«Todo lo que veas es poetizable, pero tiene que haber un alguien que lo cante desde su punto de vista»

12 febrero, 2022

El poeta de 35 años indica que en 2021 era su deseo realizar una fiesta para celebrar 3 lustros de trayectoría y presentar a su "bebé" (libro), festejo que no se realizó debido a la contingencia sanitaria.

Rojo Córdova se define a sí mismo como un perfoescritor, alguien que más allá de las letras vive e interpreta lo que escribe; su poesía, influenciada por la oralidad, son historias que van más allá del papel. Con 15 años de carrera, el poeta urbano reúne su trabajo en su nuevo libro “15 años/15 textos rojos”

Texto: Alejandro Ruiz

Fotos: Isabel Briseño

CIUDAD DE MÉXICO.-  Al sur de la ciudad, un poeta camina. El smog y los grandes edificios son su paisaje. El claxon del camión, combinado con el grito de algún vendedor o marchanta son su inspiración. Ese poeta es Rojo Córdova, y cumple 15 años de carrera. 

En entrevista con Pie de Página, el escritor de 35 años habla de sus influencias y sus orígenes; los cuales, están vinculadas profundamente con la tradición oral que existe en nuestras raíces, algo que la colonización no ha podido eliminar del todo. 

“Tengo quince años de publicar, pero desde antes escribía. Me gustaba dibujar; siempre estaba contando historias con los dibujos y siempre como que se movían cosas. Yo hacía como animaciones performáticas; no sé, siempre me interesaba que las historias fueran más allá del papel”, advierte Rojo Córdova. 

Rojo, el perfoescritor

En el sótano de la Estela de Luz aparece Rojo. Hay poca luz, pero su voz resuena: 

“Todo es llevable excepto lo que hicieron ahí/ maldito y maldito tres veces patronato/ dizque encargado del patrimonio cultural de la humanidad”. 

Rojo recita su poema “Corazón puma, piel de piedra”, donde habla de un hecho violento que ocurrió en Ciudad Universitaria durante el 2009. En ese entonces, Rojo era estudiante de Lenguas Hispánicas  en la facultad de filosofía y letras. 

–Te defines a ti mismo como perfoescritor, pero ¿qué es un perfoescritor?

–Los perfoescritores son: dícese de estos seres que escriben, que interpretan lo que escriben. 

La vida cotidiana, más allá de la palabra escrita, es lo que motiva la poesía de Rojo. Su obra, a diferencia de la poesía clásica, no acaba al cerrar la página, sino que se expande a través del cuerpo y los sentidos. 

–¿Quiénes son aquellos seres que interpretan lo que escriben? 

– El trovador, el standupero, el rapero, el poeta interdisciplinario. Los perfoescritores han sido mi ángulo de acción y entonces, ahora es justo eso lo que me llama a guardar memoria de algo que parecería inasible e inefable; como el acontecer.

El acontecer, aquello que sucede en un instante; lo mismo un parpadeo, que la llegada del metro a la estación. Así es la poesía de Rojo, la eternidad en todo aquello que parece imperceptible. 

La palabra que nunca se fue

La formación académica de Rojo Córdova también marca su obra. En ella, abunda una reflexión sobre aquello que nos hace humanos; lo que sentimos, pensamos y creemos. Es decir, todo lo que expresamos con la palabra. 

–¿Por qué optar por la oralidad? 

– Creo que todo tiene que ver con la literatura de raíces, porque desde que el homo sapiens empezó a tenerle miedo al cielo, a escuchar un volcán; empezó a tener una conexión interna con su exterior y quería generar una comunión”.

Nombrar lo desconocido, para temerle menos. Hablarlo, pero también cantarlo, rezarlo, danzarlo; para hacerlo nuestro. “Lo hacemos comunitario”, agrega Rojo, “y así empieza esta visión animista de la realidad. 

–¿La oralidad es tradición? 

– Cuando alguien dice ‘le voy a cantar a la cosecha, le voy a cantar a las nubes, voy a hacer que llueva, voy a curar… Todos los aspectos de la comunidad iban atravesados por el habla y por la palabra, pero la palabra como instrumento, como la palabra de ‘vamos a guardar ahí algo y vamos a usarlo después’. Justo es algo tradicional que siempre se ha usado. Cuando te metes a estudiar la oralidad te das cuenta que todo el tiempo estamos rodeados de eso; y más en México; en México como que tenemos una historia tan multinivel donde hay muchísimas cosas que están encerradas en la oralidad y no se pueden cachar de otra manera.

Lengua para construir; lengua para matar

Rojo es un creador y su materia prima es la palabra.

Ante la invasión colonial, la oralidad se convirtió en un medio de subsistencia para muchas culturas. Los secretos, ritos y lo sagrado pudieron conservarse milenariamente gracias a ella. Sin embargo, aunque el castellano fue utilizado como un medio de dominación y aculturación para los pueblos y naciones indígenas, también se ve atravesado por la oralidad. 

– El mestizaje, en muchos casos, significó la pérdida de nuestra lengua madre, y con eso también perdimos gran parte de lo que se encerraba en nuestra oralidad. A ti, que rescatas la oralidad, pero creciste en la ciudad y hablas español ¿qué significa esto?

