10 septiembre, 2021
El dirigente de Morena en Xochimilco denunció a un ciudadano por “violencia política”, por hacer una pinta en contra del alcalde días antes de estas elecciones. La denuncia es contra el asesor jurídico de la Coordinación de Pueblos y Barrios de Xochimilco, organización que promueve modos autónomos de gobierno que se han negado a reconocer desde la alcaldía
Texto: Arturo Contreras Camero
Foto: Coordinación de Pueblos, Barrios Originarios y Colonias de Xochimilco
CIUDAD DE MÉXICO.- Cuatro días antes de las elecciones de este 6 de junio un grupo de ciudadanos escribió, en letras gigantescas: “Autonomía Sí, No (Re) Elección. Vivan los Pueblos. Fuera José Carlos”, en la explanada de Xochimilco. Era una protesta en contra de la gestión del alcalde de la demarcación.
El día siguiente, el martes 3 de junio, Martín Rosales, dirigente del partido Morena en la demarcación, a nombre del entonces candidato a alcalde, José Carlos Acosta, presentó una denuncia ante el Instituto Electoral por violencia política en su contra
“Esta es la continuidad de una serie de problemas y conflictos que hemos tenido con la alcaldía. Hemos tenido muchos problemas porque no ha habido un entendimiento adecuado del alcalde, José Carlos Acosta, y de su director de Gobierno, Francisco Pastrana Basurto, sobre el derecho de los pueblos, sobre todo de su autonomía y derechos de consulta”, dice al respecto Alejandro Velázquez, el ciudadano imputado.
Alejandro es el asesor jurídico de la Coordinación de Pueblos, Barrios Originarios y Colonias de Xochimilco, una agrupación que desde 2017 ha trabajado para que se reconozca la autodeterminación política de 14 pueblos y 17 barrios, es decir, que se respeten las formas de organización que han mantenido en estas comunidades desde hace años.
En 2017 el Tribunal Electoral de la Ciudad de México reconoció en una sentencia el derecho de los pueblos de Xochimilco a elegir a sus propios dirigentes como pueblos autónomos. La sentencia entró en vigor en 2018, cuando inició el primer periodo de gestión de José Carlos Acosta en la Alcaldía y, desde entonces, su administración se ha negado a reconocer la autonomía de los pueblos.
A finales del 2018, cuando los pueblos originarios, barrios y colonias intentaron llevar a cabo sus asambleas para designar autoridades tradicionales y elegir concejos de gobierno, siempre llegaban trabajadores de la alcaldía a romper los encuentros a gritos y agresiones, por lo que casi ninguno de los pueblos logró nombrar a sus autoridades.
El único que lo logró fue San Luis Tlaxialtemalco, sin embargo, la Alcaldía se ha negado a cederles el edificio de la demarcación territorial para que puedan despachar los asuntos de gobierno que les corresponden, por lo que lo han estado haciendo desde la calle.
El tema se complicó más en 2020, con la entrada en vigor de la nueva Ley de Participación Ciudadana de la Ciudad de México, que implementa una nueva figura: la Comisión de Participación Comunitaria, también conocida como Copaco. Los pueblos de Xochimilco advirtieron que las Copacos se contraponían a la existencia de sus propias formas organizativas.
“Lo que argumentamos es que si había Copacos, se corría el riesgo de que no se respetara la organización de los pueblos porque se les impone una forma de representación por una ley ajena a ellos”.
El 20 de febrero un grupo de la Coordinación de Pueblos se manifestó frente al Instituto Electoral de la Ciudad de México en contra de estas figuras, pero su protesta fue atajada por golpeadores mandados por la Alcaldía, según cuenta Alejandro.
“Llegaron golpeadores, corretearon a señoras de la tercera edad, nos aventaron palos, botellas. ¡Se puso rudo y lo peor de todo es que los del Instituto se quedaron ahí, viendo”.
Ante una relación llena de atropellos y confrontaciones, la Coordinación de Pueblos Originarios, Colonias y Barrios tiene una serie de peticiones muy claras ante el alcalde Acosta, quien regresa a la administración para un periodo de tres años más después de una elección muy cerrada que llegó a un recuento de casillas en el tribunal electoral.
“Que no haya conflicto, que se respete la consulta, que se respeten los concejos, que cese la intimidación y el acoso. Este parece un gobierno muy incendiario, que cuando hay conflictos, lo que busca es calentar los ánimos y reventar todo. Es muy difícil para nosotros lidiar con este tipo de actitudes”, resume en entrevista Alejandro Velázquez.
Respecto a la denuncia por la pinta días previos a la elección, Alejandro señala que es poco fundada y que él junto con otro grupo de personas solo estaban ejerciendo su derecho a la protesta y a la libertad de expresión.
“Me atacan a mí, pensando que así van a parar la situación con los pueblos, pero esta va a persistir. Mientras no haya derecho a la consulta, a la autonomía, se van a topar con el pueblo”.
Alejandro entiende las agresiones en su contra bajo una motivación evidente:
“Podría ser que la alcaldía, como órgano de gobierno, ya no sería relevante ante el número de pueblos y barrios cuya capacidad organizativa sería mayor. Igual es eso, pero lo que no entienden es que nuestro ámbito de competencia, de injerencia, no es el mismo que el del alcalde. Él no debería estar preocupado por nosotros, porque no tenemos fines de alcaldía, nosotros estamos preocupados por nuestras comunidades. No queremos invadir sus funciones, incluso, podría recibir apoyo de los vecinos si nos respetara la autonomía, pero no se ha alcanzado a entender eso”, lamenta.
Periodista en constante búsqueda de la mejor manera de contar cada historia y así dar un servicio a la ciudadanía. Analizo bases de datos y hago gráficas; narro vivencias que dan sentido a nuestra realidad.
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