10 noviembre, 2023
Claudia Sheinbaum regresó a la Ciudad de México para encontrarse con la militancia de Morena. Lo hizo en una Arena México a punto de reventar, no solo por el número de asistentes, sino por los ánimos de la militancia previo a que el partido defina quiénes serán los «defensores de la transformación» en las 9 entidades en disputa en 2024
Texto: Alejandro Ruiz
Fotos: Isabel Briseño
CIUDAD DE MÉXICO. – Hace unas semanas, la militancia de Morena en la Ciudad de México demostró a su dirigencia que le puede cobrar factura a las imposiciones y falta de organización.
La imagen de un Estadio Azul semi vacío, desairado y con gente yéndose antes de que Mario Delgado terminara su discurso es inolvidable. Y la dirigencia de Morena parece que aprendió de eso.
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Ahora no fue el Estadio Azul, fue la Arena México. Ahora no fueron gradas vacías, sino butacas desbordándose.
«¡Es un honor estar con Claudia hoy!», coreaba la militancia mientras el tiempo pasaba al filo del ring de lucha libre.
La espera generaba angustia, pues desde la una de la tarde los asistentes comenzaron a llegar a la colonia Doctores. Algunos, individualmente, otros, organizándose desde sus colonias para venirse en camiones como grupos de base.
#Ahora ⭕A unos minutos de iniciar el encuentro de @PartidoMorenaMx con su militancia en la Cdmx, la Arena México está repleta. También, las calles aledañas en la colonia Doctores, con camiones urbanos que trajeron a los simpatizantes.
R: @A_Ruiz9 pic.twitter.com/hFEjxrwS6R— Pie de Página (@PdPagina) November 9, 2023
La señora Laura, de la colonia Escuadrón 201 de Iztapalapa, viene con sus amigas y vecinos al evento de la ex jefa de gobierno. Pero también, como dice ella, «para demostrar que en la Ciudad de México la ruta es Clara».
En el estadio Azul la ausencia de los vecinos de Iztapalapa y la Gustavo A. Madero fue notoria. Apenas algunas lonas o cartulinas se desplegaron aquél día desde las gradas de la Ciudad Deportiva.
Ahora la historia es distinta, pues entre la militancia de estas dos delegaciones llenaron más de la mitad de la Arena México.
Su presencia era notoria, no solo por sus mantas y consignas, sino también por su ferviente apoyo a su ex alcaldesa, y ahora aspirante a la candidatura de Morena para la jefatura de gobierno: Clara Brugada.
«Aquí, allá, Clara va a ganar», gritaban entusiasmada la militancia de Iztapalapa. Formaban corazones con sus manos, como lo hizo Brugada en su primer evento masivo como aspirante en el Monumento a la Revolución.
«Si juntan la C de Claudia, y la C de Brugada, formamos este corazón», dijo ese día. Aunque ahora sus simpatizantes, convocados para encontrarse con Sheinbaum, parecían más enfocados en demostrar que Clara Brugada es quien va ganando las encuestas.
Un breve sondeo, sin validez oficial o metodología avalada, demostró el poder de Iztapalapa.
Al frente, un orador en medio del ring inauguró (consciente o inconscientemente) una batalla de porras entre la militancia de las 16 Alcaldías.
«¿Dónde está Xochimilco, la Gustavo A. Madero, Coyoacán, Magdalena Contreras?» preguntó aquél hombre a las masas. Todas, repartidas como grupos entre las gradas de la Arena México, respondieron con loas cuando escucharon el nombre de su delegación.
Llegó el turno de Iztapalapa, y sus gritos cimbraron la Arena, y después de remarcar su presencia, ensordecieron a la multitud durante unos minutos coreando a su ex alcaldesa: «¡La ruta es Clara, la ruta es Clara¡».
Después, Iztacalco y la Venustiano Carranza corearon el nombre de Omar García Harfuch. Los abucheos se comenzaron a escuchar, mientras el orador intentaba calmar las aguas.
Mientras esto sucedía, Brugada se paró de su asiento en la primera fila y alzó su mano para saludar a sus bases, como sabiéndose ganadora, arropada por la militancia en una encuesta que ha dividido al partido.
Harfuch permaneció sentado.
La guerra de porras tuvo a su ganadora: Clara Brugada. Pero los resultados de la verdadera batalla apenas van a llegar.
Tras firmar el acuerdo por la transformación en la Ciudad de México, donde 460 personalidades del deporte, la academia, política y las artes se sumaron a Morena, la ex jefa de gobierno dio un mensaje a su militancia.
«¡Quiero un compromiso que se llama unidad! ¡arriba todos!, ¡levántense compañeros! ¡Unidad, unidad, unidad!”.
Después, habló de sus logros durante su gestión en la Ciudad de México: las universidades Rosario Castellanos y la Universidad de la Salud. También, de sus obras de movilidad y la beca universal.
Mientras Sheinbaum hablaba, la militancia de Iztapalapa seguía su discurso con una petición: «Ahora queremos más Utopías».
La efervescencia hizo que Sheinbaum frenara su discurso para demostrar que ella no tiene favoritos.
“Aquí tenemos a cinco compañeros que son de primera, de primera”, dijo, refiriéndose a los aspirantes de Morena en la Ciudad de México. A cada uno los felicitó por sus logros.
Las porras continuaban, e Iztapalapa seguía repitiendo el nombre de Clara Brugada.
“Ya sé que todos están con mucho entusiasmo, pero lo más importante ya lo dijimos: ¿Unidad o división? ¡Unidad!, ¡Más fuerte! ¡Unidad! Eso es lo que queremos en la ciudad y en todo el país”, reiteró Sheinbaum, quien a la vez hizo un llamado a los aspirantes para respetar los resultados de la encuesta.
Desde la butaca, y negando con la cabeza, una señora de Iztapalapa replicaba la petición de Claudia Sheinbaum: «Unidad, no. Clara, sí».
Claudia Sheinbaum no la escuchó.
El bullicio terminó. La gente, eufórica, salió de la Arena México y la catedral de la lucha libre se comenzó a vaciar.
Los últimos en salir fueron los aspirantes a la defensa de la Cuarta Transformación en la Ciudad de México.
Primero, Omar García Harfuch, escoltado por un grupo de hombres que quitaban a sus simpatizantes de en medio.
Harfuch se tomaba fotos, pero evitaba contestar preguntas a la prensa.
Mientras, del lado derecho, un joven quería acercarse entre la multitud. Ante su impotencia, y con Harfuch a punto de abandonar la Arena México, el joven le recordó uno de sus pendientes: «Omar, no olvidamos Ayotzinapa».
Después, Hugo López-Gatell caminó sin prisa hacia la salida. Se detuvo cada que pudo a tomarse fotos con sus simpatizantes. Algunos lo felicitaban por su gestión de la pandemia del covid-19. Otros, le demostraban su apoyo en la encuesta interna.
-Doctor, ¿un mensaje antes del resultado de la encuesta?
-Ninguno, sólo avanzar en unidad. ¡Unidad!.
La última en salir fue Clara Brugada. Lo hizo entre loas y consignas, mientras una valla humana de sus simpatizantes pedían que «no malluguen a la próxima jefa de gobierno».
-Clara, ¿un mensaje antes del resultado de la encuesta?
-Estaremos muy respetuosos de los resultados.
-¿Buscaras otro cargo si no resultas ganadora?
-No, nada de eso.
Mientras esto sucede, la oposición parece desmoronarse poco a poco. Su batalla interna en el Frente Amplio por México sólo augura una ruptura.
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