– Para algunos nuestra lengua madre es el castellano, pero también el castellano hay que verlo más allá. Si tú lo nombras español, nombras el castellano, pero si le dices español es como si desconocieras las otras lenguas españolas que existen en España. Justo es eso, darse cuenta que la lengua es una herramienta que nos da poder, el poder de la reflexión y maleabilidad de esa lengua. 

– ¿Cómo desprenderse de la historia del castellano en nuestros territorios? 

– Es la lengua del conquistador, pero también la lengua del sincretismo. Hay mucha gente que le guarda rencor a una lengua, por ejemplo banda después del Holocausto decía que no le podía enseñar el alemán a sus hijos porque era la lengua de los nazis, pero la lengua de los nazis va más allá, porque no es la lengua de los nazis, es el alemán. También podríamos aplicar esa aquí ¿no? después de Ayotzinapa yo le podría decir a mis hijos que no quiero que hablen la lengua de los que desaparecieron a los 43; pero una lengua es un martillo: con ella puedes construir una casa o puedes matar a alguien. La lengua es agua, tiene que ser un instrumento para comunicar y no para prohibir. 

Ejemplos como este sobran en nuestro país. El lenguaje inclusivo es uno de ellos, una muestra de que el éxito comunicativo de la lengua proviene del enfrentamiento, o diálogo, de lo que cada quien entiende. La tesis y la antítesis, los opuestos que en conflicto, hacen nacer algo nuevo.

Y así como la lengua, la poesía también se reinventa

En 15 años, 15 textos rojos hay una mezcla de ensayos poéticos, crónicas expandidas, experimentos gráficos, dramaturgia rapera y poemas pensados para su ejecución en voz alta.

Poetizar la vida

Todo y nada es poesía. El vagón vacío o la ciudad de noche. La risa, el hambre y el sueño. 

– ¿Quién hace la poesía? 

– “Si todo es poesía, nada es poesía, pero lo que yo siempre he dicho es que todo puede ser poetizable gracias a los poetas y las poetas. Todo lo que veas aquí es poetizable, pero tiene que haber un alguien que lo cante desde su punto de vista. Entonces siempre va a estar ahí su manera de retratar, su manera de estar, de estar siendo en el mundo; por más gongorino y barroco que sea, o por más directo”. 

– ¿Qué tienen en común los barrocos o directos? 

– Tienen en común que están retratando, con la cámara de sus versos, de sus vivencias y sus metáforas, la manera en que ellos están bajando el balón de su existencia, ya sea muy pristinamente o muy enredadamente. De eso se trata, no hay una sola manera de poetizar. 

Así, la poesía (y el poeta) son un acto político. Quienes transforman la lengua, leen la realidad, y la devuelven en verso, prosa o estrofa. Es una manera de comunicar lo que se siente, piensa y vive. 

– ¿Cuál sería la diferencia entre la poesía y el lenguaje común? 

– Eso va a depender de la política y del momento en el que vivamos según el poeta que consultemos. 

Para Rojo Córdova, en estos 15 años de trayectoria, su poesía es su propia existencia. Llena de contrastes y matices, que lo mismo son risas o abrazos, que terror y violencia. 

La poesía en la pandemia

Rojo es conocido en los circuitos nacionales del Slam Poetry. En ellos, sus versos se han mezclado con su cuerpo y recursos audiovisuales que pretenden expandir la forma en que transmite su mensaje. 

Él cuenta que el encierro también ha afectado a la comunidad slamera. Muchas y muchos poetas ahora se han trasladado a la virtualidad, y un aire de clandestinidad ha prevalecido en los circuitos de poesía mexicanos.

– ¿Crees que esto ha afectado a la escena slamera? 

– Al menos acá en la Ciudad de México veo difícil que se reactive una escena. Hay muchísima gente haciendo todo, hay gente haciendo experimentación con sonido que hacen toquines secretos, están los raperos que jamás han dejado de hacer cosas. Pero en este momento yo no te sabría decir qué está pasando porque estamos en un momento de encierro y mucha gente se murió. Tendríamos que preguntarle a cada persona que está haciendo. 

Ante esto, el nuevo libro de Rojo surge como un producto pensado en la pandemia. 

15 años,15 textos rojos; es un libro multiplataforma, que lo mismo son audios que letras en papel. Responde a la fragmentación, con un intento de unificar los lazos posibles en los espacios que aún resisten. 

Aunque no ha habido presentaciones físicas del libro, hace unas semanas Rojo presentó su libro de forma virtual. Ahora, con la necesidad de apoyar y reactivar el movimiento, planea hacer un par de presentaciones físicas. 

La primera será en Querétaro, concretamente en el barrio de San Francisquito; un barrio tradicional de la capital que desde hace años lucha por su autonomía y el reconocimiento de su identidad indígena. 

La presentación será el próximo 13 de marzo, en el espacio cultural que las y los vecinos del barrio han reactivado para hacerle frente a la gentrificación. 

Cae la noche, y Rojo, con una sonrisa y la copia de su libro, emprende su camino hacia el sur de la ciudad. Para en un puesto de comida, mira de reojo por las calles, y pronto, como un fantasma, se desvanece entre las sombras de una ciudad que parece infinita. 

Periodista independiente radicado en la ciudad de Querétaro. Creo en las historias que permiten abrir espacios de reflexión, discusión y construcción colectiva, con la convicción de que otros mundos son posibles si los construimos desde abajo.

Nunca me ha gustado que las historias felices se acaben por eso las preservo con mi cámara, y las historias dolorosas las registro para buscarles una respuesta.