La construcción de enormes parques logísticos para marcas como Amazon en Tepotzotlán ha afectado el estilo de vida que sus habitantes mantenían; de fondo, acusan, una red de políticos y empresarios han reordenado el territorio a costa de la cultura, tradiciones y las áreas naturales del municipio mexiquense
Texto: Alejandro Ruiz
Fotos: María Ruiz
TEPOTZOTLÁN, ESTADO DE MÉXICO.- En 2019, Amazon inauguró un centro de distribución en el Estado de México; el más grande que el gigante del comercio en línea ha construído en toda América Latina. El destino elegido para sus almacenes fue el municipio mexiquense de Tepotzotlán, sede de uno de los proyectos logísticos más grandes de todo el país: ProLogis Park.
Ahora, los cerros y los ríos de Tepotzotlán se ven opacados por grandes bodegas que, poco a poco, van acabando con la riqueza natural y cultural de este “pueblo mágico”.
“Este pueblito nos gusta mucho a los que nacimos y vivimos en Tepotzotlán”, dice Estefania, una habitante de ahí.
Y agrega que “no compartimos tanto esa visión del desarrollo urbano. No compartimos el estrés urbano. No queremos que nos conviertan en algo que no queremos ser”.
En 2015, la empresa norteamericana ProLogis anunció la creación de otro complejo logístico en nuestro país, ahora en Tepotzotlán, Estado de México. La empresa tiene presencia en al menos otros 5 estados de la República: Guadalajara, Ciudad Juárez, Monterrey, Reynosa y Tijuana.
El nombre de este proyecto (construido bajo la venia del gobierno de Enrique Peña Nieto) sería ProLogisPark. Un complejo de almacenes y naves industriales de manufactura ligera que permitiría dar salida a la demanda comercial de la capital y la zona centro del país.
En aquellos años, el proyecto contempló una inversión inicial de alrededor de 400 millones de dólares para construir más de 63 mil 590 millones de metros cuadrados. Lo equivalente a 6 estadios aztecas.
Entre las empresas que llegaron a este nuevo parque logístico están Mercado Libre, Autotransportes Tresguerras y más recientemente Amazon.
Tepotzotlán resulta estratégico para sus operaciones. Al estar ubicado al norte del Estado de México, el municipio mexiquense comparte fronteras con Hidalgo y Querétaro, entidades que, en los últimos años, se han convertido en puntos estratégicos para la manufactura industrial. Además, su ubicación conecta a la zona del Bajío con los puertos y el norte del país, principales puntos de importación y exportación de mercancías.
De acuerdo con el portal inmobiliario Solili, desde el inicio de operaciones de ProLogisPark el municipio mexiquense se ha consolidado como el submercado más importante de la zona. Tan solo para mayo de 2021, el 68% de la demanda de espacio industrial en la región se concentró en Tepotzotlán.
Este hecho modificó la dinámica de vida al interior del municipio mexiquense; pues al desplazar al turismo como la principal fuente de empleo, la educación, los servicios y los planes gubernamentales se han adaptado a esta nueva forma de vida.
“El campus que está aquí en Tepotz, de la UAEM (Universidad Autónoma del Estado de México) ha cambiado las carreras que da. Ahora imparten logística o cosas que se enfoquen a las bodegas, en vez de dar agronomía o materias que tengan que ver con conservar el ambiente”, relata Aldo Lima, habitante de Tepotzotlán.
Varios habitantes han señalado que este hecho ha provocado daños al medio ambiente y a las áreas naturales protegidas del municipio. Aseguran que los gobiernos estatal y municipal promueven estas afectaciones, las cuales datan, al menos, desde el año 2000.
“Podemos ver que en Tepotz todo comienza a cambiar ahí por el 2000”, acusa Juan Carlos Molina, habitante de Tepotzotlán.
En el año 2000, el entonces político panista Abel Villegas asumiría la presidencia municipal de Tepotzotlán. Su administración implicaría grandes cambios en la vida de este ayuntamiento.
Por un lado, durante su administración se elaboró el actual Plan de Desarrollo Urbano Municipal (PDUM), donde se estableció que solo el 23 % del territorio sería de uso urbano, y el resto para uso agrícola o de protección ecológica. Este plan sigue vigente.
