Los fantasmas de la guerra, el fascismo y el exilio aparecieron gracias a dos retratos familiares. Imágenes al alcance de la mano que sirven para recordar la historia.
Duilio Rodríguez / @duiliorodriguez
Los álbumes y las cartas familiares son archivos documentales que usamos para corroborar sucesos, fechas y personajes que nos ayudan a comprender mejor nuestra propia identidad.
Una fotografía estuvo colgada en la habitación de mi madre al menos toda mi infancia y era imposible no verla casi a diario. Lo curioso es que a pesar de estar expuesta a ella tantos años no pueda recordar con claridad algunos detalles del contenido formal. En mis recuerdos estaba muy presente un hombre vestido de miliciano y una mujer junto a él con dos niños pequeños, ¿o eran tres?.
Por si las dudas, preferí hablar con mi hermano y le pregunté si recordaba esa fotografía. Los dos la teníamos presente, pero ambos también dudábamos del número de personas que en ella aparecían.
Después de platicar sobre algunos detalles de la foto nos dimos cuenta que había una mezcla de recuerdos entre dos fotografías: una, en la que aparecían cuatro personas, y otra, en la que aparecían cinco. La confusión se dio porque ambas imágenes eran retratos familiares que estuvieron colgados en la misma habitación, además en ambas se trataba prácticamente de los mismos sujetos.
La primera fue tomada en 1937. En ella se encuentra de pie un hombre vestido con una camisola tipo militar cruzada por dos cintos; su mano está metida en la bolsa del pantalón y su cara luce seria, en frente está sentada una mujer vestida de civil con la cabeza ligeramente inclinada hacía él. Junto a ella están dos niños, uno sentado recargado en ella, y el otro, de pie con sus manos recargadas sobre su regazo.
La fotografía es en blanco y negro como eran casi todas las fotografías de los años treinta del siglo pasado; en esas epocas ya exisitían las fotografías a colores pero todavía no se popularizaban.
En una especie de búsqueda semiótica intento dar contexto y significado a ella.
En el retrato de familia se encuentran mi abuelo Jenaro de la Colina, mi abuela Concepción Gurría y los dos niños son mis tíos Raúl y José.
Más allá de la descripción somera, la foto se la tomaron en plena Guerra Civil y poco tiempo después todos ellos tuvieron que huir de España perseguidos por los fascistas comandados por el dictador Francisco Franco.
Al poco tiempo de comenzada la guerra, mi familia quedó separada mientras mi abuelo peleaba al frente junto a los republicanos. Mi abuela se tuvo que mover a Bélgica donde mis dos tíos fueron acogidos durante algún tiempo por dos familias distintas.
Los sublevados de Franco ganaron la guerra con el soporte de la Alemanía nazi y la Italia Fascista. La Legión Cóndor estuvo integrada por 5 mil soldados efectivos alemanes que participaron en la destrucción de varias ciudades.
La guerra dejó un saldo estimado en 200 mil personas muertas por la represión, y un número incuantificable de personas torturadas, presas en condiciones inhumanas.
Los fascistas en España persiguieron, encarcelaron y mataron a intelectuales, homosexuales, anarquistas, comunistas, demócratas, liberales, artistas y a todo aquel que no pensara como ellos.
El dictador Franco tiene junto a Hitler y Musolini un lugar destacado como uno de los hombres más nefastos en la historia de la humanidad; pero su legado atroz no parece haber desaparecido del todo.
Todavía hoy en día hay integrantes de partidos políticos de derecha tanto en México como en España que quieren imponer sus creencias religiosas, políticas y sociales, como VOX, un partido Español de extrema derecha que promueve la agenda ultra conservadora invocando los fantasmas del franquismo.
Hace apenas un par de semanas estuvo en la cámara de diputados de México Santiago Abascal, presidente de ese partido político
El señor Abascal se reunió con senadores del PAN, el partido conservador mexicano, para firmar una carta de acuerdos con la finalidad de frenar el avance del comunismo.
Después de que los senadores del PAN y el líder de Vox firmaron la “Carta de Madrid” presumieron una fotografía de la reunión, aunque horas después varios de ellos salieron a deslindarse arguyendo que no son ultras de derecha y que habían firmado a título personal.
