1 diciembre, 2024
De las 2.5 millones de trabajadoras del hogar que hay en México, apenas 60 mil han accedido a la seguridad social. Aunado a esto, una resolución de la Suprema Corte podría impedir que más trabajadoras gocen de este derecho, advierten sindicalistas
Texto: Alejandro Ruiz
Foto: María José Martínez / Cuartoscuro
CIUDAD DE MÉXICO. – En México, existen 2.5 millones de personas empleadas como trabajadoras del hogar, sin embargo, sólo 60 mil cuentan con derechos de seguridad social.
La situación –de acuerdo a datos oficiales del Instituto Mexicano del Seguro Social y de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo de 2024– demuestra que, más allá de avanzar en la materia, el Estado mexicano aún no logra asegurar los derechos laborales de las trabajadoras del hogar.
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Ahora, a este brecha de desigualdad, que impacta principalmente a mujeres –pues nueve de cada 10 personas dedicadas al trabajo del hogar son de este sexo – se suma la negativa del Poder Judicial en escuchar y atender los reclamos del gremio organizado.
El 13 de noviembre, la Segunda Sala de la Suprema Corte denegó, por mayoría, un amparo promovido por el Sindicato Nacional de Trabajadoras y Trabajadores del Hogar. El amparo reclamaba que la ley del Seguro Social – modificada en 2022 para integrar la seguridad social para las trabajadoras del hogar – tiene vacíos legales que la patronal aprovecha para no afiliarlas.
Uno de ellos, explicó para Pie de Página Norma Palacios, una de las tres secretarías generales colegiadas del Sindicato Nacional de Trabajadores y Trabajadoras del Hogar, es el artículo 239-B de la Ley del Seguro Social, donde se estipuló que no se considerará como trabajadora del hogar a quien realice trabajo del hogar únicamente de forma ocasional o esporádica.
Esto, acusa la sindicalista, «suprime nuestro derecho a la seguridad social, ya que margina de este derecho a quienes realizamos ese tipo de trabajo», y además, viola distintos convenios internacionales, como el 189 de la Organización Internacional del Trabajo, ratificado por el Estado mexicano, y que establece que, aunque el trabajo se realice de manera ocasional o esporádica, si es remunerado, debe contar con la protección de la legislación.
La resolución, contenida en el expediente 872/2023 , fue redactada por la ministra Lenia Batres, quien argumentó que el amparo promovido por las trabajadoras organizadas era improcedente debido que «el factor que determina la protección de seguridad social de una persona trabajadora del hogar, consiste en que ésta se encuentre sujeta a una relación laboral, donde haya elementos subordinación y horarios establecidos, no así, a la calidad del sujeto quién presta el servicio».
Sin embargo, como en otros casos, la ambigüedad de la ley se presta a interpretaciones –muchas veces a favor de la patronal– como acusa Norma Palacios:
«Muchas de nosotras trabajamos de manera esporádica, no porque no queramos un empleo formal, sino porque las condiciones laborales a nuestro alrededor no nos permiten tener empleo estable todos los días».
En 2015, Norma y sus compañeras constituyeron el Sindicato Nacional de Trabajadores y Trabajadoras del Hogar para defender sus derechos y garantizar condiciones de trabajo dignas.
Norma, quien es hija de migrantes, y desde muy joven se dedica al trabajo del hogar, resume sus motivos para luchar:
«Sé lo que significa estar en una situación precaria, sin derechos laborales, esperando que el empleador tenga la «buena voluntad» de darnos un aguinaldo o cualquier tipo de beneficio. Ese fue el caso de mis padres, y esa es la realidad de muchas trabajadoras del hogar, que siguen viviendo sin acceso a servicios básicos como la salud o la vivienda».
Después, recapitula el camino que han seguido ella y sus compañeras en la lucha por sus derechos:
«Nuestro principal reto ha sido la organización, ya que trabajamos en un sector diferente al de otros trabajadores. Nosotras no estamos en fábricas ni empresas; es un sector complicado de organizar, ya que muchas veces el trabajo es individual, en casas particulares, y las condiciones para hacer cumplir nuestros derechos son difíciles».
Pese a estas dificultades, su lucha rindió frutos en 2019, cuando la reforma laboral impulsada por el expresidente López Obrador incluyó un apartado que permitió a las trabajadoras del hogar acceder al sistema de Seguridad Social.