La intención de estos cambios se reflejaría un par de meses después, cuando la misma administración de Villegas incorporó a Tepotzotlán al proyecto turístico federal de “Pueblos Mágicos”. Esto representó el impulso del turismo como eje económico a partir de la explotación de los recursos ecológicos y culturales del municipio.
Hasta ese momento, la principal actividad económica de Tepotzotlán era la agricultura, pues aunque en sus alrededores comenzó una fuerte ola de industrialización, ésta aún no llegaba al municipio mexiquense.
Pese a esto, en 2002, aún con Villegas en la presidencia municipal, su administración, en conjunto con el gobierno del Estado de México (con el priista Ricardo Montiel al frente) pactaron la construcción de un puente y distribuidor vial en la carretera México-Querétaro.
Esto, señalan habitantes de Tepotzotlán, sería el inicio del megaproyecto logístico que en un futuro modelaría la vida de este municipio.
Antes de que ProLogis llegara a Tepotzotlán, la zona donde actualmente están esas bodegas eran tierras ejidales. Sin embargo, en 2009, el priista (y en ese entonces alcalde) Pedro Vargas Reyes comenzó un proceso de transformación del tipo de propiedad.
Antes, la mayoría de las tierras de ese lugar eran núcleos ejidales, pero tras las modificaciones impulsadas por Vargas Reyes, estos terrenos pasaron a ser de dominio pleno. Es decir, se desvinculó la propiedad a los ejidatarios y las tierras quedaron libres de los candados agrarios para que pudieran ser compradas.
Los compradores, acusan habitantes de Tepotzotlán, fueron gente del famoso Grupo Atlacomulco, un conjunto de empresarios y políticos del PRI que tienen como centro de operaciones el Estado de México.
Entre sus filas se encuentran personajes como el exgobernador mexiquense Arturo Montiel, y el expresidente Enrique Peña Nieto. Atlacomulco, su cuna, queda a unos 100 kilómetros de Tepotzotlán. Para sus habitantes, la relación con este grupo de poder no es nueva ni ajena a su historia.
Estas tierras quedaron en desuso, pero su valor pronto fue visto por inversionistas que medían los nuevos cambios del mercado. Entre ellos el empresario Carlos Smeke, director general de Sibra Capital, una empresa logística que en 2015 construiría el complejo Megapark II. El segundo más grande de la zona.
ProLogis y Megapark se habían visto favorecidos con las políticas priistas, impulsadas desde Vargas Reyes y con el visto bueno de los gobiernos de Arturo Montiel, Enrique Peña Nieto y Eruviel Ávila Villegas.
Asimismo, los sucesores de Vargas Reyes, aunque situados en una “oposición” política de matriz panista, profundizaron sus negocios.
Las diferencias de partido no impidieron que Juan José Zuppa, sobrino de Ángel Zuppa ( ambos expresidentes municipales) avalaran estos proyectos. El primero modificó el uso de suelo de las tierras ejidales; el segundo promovió un plan de desarrollo urbano a modo de los empresarios logísticos.
Este último, sin embargo, no logró su cometido y puso en evidencia la colusión entre empresarios y políticos, quienes operan en la ilegalidad, poniendo en riesgo al medio ambiente.
Desde la promulgación del Plan de Desarrollo Urbano municipal (PDUM) en la administración de Abel Villegas, Tepotzotlán no ha modificado lo que se estableció en el 2000.
Los terrenos en donde se han establecido los parques logísticos son parte del 77 por ciento que no pertenece a uso urbano. De este porcentaje de tierras no urbanas, el 60 por ciento está catalogado como área natural protegida. Aproximadamente más de 20 mil hectáreas. Actualmente los parques amenazan el área natural protegida, aunque aún no se encuentran dentro de ésta.
Pese a esto, el 13 de octubre de 2020 el entonces presidente municipal de Tepotzotlán, Ángel Zuppa Núñez, convocó a una consulta para aprobar un nuevo Plan de Desarrollo Urbano en el municipio (PDUM).
