Las raperas Obeja Negra, de Batallones Femeninos, y Mare Advertencia Lirika hablan del rap como herramienta para el cambio social. Rapeando, denuncian las violencias a las mujeres y las injusticias que marcan a la sociedad mexicana, ¿cómo convirtieron al rap en una herramienta que le sirve a los movimientos?
Texto y fotos: María Ruiz
La presencia de mujeres en el rap ha cambiado. La rapera Obeja Negra, de Batallones Femeninos, cuenta que actualmente podría nombrar a una MC (intérprete de rap) en cada estado del país. No solo hay más mujeres en la escena de este género musical; sus rimas se han vuelto himnos del movimiento feminista.
“Hoy veo cómo el rap se vuelve una herramienta para este movimiento social” cuenta Obeja Negra, originaria de Ciudad Juárez y quien empezó a hacer rap en 2009, en el contexto en el que los feminicidios oscurecieron su ciudad natal.
En ese entonces la búsqueda de justicia por las mujeres asesinadas en Juárez inspiró sus rimas. Cuenta que estaban llenas de rabia. Actualmente la rapera vive en Ecatepec, uno de los municipios más violentos y de los primeros en activar la alerta de género. Pero después de todos estos años, ella quiere cantar rimas que den esperanza.
-¿Qué paralelismos encuentras entre Juárez y Ecatepec?
“Pues ahora siento que vengo del futuro. Tener conocimiento de cuál es la dinámica de este enorme municipio donde logré identificar el proceso de la industria, la migración, el cómo muchas personas vienen a este municipio en busca de mejorar su vida pero se encuentran con muerte, prostitución, tortura, nuevos carteles peleando la plaza. Todo esto de escuchar que Juárez era nuestro futuro, hoy es mi presente. Vuelve el miedo a mí de ver que las cosas, así como sucedieron en Juárez, es una constante que va para todo el país”.
Al igual que a Obeja Negra, a la rapera oaxaqueña Mare Advertencia Lirika el contexto de su lugar de origen marcó sus rimas:
“Mis temáticas son muy variadas siempre, surge primero como una cuestión vivencial, hablo de lo que vivo, lo conozco, aunque pueda hablar en primera o tercera persona siempre es desde una vivencia cercana. Los temas incómodos, lo que nos cuesta trabajo dialogar, problematizar. En algún momento ha ido cambiando, en algunos momentos ha sido más relacionado con el movimiento social en Oaxaca o con la postura feminista».
Para Mare Advertencia Lirika lo primero que quiso hacer, cuando decidió ser rapera, fue luchar contra los prejuicios. Ese fue su primer reto.
“En un inicio fue el tema de erradicar los prejuicios existentes entorno a lo que yo estaba haciendo: el rap. Con mi familia, amigos. Porque como dije soy de una primera generación de rap en Oaxaca donde todo se vende hacia el turismo y el rap no encaja en esta estética. No solo fue construir una escena sino romper los propios prejuicios con la familia. Como la asociación del rap con las pandillas, como romper el miedo también de que hayas fallado, porque te acercas a cierto movimiento y se piensa que vas a irte hacia un mal camino. Ha sido una tarea constante de romper prejuicios en muchos sentidos”.
Ahora su propósito es, desde el rap, generar comunidad:
“Trabajo con muchas escenas y movimientos culturales porque creo que también vamos apostando hacia otras cosas. Hacia una cuestión más consciente, más de trabajo social, de conciencia crítica, trabajo comunitario. Esas apuestas son un reto porque podemos tener un bonito discurso pero ya en la práctica es quitarte tus privilegios y dar tu trabajo a la comunidad”.
¿Cómo lo hace? Mare trabaja con varias organizaciones y colectivas, enseñando de manera esporádica, para que el rap se vuelva una herramienta del cambio:
“Utilizo el rap pero no me interesa que terminen siendo raperos o raperas. Me interesa que la herramienta la logren utilizar para romper sus propios paradigmas, atreverse a hacer algo que no pensaron que podrían”, menciona Mare.
Mare siente su labor como rapera como parte de algo más grande. Cuando trabaja con organizaciones o colectivos cree que las rimas que resulten pueden servir como diagnóstico, evaluación o como un proceso intermedio para llegar a una meta.
“Veo el arte como eso, no veo el arte como algo individual, sino hacia el lado colectivo” recalca.
Para Obeja Negra el feminismo le permitió identificar patrones machistas que les enseñan como raperas, sobre todo respecto al trabajo juntas:
“El feminismo nos permite a nosotras como raperas identificar estos patrones: que entre nosotras no se puede, que entre nosotras nos tiramos o nos ponemos el pie. Con el proyecto de Batallones la idea es reunirnos, subirnos juntas, usar el micrófono para plasmar lo individual pero al estar juntas arriba se vuelve colectivo”.
Sin embargo, como feminista, mira que es necesario dejar de medir los feminismos de las demás:
«Veo necesario que las que ya nos asumimos como feministas dejemos la varita medidora del feministómetro porque lejos de ayudarnos va generando divisiones. Soy de la idea de que cada mujer en este mundo no la hemos tenido fácil y que somos procesos en constante formación. Que hoy por hoy es importante asumirnos como feministas pero que debemos comprender que las mujeres que venimos en el rap venimos de los barrios empobrecidos y machistas y que dar esas batallas, aunque nuestra palabra no haya sido nombrada desde el feminismo, siempre ha tenido una conciencia de ser mujer en una sociedad machista y patriarcal. Esos son grandes avances, que las mujeres podamos enunciar las condiciones en las que vivimos”.
