Sembrando en tierra seca

30 junio, 2025

Las afectaciones climáticas en el trabajo del campo tienen un impacto diferenciado por género. Las mujeres jornaleras —muchas de ellas indígenas y migrantes— viven condiciones laborales más precarias que los hombres y ante la emergencia climática están expuestas a mayores riesgos de salud por la exposición continua y constante al calor

Por Oxfam México

La crisis climática ya no es un asunto del futuro, es una realidad que golpea con fuerza los campos agrícolas de México y se sentirá también en nuestras mesas. Las lluvias impredecibles, el calor que no cede y los fenómenos extremos cada vez más frecuentes están mermando las cosechas y poniendo en riesgo no solo los medios de vida de quienes los siembran, sino también la estabilidad del sistema alimentario nacional. Mientras tanto, quienes trabajan el campo son los grandes invisibles de las políticas públicas, y el cambio climático seguirá como una nota al pie en los debates sobre derechos laborales.

Lo que hoy se vive en las zonas rurales no es un problema ajeno sino la antesala de una crisis alimentaria que terminará por alcanzarnos a todos. Se estima que cinco de seis cultivos que representan el 65% del área cosechada del país tendrán impactos negativos por el cambio climático con decrementos de rendimientos hasta el 59% y con costos económicos de casi 38 mil millones de dólares. De las pérdidas encontradas, el 69% se dan en el manejo de temporal. Los estados de Veracruz, Sinaloa, Tamaulipas y Jalisco presentan la mitad de las pérdidas económicas (1).

Según el Programa de Investigación de Cambio Climático de la Universidad Nacional Autónoma de México, el país enfrenta una disminución progresiva de la productividad agrícola. El acortamiento de los ciclos agrícolas, la pérdida de cosechas por sequías, lluvias intensas, desertificación o salinización de los campos, así como las pausas forzadas en la producción afectan la continuidad de sus empleos (que de por sí son temporales e itinerantes) y el pago final que pueden recibir (2). Esta reducción anticipa una reacción en cadena: menos producción, mayor presión sobre los mercados, reducción del empleo agrícola y encarecimiento de los alimentos básicos (que representa el principal gasto de la población mexicana). Las afectaciones climáticas en el trabajo del campo tienen un impacto diferenciado por género. Las mujeres jornaleras —muchas de ellas indígenas y migrantes— son frecuentemente enganchadas en condiciones más precarias que los hombres y sin garantías mínimas como acceso a servicios de salud o espacios de cuidado para sus hijas e hijos. Ante condiciones climáticas más exigentes, suelen estar expuestas a condiciones de trabajo de mayor riesgo derivadas de la exposición continua y constante al calor (como la nefropatía mesoamericana) (3).

A ellas les pagan menos que a los hombres por el mismo trabajo, situación que se agrava si son mujeres indígenas. El resultado es un patrón de exclusión que profundiza la desigualdad y vulnerabilidad. El cambio climático extingue la vida. El calor excesivo, el aumento y exposición a la radiación ultravioleta, la contaminación del aire, las enfermedades transmitidas por insectos y otros vectores, el uso y exposición de agroquímicos y el aumento de fenómenos meteorológicos extremos son causantes de la muerte de personas trabajadoras. Entre 2000 y 2023 las muertes por calor extremo aumentaron, especialmente en entidades federativas con alta actividad agrícola (5).El cambio climático está agravando fenómenos ya conocidos en el sector: el desplazamiento forzado por pérdida de tierras o fuentes de agua, la migración laboral prolongada, la reducción del trabajo temporal y la falta de continuidad en ingresos (6). Todo esto está ocurriendo sin que existan sistemas adecuados de protección social que aminoren sus efectos. Hoy por hoy, más del 90% de las personas jornaleras trabajan sin acceso a seguridad social (7).

Frente a este panorama, urge actuar sobre el modelo de producción agrícola e incorporar una mirada de justicia económica. No es posible promover prácticas agroecológicas o la tecnificación del campo si se mantiene la precariedad laboral. Tampoco se puede hablar de desarrollo sin contemplar la resiliencia del sector al cambio climático. Se tiene que contemplar el impacto diferenciado del cambio climático entre hombres y mujeres. Del mismo modo, no se pueden reducir los impactos de la producción de alimento en el ambiente y el clima sin los apoyos económicos y técnicos necesarios. Las personas trabajadoras del campo necesitan estar presentes en el diseño de políticas públicas, de los Planes Nacionales de Adaptación (NAP, por sus siglas en inglés) y de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés). Una transición justa tiene que reconocer y corregir las deudas históricas con quienes cultivan lo que comemos. Se debe prevenir exacerbar las desigualdades históricas. El campo no solo sostiene nuestra alimentación: es la raíz del trabajo y de la vida misma. Empecemos por garantizar derechos, justicia y dignidad para quienes lo habitan y lo hacen posible con sus manos y su sudor.

(1) Alma Mendoza Ponce et al., «Agricultura y cambio climático en México», 2023, https://cambioclimatico.unam.mx/wp-content/uploads/2023/10/cambio-climatico-en-mexico-impactos-agricultura.pdf?utm

(2) Amirhossein Hassani, Adisa Azapagic, y Nima Shokri, «Global Predictions of Primary Soil Salinization under Changing Climate in the 21st Century», Nature Communications 12, n.o 1 (18 de noviembre de 2021): 6663, https://doi.org/10.1038/s41467-021-26907-3

(3) ONU Mujeres – América Latina y el Caribe, «Jornaleras agrícolas mexicanas luchan por sus derechos y la protección del medio ambiente», ONU Mujeres – América Latina y el Caribe, 17 de marzo de 2022 https://lac.unwomen.org/es/stories/noticia/2022/03/jornaleras-agricolas-mexicanas-luchan-por-sus-derechos-y-la-proteccion-del-medio-ambiente

(4) «Provoca Calor En México Récord de Muertes En 2023», Quinto Elemento Lab (blog), accedido 20 de mayo de 2025, https://quintoelab.org/project/record-calor-muertes-2023-mexico 

(5) Organización Internacional del Trabajo, «Garantizar la seguridad y la salud en el trabajo en un clima cambiante» (Ginebra: Organización Internacional del Trabajo, 22 de abril de 2024), 13, https://www.ilo.org/sites/default/files/2024-07/ILO_SafeDay24_Report_r13_ES.pdf

(6) Organización Internacional del Trabajo, «Garantizar la seguridad y la salud en el trabajo en un clima cambiante».  

(7) Datos generados a partir de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo.

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