Rodolfo Hernández, empresario constructor catalogado como misógino y machista, disputará la segunda vuelta electoral por la Presidencia de Colombia frente al izquierdista Gustavo Petro, quien obtuvo más del 40% de los votos el domingo pasado
Texto: Irma Gallo*
Fotos: Pedro Anza / Cuartoscuro
BOGOTA, COLOMBIA.- La noche bogotana se enfriaba más a cada minuto que pasaba. Eran cerca de las 9 cuando una llovizna ligera, pero pertinaz, se sumó a las ráfagas de viento helado que empezaron a cortar las mejillas cuando salimos del centro de convenciones Corferias, en donde la Registraduría Nacional de Colombia habilitó no sólo mesas para votar para aquellos bogotanos que no se hubieran inscrito en cualquier otro puesto de votación, sino también un centro de prensa internacional para seguir en vivo los resultados de la primera vuelta electoral.
Tomamos un taxi al hotel. Todos los periodistas que participamos en esta cobertura nos identificamos como de izquierda —aunque coincidimos en que nos hemos llevado grandes decepciones—, por eso todos apostábamos por la victoria en primera vuelta de Pacto Histórico y sus candidatos, Gustavo Petro para la presidencia y Francia Márquez para la vicepresidencia, así que a esa hora, después de una larga jornada de trabajo, el clima atmosférico era el más adecuado con nuestro estado de ánimo.
Hombre parco, seco, el taxista que nos llevó al hotel estaba lo más cercano a entusiasmado con los resultados de la primera vuelta de las elecciones: “Yo no tengo la mente tan abierta como para creer que alguien que fue guerrillero del M19 —dijo, en clara alusión a Gustavo Petro— pueda ser un buen presidente”. Luego nos contó la historia de su esposa, quien fue obligada a renunciar de una instancia gubernamental de Bogotá, después de años de servicio, cuando Petro se convirtió en alcalde de la capital colombiana. Finalmente, reconoció que era “muy raro” que Rodolfo Hernández, el ingeniero, candidato de la Liga de Gobernantes Anticorrupción que ganó el segundo lugar al uribista Federico “Fico” Gutiérrez en esta primera vuelta, se hubiera hecho “tan rico sólo con su constructora y sus incursiones en la política”. Aun así, vaticinó 13 millones de votos para Hernández en la segunda vuelta.
El candidato que aparenta desmarcarse del uribismo, ser cercano a la gente y hasta “campechano” en su trato y modos de hablar, tiene abierto un expediente por parte de la Contraloría, la Procuraduría y la Fiscalía, por una historia de posible fraude contractual conocida como el caso Vitalogic, por 336 millones de pesos colombianos, que data de la época en que fue alcalde de Bucaramanga, en 2016. Resulta, por decir lo menos, paradójico, que la coalición que lo postuló como candidato a la Presidencia se llame Liga de Gobernantes Anticorrupción.
Por si fuera poco, el ingeniero tiene, como decía mi abuela, “las pulgas muy por encima”: en noviembre de 2018, después de decirle “usted es un hijo de puta”, golpeó al concejal Jhon Claro en el rostro, como se puede ver en este video de El Tiempo. La agresión le valió la primera de las dos suspensiones a su cargo como alcalde de Bucaramanga por parte de la Procuraduría General de la Nación. La segunda ocurrió el 16 de septiembre de 2019 y se debió a un supuesto apoyo abierto a Juan Carlos Cárdenas, candidato a la misma alcaldía.
A pesar de todo esto, al igual que el taxista que nos llevó al hotel, un importante sector de la población colombiana dice tenerle miedo a Gustavo Petro, el candidato de la centroizquierda. En mi caminata matutina, encontré tirados por la calle stickers con la leyenda #Petro es hambre. Asimismo, aunque Petro se desarrolló en el ala civil, el haber formado parte del grupo guerrillero M19 lo marcó como “peligroso” para el sector más conservador de la sociedad colombiana.
Por otra parte, el candidato Rodolfo Hernández, al que todos llaman “el ingeniero”, ha sabido jugar muy bien el juego de las redes sociales, en especial de Tik Tok, de la que se autonombra “el rey”. Su cuenta en esa red, en cuyo perfil se anuncia como “Futuro presidente de Colombia/ Empresario/ Viejito pero sabroso”, tiene 546.4 mil seguidores.
El “viejito pero sabroso” también ha sido catalogado como misógino y machista, como cuando se refirió a las mujeres venezolanas como una “fábrica de hacer chinitos (niños) pobres”, o como cuando dijo que “la mujer, mejor que apoye desde casa”; que la mujer “metida en el Gobierno, a la gente no le gusta”. Posteriormente, el locutor de radio al que hizo las últimas dos declaraciones salió en su defensa y afirmó que se tomaron fuera de contexto.
Llama la atención, entonces, que Rodolfo Hernández haya elegido a una mujer como su candidata a la vicepresidencia. Sin embargo, Marelen Castillo es una presencia discreta, opaca, que nunca ha ejercido un cargo público. Sólo después de que la periodista Paola Ochoa renunció a ser su compañera de fórmula, en febrero de este 2022, Hernández se decantó por Castillo, bióloga, química y académica originaria de Cali, de 53 años de edad y abiertamente católica. Ha centrado sus propuestas en la educación y en el combate a la corrupción. Marelen Castillo es una mujer afrodescendiente al igual que Francia Márquez, la candidata a la vicepresidencia por el Pacto Histórico.
Esta es la fórmula de la Liga de Gobernantes Anticorrupción, que le disputará el primer lugar a Petro y Márquez en la segunda vuelta de las elecciones, que se llevará a cabo el 19 de junio. Dado que Federico Gutiérrez anunció que votará por Rodolfo Hernández, algunos medios se han apresurado a aventurar que todos los votos que serían para Fico se sumarán, en automático, a los del ingeniero y Marelen Castillo, lo cual resultaría en una eventual derrota para Pacto Histórico. Sin embargo, para Alexander Sierra, Asociado del Centro de Estudios Socio Jurídicos Latinoamericanos, las cosas no son tan simples:
“Hay una apuesta de no dos, sino cerca de tres o cuatro candidatos de la derecha. En Colombia eso tiene un nombre, es la operación avispa; en la medida en que lo nombramos es una práctica política: yo me voy con varios candidatos y le apuesto a opciones, luego veo los resultados y, efectivamente Fico es fiel a sus resultados. Cuando Fico solamente gana en Antioquia, pero es el tercer candidato, de inmediato tú dices, a él lo están inflando. Eso evidencia que ese candidato nunca logró salir de lo que estaba hecho para ser proyectado; la idea del uribismo era: vamos a tener un candidato que proyecta nuestro regionalismo. Luego, tiene otro modelo de liderazgo del político que te regaña y te pega pero igual es tu papá. Es un poco el modelo de un país sin autonomía, muy heterónomo, vinculado a que el patrón está encima, el que te pega, porque además de todo hay una construcción de que el empresario es eso. Entonces esa figura, siento yo que como está implícita en nuestra psique colectiva, es otra de las apuestas del uribismo. Pero lo que hacen es, con un caudal electoral que es muy precario les elevan la capacidad de votos y es más fácil decir que juntos llegan a ser diez millones. A Petro sólo le falta un millón de votos pero no tenemos nadie que diga que virtualmente hoy tenemos un candidato que tiene 40% de intención de voto, y que obtuvo 8.5 millones de votos, que es la votación más alta en la historia del país, y para un candidato de izquierda aún más”.
*Esta cobertura se llevó a cabo gracias al patrocinio de Global Exchange en colaboración con Península 360 Press.
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