Declaraciones y videos de parlamentarios de Vox los muestran tal como son:
En la lógica ultra conservadora todos debemos seguir sus reglas para librarnos del mal que representa la equidad de género, el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo o la calamidad que representan los migrantes o las personas LGBTTQ.
Para ellos el respeto a preferencias individuales no existen, fomentan la homofobia, xenofobia, el machismo, la intolerancia religiosa, desprecian a los que menos tienen, a los indígenas, a los afrodescendientes.
El abuelo de Santiago Abascal, el señor Manuel Abascal Pardo, fue alcalde y diputado local durante el régimen franquista y su padre es uno de los fundadores del partido VOX.
Me gustaría saber qué fotografías tienen, tenían en su casa o en el álbum familiar los Abascal; supongo que en alguna habitación o en la sala de su casa estuvieron o están algunas fotos del dictador Francisco Franco.
Las imágenes, los expedientes o los relatos contados por nuestros familiares son nuestra memoria y se transmiten por generaciones, por eso no entiendo qué parte de la historia de Abascal pueda causarle orgullo como para intentar repetirla.
Durante la guerra, mis abuelos viajaron a América y terminaron de establecerse para encontrar refugio en México, y no en Méjico, como lo escribe el señorcito de VOX.
A finales de los años cuarenta, ya establecidos en la capital del país, se tomaron otro retrato familiar. Alejados por fin de la guerra mi abuelo dejó de usar la camisola militar y en la fotografía aparece de civil, junto a mi madre y mis tíos.
Oficialmente refugiados en la capital mexicana, vivieron, trabajaron, crecieron e hicieron una vida fuera de la dictadura.
Cuando por fin el dictador Franco murió, resurgió una España más libre y democrática, fue entonces que mi abuelo pudo regresar a su patria. Por desgracia mi abuela no tuvo la misma suerte, ya que murió poco tiempo antes.
Cuando mi abuelo Jenaro nos visitaba acá, y se quedaba un par de meses en casa de mi madre, tuve la fortuna de conocerlo, así que pude escuchar de viva voz algunos de sus relatos de la guerra y su periplo como exiliado.
Huyó de España por los picos de Europa, en Francia estuvo recluido en un campo de concentración, cuando lo liberaron se reunió con su esposa e hijos y zarpó en un barco a Santo Domingo, de ahí a Cuba, luego a Hidalgo y finalmente como ya mencioné a Ciudad de México.
No tengo muy claro en qué momento de la travesía migratoria de mis abuelos tuvieron un hijo (mi tío Ramón); que a los pocos años de nacido, murió. Las precariedades del viaje y su deteriorada salud fueron la causa de su muerte.
Mi familia siempre tuvo un enorme agradecimiento al presidente Lázaro Cárdenas y al pueblo de México que los acogió. Nada hubiera sido igual sin refugio, sin un lugar para trabajar dignamente y crecer.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha mencionado innumerables veces al general Cárdenas como uno de los mejores presidentes en la historia de México. En honor a su legado el gobierno actual debería tener un verdadero trato humanista con los migrantes y no tener agentes que los persiguen y les patean la cabeza.
Las fotografías recientes de la Guardia Nacional y agentes migratorios hostigando familias son la muestra del lamentable papel de México frente a la migración.
Tal vez no se entiende que no dejan su país por gusto, sino por hambre, violencia, persecusión política o desastres naturales; razones similares a las que orillaron a mi familia a emigrar.
Ojalá el presidente Obrador rectifique y ordene al Instituto Nacional de Migración que pare la represión contra hondureños, haitianos, salvadoreños, venezolanos, cubanos, africanos y tome verdaderamente como ejemplo al general Lázaro Cárdenas.
No se puede ignorar la enorme presión que ejerce Estados Unidos a México para frenar la migración a su país; pero nunca debe ser el uso de la fuerza y la persecución una solución.
Los fantasmas de la guerra, el fascismo y el exilio aparecieron gracias a dos retratos familiares. Imágenes que a veces sirven para no olvidar la historia.
Editor y fotógrafo documental, retrato, multimedia y vídeo. Dos veces ganador del Premio Nacional de Fotografía Rostros de la Discriminación.
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