“Queremos dejar de tener miedo en el Claustro de Sor Juana”: estudiantes

5 diciembre, 2022

Un caso de violencia de género atendido en el Claustro de Sor Juana derivó en el despido injustificado de dos profesoras que acompañaban el proceso. Estudiantes de la carrera de Derechos Humanos acusan que son perseguidos por las autoridades de la universidad privada tras exigir respuestas de lo acontecido

Texto y fotos: Isabel Briseño

CIUDAD DE MÉXICO.- Sor Juana Inés de la Cruz se enfrentó al poder hasta el límite, hasta que, amenazada, le fue exigido estampar su nombre con sangre al calce de una abjuración dolorosa e indignante en la que se nombró:  Yo, la peor de todas. Esa abjuración también fue utilizada por estudiantes de la licenciatura en Derechos Humanos y Gestión de Paz, de la Universidad del Claustro de Sor Juana (UCSJ), para agruparse en el colectivo “Lxs Peores de Todxs”.

En entrevista con Pie de Página, integrantes del colectivo estudiantil externaron inconformidad y consternación por el despido injustificado de dos profesoras a quienes consideran pilares en su formación pero también hablan sobre la lucha que están dando.

Así como Sor Juana defendió la libertad, el derecho a la palabra, al conocimiento y a la interrogación, el derecho de la mujer a la igualdad y al saber, la colectiva se apropió del lema de la institución académica para exigir respuestas. 

Todos los estudiantes entrevistados piden que sus testimonios sean anónimos. El motivo: el temor a las represalias que pueden ejercer las autoridades de su institución académica. 

La agresión minimizada y el silencio

En septiembre de este año una persona, estudiante de esta universidad, fue agredida por un compañero, que también cursaba el primer semestre de la carrera de derecho. La persona afectada denunció la agresión pero al encontrarse con autoridades omisas, decidió darse de baja el 11 de octubre de 2022. Al enterarse, los estudiantes del colegio de derechos humanos decidieron protestar pegando algunos carteles dentro del recinto e hicieron algunas pintas en el patio con gis. 

Ante ello, dos profesoras que políticamente se posicionaban feministas y disidentes sexuales se negaron a fingir que no pasaba nada y decidieron dar acompañamiento a la comunidad estudiantil sin tomar partido, de acuerdo con el testimonio de los estudiantes entrevistados.

“Lo que ellas hicieron fue ayudarnos a teorizar, a reflexionar, acompañaron el proceso pero eso molestó a las autoridades”, dice uno de los testimonios.

Del agresor, les dijeron en rectoría que había sido suspendido del Claustro por un año y que debía  tomar un curso para que identificara sus violencias. Pero ese mismo martes 24 de octubre despidieron a una de las dos profesoras y la otra fue rescindida de sus actividades el 11 de noviembre de 2022.

Los estudiantes consternados elaboraron un pliego petitorio con 13 puntos en el que en el exigieron el esclarecimiento de los mencionados despidos y la reinstalación de las docentes afectadas, así como la difusión del reglamento de personal para toda la planta docente; la realización de un proceso transparente para designar a la nueva directora, y que los alumnos tengan voto en dicho trámite. De igual forma, pidieron que no haya represalias para quienes participen en las movilizaciones de protesta.

“Ésta no es una universidad pública, no pueden exigir esas respuestas”, señalan que les respondieron las autoridades. “Nos dijeron que nos iban a aplicar el reglamento por actitudes incorrectas”. 

Estudiantes señalan que su compañere fue revictimizado y denuncian ser víctimas de violencia institucional por el tratamiento que se le ha dado al caso entre la comunidad estudiantil. 

“Lo que ha hecho el Claustro es silenciar, fingir que no pasa nada y tratar el tema a puerta cerrada, pero se tenía que socializar porque es algo que incumbe y lastima a toda la comunidad”, destaca otro testimonio.

Sentir miedo dentro de un espacio que debería ser seguro 

Integrantes del colectivo indican que después de expresar inconformidad por lo acontecido la institución les trató como personas violentas, incluso su nueva directora de carrera señaló a algunos estudiantes como sus agresores. “Empezamos a sentir miedo”, dicen. 

La nueva directora interina interpuso una queja en donde denunció que fue agredida y violentada por los estudiantes, pidió terapia para superar ese proceso de violencia porque de acuerdo con su dicho fue agredida en su espacio por algunos estudiantes. 

Los estudiantes del colegio de derechos humanos también denunciaron que representantes jurídicos de la escuela les amenazaron con demandarles por daños al recinto considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Fue el único acercamiento que reconocen por parte de las autoridades “sólo para amenazar”, expresan.

Tras las protestas, cada estudiante de derechos humanos recibió un citatorio por parte del consejo de ética de la universidad. Tres representantes de jurídico, el exdirector de carrera del colegio de derechos humanos, un representante del colegio de psicología y un representante más de vicerrectoría se entrevistaron con cada estudiante. “Intimidante el asunto”, agrega un estudiante. El objetivo: obtener información, nombres. 

