«Terapias de conversión» anti-gay, administradas por grupos beneficiarios de ayuda internacional

30 junio, 2021

Grandes donantes como USAID y Fondo Mundial afirman que analizarán y adoptarán medidas contra las prácticas de «terapia de conversión» antiLGBT en clínicas de organizaciones que ellos financian, en respuesta a la investigación de openDemocracy

Texto: OpenDemocracy

Fotos: Pixabay

En una investigación de seis meses, nuestras reporteras encubiertas encontraron personal en centros de salud de Kenia, Tanzania y Uganda que ofrecían ayuda para “eliminar” la atracción hacia el mismo sexo, incluyendo clínicas administradas por grupos que reciben fondos benéficos destinados específicamente para pacientes LGBT.

Integrantes del personal de esas instalaciones médicas dijeron a reporteras y reporteros encubiertos que ser gay es “maligno”, “para gente blanca”, causado por presiones de sus pares, y un problema de salud mental. También recomendaron dar píldoras para dormir a un adolescente gay para evitar que se masturbara.

Entre los grandes donantes de ayuda mencionados en nuestra investigación se encuentran USAID, El Fondo Mundial y el programa gubernamental estadounidense PEPFAR. Otra clínica implicada en Tanzania es dirigida por la ONG MSI Reproductive Choices, con sede en Reino Unido.

La expresión «terapia de conversión» describe una variedad de prácticas  – desde terapia verbal hasta tratamientos físicos – que intentan cambiar o suprimir la orientación sexual o la identidad de género de una persona. Es “ineficaz” y “peligrosa”, según organizaciones de derechos humanos, y fue condenada por más de 60 organizaciones médicas y psicológicas de todo el mundo.

En casi todos los casos, los ‘tratamientos’ identificados en nuestro reporteo encubierto consistían en sesiones de »terapia verbal”. En Uganda, un orientador también recomendó “terapia de exposición” a “una empleada doméstica [hacia la que un adolescente gay] pueda sentirse atraído’’, y recomendó dar al joven un somnífero para evitar que se masturbara.

Las «terapias de conversión» están prohibidas en países como Brasil, Ecuador y Malta. El presidente de EEUU, Joe Biden, se comprometió a ponerles fin en su país; una propuesta de prohibición en Reino Unido fue mencionada este año en el discurso de la reina; y la cámara baja de Canadá acaba de aprobar un proyecto que las ilegaliza y que debe ser votado en el senado.

Los centros en los que nuestra investigación descubrió apoyo a estas prácticas incluyen:

Uganda: 

  • Una clínica contra el VIH en el Hospital Mulago de Kampala – el mayor hospital público de Uganda – administrado por la Most At Risk Populations Initiative (MARPI, Iniciativa para Poblaciones en Mayor Riesgo), que recibió de USAID una donación en 2019 de 420.000 dólares que termina en septiembre. (No está claro si parte de esos fondos fueron específicamente a esa clínica). El Fondo Mundial, con sede en Suiza, que combate el sida, la tuberculosis y la malaria, financia tanto al ministerio de salud de Uganda como a una ONG local, los que a su vez entregan recursos a la clínica de Mulago
  • Tres hospitales de la red Uganda Catholic Medical Bureau (UCMB). Esta red recibió más de un millón de dólares de USAID entre 2019 y abril de este año. (No está claro si los tres hospitales identificados por nuestra investigación obtuvieron algo de ese dinero)

Tanzania

  • Una clínica en Mwenge, Dar es Salaam, que es administrada por MSI Reproductive Choices (llamada con anterioridad Marie Stopes International), una ONG con sede en Reino Unido que suministra atención de salud sexual y reproductiva en todo el mundo. En su último informe anual (2019) esta organización declaró más de 1,4 millones de libras esterlinas de recursos procedentes de la asistencia británica para proyectos en Tanzania.

Kenia: 

  • Una clínica dentro de la principal oficina en Nairobi de LVCT Health, una organización de atención al VIH y al sida que cuenta con una donación de 8 millones de dólares (que comenzó en 2016 y concluye en septiembre de este año) del programa del gobierno estadounidense PEPFAR, para trabajar con comunidades marginalizadas de trabajadoras sexuales, hombres gay y personas trans en Kenia.

En respuesta a nuestra investigación la directora para África de la Comisión Internacional de Juristas, Kaajal Ramjathan-Keogh, dijo que los intentos de ‘curar’ la homosexualidad son “inherentemente degradantes y discriminatorios”.

Yvee Oduor, de la Coalición de Gays y Lesbianas de Kenia, dijo que los donantes de ayuda deberían “redirigir su financiación […] Nosotros ya tenemos clínicas y centros de salud administrados por personas LGBTIQ+ por todo el país. ¿Por qué no financiar esas iniciativas comunitarias?”

Una portavoz de MSI Reproductive Choices dijo: “Hemos iniciado una investigación y adoptaremos medidas inmediatas contra cualquiera que resulte involucrado en esta práctica abominable”. Un portavoz de la embajada de EEUU en Uganda, Anthony Kujawa, dijo: “La USAID no financia ni promueve ‘terapias de conversión’ anti-LGBTIQ e investigará cualquier denuncia de un socio financiado por USAID que lo haya hecho”. Una portavoz del Fondo Mundial dijo que la organización “se toma en serio los problemas señalados” por nuestra investigación y que los “examinará”. Un portavoz de LVCT Health dijo que “estamos investigando este asunto y le daremos una respuesta concluyente”, incluso “volviendo a entrenar y sensibilizando a nuestro personal”. 

PEPFAR, MARPI y UCMB no respondieron nuestros pedidos de entrevista

Este texto fue producido y publicado por openDemocracy puedes leer aquí la publicación original.

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