Antes, el Sindicato había impulsado un amparo para que se asegurara a una trabajadora del hogar de la Ciudad de México. La sentencia, emitida por la Corte en diciembre de 2018, le dio la razón a la trabajadora, y declaró «inconstitucional y discriminatorio» que éste gremio no tuviera acceso a la seguridad social. Además, la Corte ordenó al IMSS crear un programa piloto y legislar para que las personas trabajadoras del hogar pudieran contar con ese derecho.
Sin embargo, relata Norma, «a raíz de la pandemia, muchas de nuestras compañeras quedaron desempleadas, ya que su trabajo no es fijo, sino esporádico. También, muchas trabajadoras del hogar perdieron sus empleos regulares de lunes a viernes, y esto ha complicado aún más la situación para poder acceder a la seguridad social».
Aunado a esto, la legislación en la materia, promulgada hasta 2022, «no cumplió con lo que esperábamos».
«Nosotras necesitamos una legislación que garantice el acceso completo a la seguridad social, como cualquier otro trabajador. Y esa legislación, en particular, no cumplió con ello por varias razones».
De las 2.5 millones de personas que se dedican al trabajo del hogar, 9 de cada 10 son mujeres. La mayoría, asegura Norma Palacios, «somos mujeres jefas de familia que contribuimos de manera importante a la economía del país».
Pese a esto, a raíz de la reforma, el número de personas trabajadoras del hogar con acceso a la seguridad social no ha crecido lo suficiente desde que se hizo obligatorio.
«De las 2.5 millones de trabajadoras del hogar, solo alrededor de 60 mil están registradas, lo que refleja una gran desigualdad. A pesar de que el sistema permite presentar quejas a través del portal del IMSS, muchas trabajadoras temen denunciar a sus empleadores por miedo a que las despidan, y quedarse nuevamente sin empleo ni ingresos».
Aunado a esto, otro de sus reclamos –y que también desestimó la Corte – es que la legislación vigente no cumple con el convenio 189 de la OIT, el cual, establece que todos los trabajadores, independientemente de su actividad, deberán gozar los mismos derechos que cualquier otro trabajador.
«Aunque se dice que se nos reconoce con los mismos derechos que cualquier otro trabajador, en la práctica esto no se cumple», reclama Norma, explicando que, por ejemplo, la actual Ley del Seguro Social establece que el aseguramiento de una trabajadora del hogar termina cuando concluye la relación laboral, mientras que otros trabajadores tienen derecho a una cobertura de hasta ocho semanas después de la terminación del empleo.
Para Norma Palacios, la falta de acceso efectivo a la seguridad social, sumada «a la falta de voluntad política para cambiar la situación» son algunos de los problemas a los que se ha enfrentado el gremio que representa colegiadamente: el Sindicato Nacional de Trabajadores y Trabajadoras del Hogar.
«El sindicato, a pesar de no contar con recursos económicos suficientes, sigue buscando fortalecer alianzas, tanto a nivel nacional como internacional, con otros grupos de mujeres que luchan por sus derechos. A nivel nacional, tenemos alrededor de mil 500 a mil 800 trabajadoras afiliadas. Sin embargo, el número de trabajadoras que realmente necesitan apoyo es mucho mayor, y nuestro principal reto sigue siendo la organización y comunicación con ellas».
Ante esto, hace un llamado concreto para «que las autoridades tomen medidas para que se logre una legislación plena, que realmente cumpla con los derechos que nos corresponden, y que no tengamos que esperar más para tener acceso a la seguridad social y a condiciones de trabajo dignas.
Y añade:
«Necesitamos acciones inmediatas, no solo mesas de trabajo y coordinación, sino también presupuesto y voluntad política para solucionar estos problemas de una vez por todas».
De forma particular, también envía un mensaje a la presidenta Claudia Sheinbaum: «Sabemos que estamos en un momento en el que se habla de «un tiempo de mujeres», pero ese tiempo no será real hasta que se reconozca y dignifique el trabajo de las trabajadoras del hogar, un sector que está compuesto mayoritariamente por mujeres».
Periodista independiente radicado en la ciudad de Querétaro. Creo en las historias que permiten abrir espacios de reflexión, discusión y construcción colectiva, con la convicción de que otros mundos son posibles si los construimos desde abajo.
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