¿Por qué dices que no es seguro el colegio?, ¿qué más sabes?, ¿firmaste el pliego petitorio?, ¿lo conocías? ¿Fuiste parte activa de las protestas? fueron algunas de las interrogantes que les hicieron a los estudiantes.  

También denuncian los estudiantes que los guardias del colegio les siguen y han notado que les toman fotografías, y que al cuestionarles, los guardias les respondieron que tienen instrucciones de notificar cada que se reúnan.  

Docentes y alumnos tienen miedo, los primeros preocupados por sus futuros laborales y los segundos preocupados por su formación académica y por las represalias que temen sufrir.  

“Este proceso ha sido muy cansado, muy desgastante, muy desesperanzador porque en lo personal, entrar al Claustro me costó cinco años de esfuerzo, sacrifiqué todo para entrar a esta universidad y no me parece justo el trato que nos están dando. En general el colegio siempre ha sido un caos pero siempre se toleraba porque las y los docentes eran excelentes, incluídas las dos profesoras que despidieron. En estos momentos, nos están coartando nuestro derecho a la educación porque pagamos por clases de calidad. ¡Están formando defensores de derechos humanos y abogados con perspectiva de derechos humanos! Nos están robando la esperanza universitaria de que incluso podamos salir a hacer nuestro trabajo: defender, porque en la misma institución nos están coartando esos derechos”, indica un estudiante.

Integrantes de la colectiva coinciden en que las maestras fueron el motivo para elegir al Claustro como su institución académica. “Estas maestras fueron fundamentales en mi formación y en mi pensamiento crítico y en el campo de los derechos humanos”, señala otro estudiante. 

En defensa de los derechos

“La omisión activa por parte de las autoridades de no ofrecer la información que les pedimos, muestra lo poco que les importamos, eso es una decisión voluntaria que se está tomando todos los días por parte del consejo de no esclarecer los hechos y no darnos respuesta. Esta falta de información es la que vulnera todos nuestros procesos educativos”.   Los estudiantes indican que han cumplido con todos los procesos que las autoridades les han pedido seguir, así como también refieren haber cumplido con todos los diálogos de forma respetuosa porque es de su interés agotar todas las instancias para obtener respuestas.  

La rectora decidió no participar en el primer diálogo que se logró entablar entre autoridades y los estudiantes inconformes, argumentó que su agenda estaba llena;  la directora interina de carrera se negó a participar de forma activa en el diálogo.

“Las voy a escuchar pero yo no voy a hablar”, les dijo. 

“Estamos desprotegidas, sus comentarios acerca de las represalias han sido muy directos, tenemos miedo, los docentes tienen miedo y es una pesadilla acudir a clases”.  

Las familias de los estudiantes les apoyan pero señalan que acudir a clases se ha convertido en una verdadera pesadilla.   

¿Qué buscan? 

Que se atienda con urgencia su futuro académico y la calidad académica. 

Que se les proporcionen docentes preparados. 

Queremos dejar de tener miedo en el Claustro, sentir que sí es un lugar seguro, que sí es nuestra escuela. 

Nos molesta como las instituciones tratan a sus estudiantes, no hay diálogo, no hay una comunidad, no hay escucha y confiamos en que este proceso de lucha finalmente va a abrir espacios de diálogo entre la institución y el alumnado. 

No queremos tumbar al Claustro, sólo queremos que nos ofrezca el espacio seguro que dicen que es. 

Queremos que nuestra formación no se vea interrumpida.  

Queremos que haya un trato digno a las docentes y al alumnado.

Que no se nos criminalice. 

Que sean transparentes con la información. 

Que se nos escuche y que se nos dé participación continua. 

Que la universidad esté abierta a cambios.

Queremos humanizar el Claustro. 

Que cese el miedo. 

 ¿Por qué seguir?

“Queremos respuestas y nos preocupa nuestra comunidad estudiantil, los que estamos y los que vienen atrás de nosotros.  Porque no es justo que nos traten así. Nuestra carrera es ésto, es una carrera de resistencia. Ha sido super doloroso pensar que estos procesos estaban afuera y encontrarlos dentro de nuestras paredes, eso ha sido muy triste, el enfrentarnos desde ya a lo asqueroso de la burocracia, ver cómo los procesos son todo, menos atendidos, ha sido muy fuerte ver que dentro de la institución está la gente que afuera violenta y vulnera los derechos humanos a diario con esa facilidad. Dentro del Claustro está todo ese sistema al que no le importan las mujeres, al que no le importan los estudiantes, al que no le importan los derechos. Yo pensaba que me faltaba mucho para comenzar a toparme con ese sistema, ahora lo vivo a diario y no he terminado de estudiar. Nos han formado para defender y sería ilógico no defendernos y encima nos criminalizan por eso. Hay una contradicción completa entre lo que nos enseñan y lo que hacen, callarnos. Nadie les dice que no. Es la primera vez que de una forma colectiva y tan unida alguien les exige respuestas. No son conscientes de la fuerza moral y de la resistencia que hay en su alumnado”.

Estudiante Claustro de Sor Juana.

También los estudiantes resaltan que de dicha lucha han surgido procesos importantes de organización entre la comunidad en donde apelan a la no violencia porque tienen clases de no violencia. La petición es que no haya división pues quieren que se repare el tejido social del alumnado.  

