Yeritza Bautista fue víctima de tentativa de feminicidio por parte de su ex pareja Carlos «N», quien fue encontrado culpable, pero por decisión de un juez el proceso de repitió y en próximos días un segundo juez dará su sentencia. Yeritza sobrevivió a dos intentos de feminicidio, ahora tiene que sobrevivir a la justicia que la revictimiza
Texto: Daniela Rea
Fotos: Cortesía Yeritza Bautista
CIUDAD DE MÉXICO. – Yeritza Bautista sobrevivió a dos intentos de feminicidio por parte de su ex pareja Carlos “N” en el año 2020. El agresor fue juzgado sólo por el segundo ataque y en el 2022 fue sentenciado a 11 años y 8 meses de prisión, pero por cuestiones técnicas un juez decidió anular el proceso y re hacerlo desde cero.
Yeritza no solo vivió violencia de parte de Carlos, sino que fue re victimizada por la justicia. En días próximos en el Tribunal de Enjuiciamiento Unitario, el juez José Juan Pérez Soto emitirá el segundo fallo contra Carlos “N”, con las mismas pruebas, los mismos peritos y los mismos testigos que demostraron su culpabilidad en el intento de matar a Yeritza.
“El Poder Judicial tiró nuestro proceso a la basura, el trabajo de todos, de todo el equipo, de mi, mi familia, abogados, ministerios públicos, doctores, terapeutas. Tengo que revivir lo que ya se había denunciado y demostrado con pruebas en el juicio, volver a poner en pausa mi vida. Todo lo que conlleva enfrentar un proceso penal, el desgaste físico emocional y económico”, dice Yeritza.
Los dos intentos de feminicidio son la punta del iceberg de una serie de violencias cotidianas, sutiles, que buscaron por controlar y anular a Yeritza dentro de la relación. Violencias que escalaron hasta el límite y que ahora en este segundo proceso Yeritza revive.
“La violencia es control, es sumisión de tus propias emociones que dejas de ver, dejas de existir para tí misma, dejas de escucharte y tu vida pierde sentido. Piensas ya para qué le contesto, para qué le digo, para qué hago, para qué vivo. Y estos pasos llevan un tiempo, pero justo mucho se habla de por qué no hiciste, por qué no te fuiste, por qué no le contestas. No se puede porque pierdes el control completo de ti, de tu mente, es más sencillo asumirte en una postura de “esto no me está pasando, él me quiere, él va a cambiar” porque es lo único que te permite mantenerte viva. Entenderlo así es la única manera de mantenerte viva. Porque si te asumes en lo que te está pasando te dan ganas de morirte, de no saber qué hacer”, reflexiona Yeritza a la distancia.
En el año 2017 Yeritza conoció a Carlos “N” en el trabajo, se hicieron amigos y luego pareja. Muy pronto Carlos comenzó la violencia emocional contra Yeritza.
“Me decía ‘mira, así como tú te vistes, así con tu ropa no te puedo ni llevar a los eventos de mis áreas’, así que empezó a elegir mi ropa, mi maquillaje. Cuando llegábamos juntos al trabajo, en el elevador él me pedía que me desmaquillara y yo le hacía caso. En el elevador me desmaquillaba y llegaba a mi área desmaquillada, porque a él le gustaba así”.
A decidir sobre su forma de vestir le siguió el decidir sobre su auto. Carlos “N” tomaba su auto sin avisarle, lo usaba uno o varios días, y después del trabajo Yeritza tenía que volver en camión a casa. Cuando se iba de viaje y volvía revisaba que el asiento estuviera a la misma distancia y descartar así que otro hombre se subió, revisaba los asientos en busca de cabellos desconocidos, olfateaba en busca de olores extraños.
Después de decidir sobre su auto, le siguió la casa. Carlos “N” sacó un duplicado de las llaves del departamento de Yeritza y le prohibía que entrara alguien más que él y la hija de él, entonces una adolescente. “Un día llegué a casa y estaba el con sus amigos tomando cervezas, otro día me dejó a su hija porque no tenía quien la cuidara”.
