Al estar en el Teatro Museo Dalí entras en un mundo propio, con sombras y luces sobre las obras escultóricas y pictóricas de Salvador Dalí, el pintor surrealista que diseñó su propio teatro y museo para exhibir el surrealismo en los pasillos, recovecos o espejos y hasta en las sombras de sus propias piezas
Twitter: @Dal_air
A la memoria de Germán, el negro, Oropeza González.
Si desde niña me fasciné por el surrealismo fue por las historias que me contaba mi papá sobre la vida de Salvador Dalí. Gracias a él aprendí la contemplación y muchas veces salíamos de los cuadros de Dalí a los cielos para encontrar en las nubes pinceladas de nuestro imaginario surreal. El pintor murió el año que yo nací.
La inauguración del Teatro Museo Dalí fue en 1974, y desde entonces está abierto al público que visita el pueblo de Figueres, municipio y ciudad española en la provincia de Gerona, en Cataluña. La construcción está sobre el edificio del antiguo Teatro Municipal, una construcción del siglo XIX que fue destruida durante la Guerra Civil Española. Sobre las ruinas, Dalí diseñó su propio museo en la tierra donde nació.
El trabajo de restauración que realizó Dalí comenzó en 1966. Él transformó los espacios, agregó estructuras como un domo transparente sobre una base metálica junto con arquitectos contemporáneos. Es una cúpula geodésica. Parece el ojo de una mosca. El estilo neoclásico del edificio contrasta con los gigantes objetos surreales que el artista concentró en este espacio para la exhibición de la completud de su obra. Los acabados estridentes lo hacen un lugar único. Dalí pasó aquí sus últimos años.
Es un Teatro aunque no queda claro cuál es el escenario. Parece que todas sus piezas interactúan a través de la luz que entra por el domo y el jardín circular. Se entrecruzan entre sombras y luces, dependiendo del lugar en donde estés colocado y la hora del día. Es una gran obra de teatro que no tiene inicio ni fin, solo pasajes en donde puedes encontrar diferentes sentidos a la obra de Dalí.
Cada espacio tiene una perspectiva distinta de las obras de Salvador Dalí. Desde entonces el pintor quiso romper la barrera de la apreciación del arte para pasar a la interacción, algo transgresor. Nada es estático en este lugar diseñado especialmente por Dalí. Es considerado “el mayor objeto surrealista del mundo”. Lo resguarda la Fundación Gala-Salvador Dalí.
El escenario es donde sea posible, eso pienso mientras observo que para mirar las piezas surrealistas volteo para arriba, para abajo, para atrás. y recorro el mismo pasillo y veo figuras nuevas. Es como si estuviera en un sueño, por más que paso una y otra vez por las obras, hay algo que me hace sentir en una especie de paseo onírico.
Hay momentos en los que me siento actriz en este teatro. No olvido que además de pintor, grabador, escultor, Dalí fue escenógrafo de obras de teatro. En medio de un telón abierto se encuentra una obra monumental, del tamaño casi de toda la pared del Teatro. Con mi cámara, soy actriz de la creación del surrealismo espacial, contraponiendo el espacio con las obras.
Hay un hermoso homenaje a Miguel Ángel, el pintor italiano que hizo los murales de la Capilla Sixtina. Aunque parece que pintó la pared, en realidad la técnica que utilizó fue sobre telas que fueron encoladas en el techo. Son los pies de Gala y de él parados de frente. En todo el recorrido onírico se pueden apreciar los diferentes estilos que realizó el trazo de Dalí en toda su trayectoria.
Pienso que en este Teatro Museo están las obras más impresionantes que pintó de su compañera Gala. Me impresiona mucho el modo en el que la veía y retrataba, incluso me incomoda. Aún así, las pinturas y esculturas de su musa ocupan los espacios más visibles del espacio. Hay una pintura especial que es un homenaje al pintor Mark Rothko en donde sale Gala de espaldas en medio de lo que, visto de lejos, parecen pixeles gruesos en tonos fríos. Gala desnuda mirando el mar que a 18 metros aparece el presidente Lincoln es el nombre de la pieza en donde Dalí juega con la doble imagen.
El Teatro Museo Dalí es de los recintos de arte más visitados del mundo. Es una instalación monumental del trabajo creativo del surrealista catalán. Debajo de la gran cúpula geodésica transparente se encuentra la cripta de Salvador Dalí. Al pasar por ahí, no lo noté. Incluso creo que me detuve justo en el centro para apreciar la sala entera. Una fotografía a su memoria.
Las pinturas que exhibe el Teatro Museo Dalí muestran las perspectivas con las que pintaba en diferentes dimensiones. Incluso mirandose él mismo de espaldas pintando en un autorretrato con Gala. Hay también una parte cubista de su trabajo e incluso un autorretrato que lo desdobla en tres. También se desdobla su visión del tiempo con los relojes derretidos, una de las obras que más me gusta personalmente.
El Teatro Museo Dalí abre la posibilidad de imaginar perspectivas de convivencia para el arte. Que no sea solo un objeto que se muestra sino del cual las personas puedan interactuar y convivir de la manera en que mejor les de sentido. Aunque no haya sentido mas que el de los sueños.
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