restringir el tiempo para tomar el micrófono.

“Si se aplica este este programa, van a acabar con las zonas que le dan viabilidad a la ciudad de México, desde el punto de vista forestal, de biodiversidad y agua”, dice en el micrófono Luis Miguel Robles Gil, integrante de la Unión de Grupos Ambientalistas I.A.P. Fue quien estuvo a cargo de las Áreas Naturales Protegidas de la zona sur de 2007 a 2015, en el entonces DF. 

Luis Miguel Robles Gil muestra ante los presentes, mapas en donde entrecruza información con el Plan General de Desarrollo (PGD), señala que la vivienda proyectada está sobre el suelo agroforestal forestal, de protección y forestal de conservación, ubicadas como zonas de rezago social. 

El suelo de conservación es clave para darle agua a la ciudad, la ciudad tendría un futuro incierto, es más importante lo que le pasa al suelo de conservación que a la ciudad entera. Sin tener factibilidad de servicios como el agua, es un problema. El contenido tanto del PGD como el PGOT, son contraversiones. Hay incongruencias diversas. Están encontrados”, asegura Luis Miguel Robles Gil en entrevista. 

“Nosotros nos oponemos a esto (foros del PGOT) porque no hay garantías de que las opiniones sean vinculantes en este proceso que están promoviendo. No puede sustituir el proceso de consulta que ya no se concluyó en diciembre del año pasado. Además es muy arbitrario: los lugares y los temas que están escogiendo”, describe Alejandro Velázquez.

Si una persona quisiera hablar de todos los temas tendría que trasladarse a una alcaldía diferente, en otra fecha, para opinar.  

Nueve de las 16 alcaldías tienen suelo de conservación, las más importantes son las que están en la zona montañosa del poniente y del sur: Milpa Alta, Xochimilco, Tlalpan, Magdalena Contreras, Álvaro Obregón y Cuajimalpa. Las otras tres están en alcaldías más urbanizadas, Gustavo A. Madero, Iztapalapa y Tláhuac. 

Con una infografía gigante en la mano, Robles Gil detalla que la jefatura de gobierno presentó en el PGOT mapas ya no representan la zonificación primaria como debería de ser. Las personas presentes escuchan, se indignan.  Están frente al Congreso todos los martes y jueves con una nueva protesta contra este programa.

“El suelo de conservación se está viendo como reserva territorial para el desarrollo urbano en el PGOT”, comenta Robles Gil, quien acentúa que es reserva territorial para urbanizar no para preservar la biodiversidad. 

La ciudad tiene tres clasificaciones: suelo urbano, suelo rural y el suelo de conservación. La zonificación del suelo debería preservarse de acuerdo a lo establecido en el Programa General de Ordenamiento Ecológico el Distrito Federal hoy Ciudad de México, actualmente vigente. 

Luis Miguel recalca que aunque el PGOT reconoce la Constitución de la ciudad y la zonificación actual, es pura retórica, pues no hay ni zonificación primaria ni normativa en el documento. Estas incluyen el suelo forestal de conservación, el de protección, el agroforestal y sus categorías de: forestal de conservación especial, protección especial y agroforestal especial en suelo agroecológico. 

Al parecer de los activistas, el proceso de foros que enuncian como parlamento abierto, busca legitimar la aprobación de dicho plan. Porque no establecen lugares claros, aseguran que hasta 24 horas antes puede cambiar la locación, no detallan modos de realización del foro, moderadores, tiempos para dialogar o hacer propuestas. Solo dictan el lugar dónde dialogar de manera fragmentada. 

Aunque la jefa de gobierno anunció en 2022 un proceso de consulta indígena para el PGOT, este se llevó a cabo de manera irregular hasta que los pueblos, sobre todo en Milpa Alta, lo echaron abajo. Por eso se rehizo y es hasta este 2023 que lo vuelve a enviar al Congreso. 

Desde la perspectiva del Frente del Anáhuac, hay un serio problema con quitar el suelo de conservación pues son en su mayoría los pueblos originarios quienes tienen en sus cuidados estos territorios. El agua de la ciudad depende de los bosques y el suelo de conservación. Esto significaría agravar la crisis ambiental.

En suma, ni el PGD ni el PGOT contemplan la propiedad de la tierra de núcleos agrarios o núcleos ejidales, las asambleas que deciden sobre los territorios y los usos de la tierra por los pueblos originarios. Solo se impone. Esto constituye una falta a los derechos agrarios, culturales y sociales de los pueblos, de las comunidades y ejidos.

Alejandro Velázquez asegura que “no van a tener la comodidad de nuestro silencio. Nosotros estamos convocando a manifestarnos a estos foros, o sea, no avalar nada. Sino a manifestar el rechazo a la forma en que están realizando el Parlamento abierto y a manifestar el rechazo al proceso de consulta y al PGOT”. 

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