Mario Álvaro Cartagena López, conocido como “El Guaymas” murió este martes. Guerrillero, militante de la Liga Comunista 23 de Septiembre, preso político, hombre generoso, compasivo, alegre, desde que salió de la cárcel se dedicó a denunciar la violencia de Estado y a acompañar a las familias de las víctimas de esa violencia
Texto: Daniela Rea
Foto: Daniel Augusto / Cuartoscuro
CIUDAD DE MÉXICO.- Mario Álvaro Cartagena López, conocido como “El Guaymas”, murió a sus 69 años de edad. Fue militante del Frente Estudiantil Revolucionario y de la Liga Comunista 23 de Septiembre. En sus últimos años fue miembro activo del Comité 68 Pro Libertades Democráticas.
Guerrillero, preso político, hombre generoso, compasivo, alegre siempre, cantador, desde que salió de la cárcel se dedicó a denunciar la violencia de Estado y a acompañar a las familias de las víctimas de esa violencia.
“Desde que yo salí de la cárcel mi batalla ha sido denunciar, denunciar. La denuncia es lo que me toca. Denunciar a la clase cabrona que es el poder; que cuando algo cambias, ¡tracas!, te mata. Si no, ¿para qué?, ¿para qué sale uno de ahí?», dijo el Guaymas en vida.
Cada 10 de mayo, durante la marcha de mamás de desaparecidos en la Ciudad de México, el Guaymas ahí andaba en su muleta repartiendo botellas de agua, naranjas a las mujeres acaloradas y sedientas. En sus muletas porque el Guaymas perdió la pierna por la tortura militar que sufrió durante su detención en la década de los 70.
“Teníamos amor a la vida, esa era nuestra más grande fuerza, nos gustaba vivir, nos gustaba ser felices. Eso siempre fue más fuerte que la muerte”, dijo el Guaymas alguna vez que se le preguntó sobre la lucha y las amenazas del gobierno que detenía, torturaba y mataba a opositores políticos.
Un día antes de ser internado en el hospital, Guaymas acudió a manifestarse a la embajada Cubana en apoyo a la revolución y contra la agresión imperialista.
“Comprometido con todas las luchas del pueblo mexicano por su liberación fue parte de un sinfín de iniciativas revolucionarias. Siempre solidario con las causas justas apoyó movimientos obreros, estudiantiles, de familiares víctimas de la violencia. Con el alzamiento zapatista se volcó por completo a acompañarle. A todas partes iba, con su par de muletas, llevando el compromiso, testimonio y voluntad de cambiar este mundo y barrer con todas las injusticias”, informó el Comité 68 en un comunicado.
El Guaymas sufrió la persecución, prisión, torturas y la desaparición forzada por parte del Estado mexicano. En más de una ocasión burló la muerte.
El Guaymas sobrevivió a la tortura militar y pudo testimoniar sobre las detenciones y torturas militares, además el haber visto con vida a compañeros militantes, también presos y bajo tortura, como Alicia de los Ríos Merino, víctima de desaparición forzada desde 1978.
Aquí puedes leer un texto sobre su historia, publicado en el libro Nadie les pidió perdón, historias de impunidad y resistencia (2015):
Reportera. Autora del libro “Nadie les pidió perdón”; y coautora del libro La Tropa. Por qué mata un soldado”. Dirigió el documental “No sucumbió la eternidad”. Escribe sobre el impacto social de la violencia y los cuidados. Quería ser marinera.
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