A decidir sobre su casa, le siguió su dinero. “Nos depositaban el sueldo al mismo tiempo. Un día llegó la quincena, él tomó mi celular (ya tenía control completo de mi casa, de mi carro, de mi teléfono, con todo y contraseñas), entró a la app del banco y se transfiere toda mi quincena. ‘Estoy ahorrando para un fondo que vamos a tener tú y yo’, me dijo.”
El control se fue convirtiendo en humillación y en anulación de Yeritza. “Ni siquiera puedo decir que tuviéramos ‘peleas’, porque yo no hablaba, no decía nada, no respondía. Sólo me quedaba ahí, callada, haciendo lo que me decía”.
Para entonces Yeritza tenía un año de relación con Carlos y los golpes comenzaron un día que él revisó su teléfono y vio unos mensajes que no le gustaron.
“Para entonces yo ya pesaba 36, 37 kilos y él me decía: ‘Tu cuerpo me da asco, no me dan ganas de estar contigo, no tienes nada por ningún lado’”, recuerda Yeritza.
Y los golpes y la humillaciones y el control seguirían durante un año y medio más hasta el 2 de febrero del 2020 que Carlos la golpeó en frente de la familia de él. Le rompió cinco dientes, la dejó lastimada la pierna y tuvo incontinencia temporal. La familia de Carlos “N” la llevó a la clínica y se encargó de mentir a los médicos diciendo que ella se había lastimado por borracha. Un mes después, el 22 de marzo del 2020, Carlos intentó ahorcarla pero la familia de Yeritza llegó y la salvó. Llamaron a la policía y él fue detenido en flagrancia.
Ese mismo día fue vinculado a proceso por tentativa de feminicidio. En febrero del 2021 la defensa de Carlos interpuso un amparo indirecto asegurando que no se había respetado el debido proceso. Le dieron la razón y se ordenó repetir la primera audiencia.
En la segunda-primera audiencia también fue vinculado a proceso por el delito de tentativa de feminicidio. En septiembre de 2022 se comprobó su responsabilidad y fue sentenciado a 11 años y 8 meses de prisión, la pena más baja.
En abril del 2024 la defensa de Carlos interpuso un segundo amparo, ahora contra la sentencia, argumentando que se violó el principio de continuidad. Este principio señala que no pueden pasar más de 10 días entre una audiencia y otra, pero pasaron 11 días, pues por la pandemia las autoridades judiciales retrasaron las fechas. El juez les dio la razón y decidió reiniciar el proceso.
Dicho amparo anula la sentencia, deja inexistente el juicio y todo lo que se había presentado, como pruebas y peritajes.
En enero de 2025 inició el proceso por segunda ocasión. Desde cero. En este proceso se han presentado las mismas pruebas, los mismos peritos.
“El caso de Yeritza es un caso muy complejo porque ha sufrido una revictimización terrible con el sistema. Ha tenido dos primeras audiencias, afortunadamente en ambas se le vincula a proceso. Su proceso llevó más tiempo de lo normal y cuando hubo sentencia condenatoria confirmada por la Sala, el Colegiado con un criterio a modo, para no entrar a fondo, repone el juicio”, dice Jose Horus, abogado de Yeritza.
En próximos días el juez José Juan Pérez Soto emitirá el segundo fallo contra Carlos “N”, quien previamente fue declarado culpable del intento de feminicidio contra Yaritza Bautista.
Reportera. Autora del libro “Nadie les pidió perdón”; y coautora del libro La Tropa. Por qué mata un soldado”. Dirigió el documental “No sucumbió la eternidad”. Escribe sobre el impacto social de la violencia y los cuidados. Quería ser marinera.
Ayúdanos a sostener un periodismo ético y responsable, que sirva para construir mejores sociedades. Patrocina una historia y forma parte de nuestra comunidad.
Dona