Las batallas de gallos de Red Bull son una competencia de hip hop free style que promueve la marca de bebidas energetizantes. Están hechas para que raperos de distintas partes del mundo compitan entre ellos por quién hace las mejores rimas. Recientemente una batalla en México, entre la española Sara Socas y el mexicano Rapder, desató un debate sobre si el rap es machista.
Mare cuestiona, ¿qué parte de la sociedad no es machista? y luego desarrolla la idea del machismo en el rap:
“Creo que el problema que no estamos sabiendo nombrar es que vivimos en sociedades misóginas, vivimos en una sociedad machista en la que claro, si vas a una batalla, va a haber ese contenido, igual que lo hay en los eventos culturales de todo. Las novelas, los libros, la escuela. El machismo está presente en todos los sectores de la población, vivimos en una sociedad misógina, feminicida. Evidentemente las batallas, como un reflejo de la propia sociedad, también va a tener ese contenido”.
Cuando Mare empezó en el rap las batallas no estaban de moda, no pensaban en la competencia porque no tenían nada por qué pelear. Al contrario, pensaban en construir comunitariamente. Eran pocos y lo que les tocó fue el movimiento de las protestas del 2006 en Oaxaca, cuando la ciudad fue tomada por cinco meses.
“El arte se volvió una herramienta dentro de esos procesos culturales y sociales. Yo participaba con mi colectiva Advertencia Lirika dentro de eventos político-culturales, en la toma de las calles la música acompañaba: el son, el reggae, no solo el rap. Venimos de una escena que fue politizada por el propio contexto. Esa era nuestra realidad”.
Para ella el cuestionamiento más importante debería ser a la existencia de las batallas de gallos de Red Bull:
“No tiene que ver únicamente con el hecho de la misoginia, tiene que ver con el cómo se han capitalizado las batallas. Cuando hay una inversión de empresas del capital privado a mí me preocupa no solo de qué manera están participando las mujeres , sino que estas empresas que están tomando terreno, son las mismas empresas que siguen arrebatando el territorio”.
Para Obeja Negra estas batallas chocan con los principios del rap ya que los jueces han tergiversado lo que sí tenía el hip hop al principio:
“Son todo lo contrario al surgimiento de la cultura (del rap). Se ha tergiversado todo esto de las batallas de Red Bull, haciendo dinero. Antes sí era eso, quien bailaba mejor, quién se aventaba la mejor rima, pero hoy los jueces califican como mejor rima decir ‘puta’ cinco segundos o el ‘lloras como niña; rapeas como niña; me follo a tu madre, a tu abuela y a tu prima’. Todas estas rimas que están cargadas de misoginia, de odio, de machismo y de patriarcado son las más aplaudidas. Si regresamos a la historia del surgimiento del hip hop se habla de círculos, de free style, donde la gente se juntaba y en ese momento si la pegabas pues estaba chida pero si no, seguías. Hoy por hoy las batallas han sido explotadas por Red bull a su conveniencia”.
Las raperas no se quedan en críticas. Mare decidió que no gastaría su energía en competir con personas misóginas, pero sí en construir territorios menos hostiles:
“Yo por lo menos no hago la lucha directa hacia una cosa. A mí me interesa cuestionar todo el sistema. Me interesa cuestionar desde abajo y por eso mucho del trabajo que hago es un trabajo comunitario de base. Prefiero trabajar con gente con quien sí pueda conectar. Mientras podemos educar a más gente, este tipo de situaciones van a tener menos cabida. Mientras más gente estemos conscientes, menos vamos a seguir apostando por ese tipo de contenidos”.
¿Qué opinan las raperas del movimiento feminista que adoptó sus rimas como himnos? ¿Es posible dejar atrás la misoginia en la escena del rap mexicano?
“Hay un tema que lamentablemente nos falta: que muchas de nosotras no somos lo suficientemente críticas, muchas seguimos reproduciendo la competencia entre nosotras; la misoginia, el estar protegiendo a los batos. Como que hay muchos vicios que todavía tenemos que trabajar”, responde Mare sobre el movimiento de las mujeres.
Para la rapera oaxaqueña las mujeres tienen que estar lo mejor preparadas para poder influir de manera positiva en los espacios:
“Mientras más de nosotras tengamos la confianza de nuestra palabra, mientras más de nosotras tengamos una conciencia crítica, mientras más tengamos una propuesta concreta, más difícil va a ser que esta violencia sistemática siga prevaleciendo”, menciona Mare.
Sin embargo cree que todavía falta un largo camino para lograrlo:
“Nos falta mucho. Veo que ahora es más visible el movimiento de mujeres pero no estamos terminando de interseccionar. Lamentablemente todavía, dentro de nuestros espacios, hay mucho racismo, clasismo, transfobia. Nos hace falta muchísimo para lograr frenar este monstruo”.
Obeja Negra responde sobre la misoginia en el rap:
“Nada es para siempre y menos con nuestras voces ahí: críticas y llenas de propuestas, con un lenguaje inclusivo y lleno de respeto. Ese es el sueño, la meta, que el decir ‘lloras como niña’ o ‘rapeas como niña’ sea algo tan absurdo que cualquier rapera o rapero que lo utilice sea abucheado. Sabemos que no es sencillo, pero si lo hacemos juntas, con amor, con ternura radical, sabemos que nuestra venganza será ser felices. Libres de misoginia, por un free style donde nuestra palabra sea tomada en cuenta y a partir del cual podamos cambiar las condiciones en las que vivimos.”
Y sobre el movimiento feminista la rapera norteña contesta:
“Creo que debemos de volcarnos a lo humano pero no dejar de lado lo crítico. Y como principio, que entre nosotras se vuelva ley no pelear sino enfocarnos en el objetivo: que sea una vida libre de violencia. Para empezar: una vida. Y una vida libre de violencia”.
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