Este plan contemplaba la modificación del uso de suelo en distintas zonas de Tepotzotlán, entre ellas el área natural protegida que colinda con los almacenes industriales. Del mismo modo proponía la modificación del uso de suelo en donde están establecidas para que pudieran operar de manera regular.
Ese plan tendría una vigencia de 40 años, sin embargo, y pese a su trascendencia, a la consulta asistieron sólo dos personas.
“Cuando empezaron con el proceso de actualización del plan municipal de desarrollo urbano, los ciudadanos comenzamos a organizarnos. Primero, quienes ya estábamos en la defensa de las áreas protegidas nos dedicamos a contener esa campaña de actualización, que estaba mal hecha, tanto en la parte organizacional como de convocatoria, no era un proceso democrático”, relata Aldo, quien al identificar las problemáticas decidió organizarse con sus vecinos para proponer soluciones reales a la problemática de Tepotzotlán.
El grupo que nació lo bautizaron como Ciudadanos en Defensa de Tepotzotlán.
El PDUM, de acuerdo con los integrantes de esta organización, contemplaba un incremento de hasta 4 veces la capacidad poblacional del municipio, así como el doble de la presencia industrial.
“Al ver el riesgo que existía en la posibilidad de incrementar estos niveles nosotros no estuvimos de acuerdo. Iniciamos el seguimiento del proceso de actualización, y a partir de ese momento coincidimos muchas personas que no queríamos que nuestro municipio, que tiene mucha tradición y mucha historia, se convirtiera en algo que no deseamos”.
La comunidad organizada exige participar tanto en la consulta del plan de Desarrollo como en la propia elaboración de ese nuevo plan.
“Empezamos a caer en cuenta que ya no se pueden hacer las cosas de esta forma, más cuando ya existen lineamientos políticos y convenciones internacionales como la 20/30 que dicen que ya no podemos tratar al medio ambiente de esta forma. Ya no debemos subordinar el interés de las personas al interés económico y de los políticos”.
La propuesta de Zuppa se vino abajo, sin embargo, la ciudadanía no cantó victoria. El motivo eran las próximas elecciones a celebrarse en Tepotzotlán, donde la hija del alcalde, María de los Ángeles Zuppa Villegas, contendía.
Ángeles Zuppa resultó ganadora, pese a un proceso de impugnación en donde la acusaron de hacer proselitismo a través de la administración de su padre.
Durante su campaña, inclusive, se le vio repartiendo despensas con el logo de PrologisPark en ellas. Ahora, esta política será quien propondrá el próximo plan de desarrollo municipal. La ciudadanía anticipa que será el mismo proyecto que el que impulsó su padre, el cual se ha caracterizado por avalar e impulsar proyectos sin consultar a la ciudadanía.
Los habitantes de Tepotzotlán luchan también contra la existencia de un basurero clandestino dentro del área natural protegida, en el ejido Schoenstatt II. Aunque los ejidatarios ganaron una demanda en 2019, donde se exigía la restitución de sus tierras, el depósito de desechos sigue funcionando.
Juan Carlos explica:
“En promedio se reciben 5 mil 500 toneladas de basura al día. Esto lo documentamos y lo presentamos a la Secretaría del Medio Ambiente, pero el gobierno del Estado de México se hace de la vista gorda. Imagínate, son de 200 a 400 pesos por tonelada. O sea que se reciben cerca de 2 millones 200 mil pesos diarios de pago. Es una situación de negocio pero a conveniencia al gobierno del estado”.
Las autoridades argumentan que vaciar el basurero costaría de 1 a 2 millones de pesos, cantidad que tendrían que cubrir los propios ejidatarios.
“Solo queremos vivir bien en Tepotzotlán. Que el gobierno nos consulte y tome en cuenta lo que la gente quiere, no lo que los empresarios quieren. Queremos defender nuestras áreas naturales y la vida que hay aquÍ”.
Juan Carlos.
Antes del cierre de edición, este reportero solicitó entrevista con el exalcalde Ángel Zuppa y la nueva alcaldesa, Ángeles Zuppa; sin embargo, en la dirección de comunicación social del ayuntamiento no respondieron la solicitud.
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