¿Qué sigue?

“Seguir formando comunidad, seguir resistiendo y seguir exigiendo que se respeten nuestros derechos. Queremos empezar a construir un principio de realidad concreto acerca de cómo es el Claustro con sus estudiantes, esto es un daño colateral de una violencia de género mal tratada y las autoridades permitieron que escalara de forma violenta, brutal y abrupta. Queremos que se visibilice que el Claustro es una escuela violenta con sus estudiantes porque hemos conversado con egresados y docentes y nos hemos enterado que esta situación ya había pasado y no se hablaba.

Después de la publicación de esta nota el colectivo “Lxs Peores de Todxs” hacemos responsable al Claustro de cualquier tipo de represalia contra los estudiantes organizados”.  

La Universidad asegura buscar el diálogo

Pie de Página le solicitó a la UCSJ una entrevista con la rectora de la universidad o con quien la universidad determinara pertinente para dar su versión sobre el tema. Lourdes Barrera, Subdirectora de Medios Institucionales, envió el posicionamiento de la Universidad del Claustro de Sor Juana por correo electrónico y respecto a la entrevista indicó que no era necesaria porque todo estaba en el documento que publicó el 30 de noviembre, en el que asegura estar en medio de un proceso de diálogo protegido por la confidencialidad y haber actuado bajo su marco normativo. 

A continuación colocamos el documento íntegro:

POSICIONAMIENTO DE LA UNIVERSIDAD DEL CLAUSTRO DE SOR JUANA, A.C.

Agradecemos el interés de los medios de comunicación en conocer el punto de vista de la institución respecto a un documento en el que se cuestionan decisiones y acciones que el Consejo Universitario ha tomado. En este sentido, decimos lo siguiente:

• El origen del diferendo de un grupo de estudiantes de primer semestre del Colegio de Derechos Humanos, se ubica en la queja que un estudiante presentó respecto a la conducta de otro compañero.

• Este diferendo se atendió oportunamente conforme al procedimiento establecido en el Protocolo de actuación en casos de Violencia de Género, Acoso u Hostigamiento Sexual de la Universidad del Claustro de Sor Juana.

• Un segundo momento se da cuando una de las partes intervinientes rompió el acuerdo de confidencialidad compartiendo con un grupo de estudiantes lo sucedido, a pesar de que ambas partes habían firmado de conformidad.  Esto provocó la inconformidad del grupo, a lo que la institución ha respondido en el marco de sus atribuciones.

• Cabe señalar que la Universidad ha entablado un diálogo con el grupo de estudiantes de las Licenciaturas en Derechos Humanos y Gestión de Paz, y en Derecho, a fin de conciliar, transformar el conflicto y construir la armonía que se necesita para cumplir los objetivos de formación académica que nos unen.

• Para abonar a este objetivo, la institución buscó el acompañamiento de una persona mediadora externa para sentar las bases del diálogo. 

• Este mecanismo alternativo para la solución de controversias se encuentra en curso y, por ahora, debido a la confidencialidad que estos procesos exigen, no se puede detallar lo que ahí se discute. Sin embargo, cuando se concluya con esta etapa, las resoluciones y posturas institucionales se harán del conocimiento de nuestra comunidad universitaria y de la opinión pública, privilegiando el derecho a la privacidad y el resguardo de los datos de las personas intervinientes.

• En caso de que alguna persona egresada tuviera interés en informarse puntualmente,se le invita a acercarse a la Dirección Jurídica de esta casa de estudios.

• Por otro lado, es importante señalar que las relaciones laborales que la institución establece con su personal directivo y docente de tiempo completo, se sujetan a la legislación vigente en la materia y, con respecto a la relación profesional libre que se establece con el cuerpo docente de asignatura (hora/clase), ésta se funda en la legislación aplicable en materia civil. 

• A lo largo de este proceso nuestra casa de estudios se ha sujetado y lo seguirá haciendo a su Filosofía Institucional, Estatuto General, Código de Ética, el Reglamento de Estudiantes de Programas Académicos de la Universidad del Claustro de Sor Juana (registrado en SEP el 28 de junio de 2019) y al Protocolo de actuación en casos de Violencia de Género, Acoso u Hostigamiento Sexual de la Universidad del Claustro de Sor Juana, documentos disponibles para su consulta en el sitio: https://elclaustro.mx/normatividad/

• Nuestra casa de estudios ratifica el compromiso con los derechos humanos y la construcción de la paz.

• Tanto las autoridades de la institución como el estudiantado tenemos la obligación de orientar el diálogo y generar el ambiente propicio para los procesos de enseñanza y aprendizaje.

Reiteramos nuestra disposición para continuar con el diálogo y la mediación a fin de restablecer las condiciones educativas que nuestra comunidad universitaria merece.

A los veintitrés días del mes de noviembre de dos mil veintidós

Saber para valorar, valorar para elegir

El Consejo Universitario

Nunca me ha gustado que las historias felices se acaben por eso las preservo con mi cámara, y las historias dolorosas las registro para buscarles una respuesta.