1 diciembre, 2023
Las declaraciones de los países de América Latina durante la COP28 ponen el acento en las deudas de los países ricos con el planeta, a quienes acusaron de seguir fomentando y acumulando riquezas por la producción a base del petróleo, gas y carbón
Texto: IPS
Foto: COP28
DUBÁI. – Los presidentes de Brasil y Colombia, Luiz Inácio Lula da Silva y Gustavo Petro, arremetieron contra las desigualdades y promesas incumplidas por los países ricos, al intervenir este viernes 1 en la 28 cumbre de las Naciones Unidas sobre el Clima que se realiza en esta ciudad de los Emiratos Árabes Unidos (EAU).
Petro dijo que “el capitalismo se resiste a desvalorizar la riqueza propia de sus sociedades basadas en la producción y consumo de carbono; los Estados de los países ricos no pueden ni desean desvalorizar su capital fósil, el capital asentado en el petróleo, el carbón y el gas”.
“Han llevado a la humanidad a la crisis. Hoy se emite 12 % más CO2 (dióxido de carbono) en el mundo que en el 2010”, apuntó Petro.
La 28 Conferencia de las Partes (COP28) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (Cmnucc) pasa revista al Acuerdo de París de 2015 que propone reducir en el mundo las emisiones de gases de efecto invernadero, como el CO2, para tratar de contener el calentamiento del planeta y sus efectos.
Lula dijo que “el planeta está harto de acuerdos climáticos no cumplidos, de metas de reducción de emisiones de carbono descuidadas”, y fustigó los discursos elocuentes y vacíos en ese tipo de foros: “¿Cuántos líderes mundiales están de hecho comprometidos en salvar el planeta?”, se preguntó.
Insistió en que “la cuenta climática no es la misma para todos”, pues “la población pobre es la que más sufre las emisiones de carbono de los países más ricos. No es posible enfrentar el cambio climático sin combatir las desigualdades”.
Petro hizo referencia a la guerra que se reanudó este viernes en Gaza entre la Israel y la milicia islámica Hamás, y dijo que “el genocidio y la barbarie desatada sobre el pueblo palestino es lo que le espera al éxodo de los pueblos del sur desatado por la crisis climática”.
Ese escenario de éxodo masivo desde el Sur “se dará si los portadores de la riqueza del Norte, intensiva en consumo de carbono, no permiten apagar las chimeneas emisoras”.
“Si no dejan de consumir petróleo, carbón y gas se romperán de manera irreversible los pilares que sostienen la existencia de la vida humana. Esa ruptura será desigual, pues la mayor parte de las víctimas climáticas, que serán miles de millones, estarán en los países que no emiten CO2”, expresó el mandatario.
Por su parte, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, adelantó que su país también llamará en la cumbre climática a “adoptar compromisos serios y ambiciosos, y transformar insostenibles patrones de producción y consumo que ponen en peligro la vida en el planeta”.
Irfaan Ali, presidente de Guyana, que despunta como un importante productor de petróleo, dijo que desde su país “siempre antepondremos las soluciones prácticas a las teorías abstractas, para que podamos desempeñar nuestro papel y lograr que finalmente la estabilidad climática esté a nuestro alcance”.
El mandatario guyanés sostuvo que su país, al tiempo que desarrolla la producción petrolera bajo aguas del Atlántico, se propone mantener intactas 18 millones de hectáreas de sus bosques, al tiempo que apoya la eliminación de subsidios a los combustibles fósiles y mayores incentivos a la energía de fuentes renovables.
Dennis Francis, de Trinidad y Tobago, presidente de turno de la Asamblea General de la ONU, dijo que “como ciudadano de un pequeño Estado insular en desarrollo, soy consciente de que, en nuestra trayectoria actual, esas islas y la riqueza cultural e histórica que representan corren peligro de desaparición inminente”.
“Un mundo de tres grados no es ciencia ficción, sino el camino en el que estamos”, deploró Francis, en alusión a que el planeta se encamina a una temperatura promedio de tres grados centígrados sobre los niveles de la era preindustrial, en vez de limitarse bajo el umbral fijado como meta, de 1.5 grados.
Francis pidió a la cumbre “reimaginar políticas locales, nacionales y regionales y marcos políticos que anticipen los riesgos, prioricen las inversiones y permitan una movilidad climática adaptativa”.
Cuando intervino en la sesión, el secretario general de la ONU, António Guterres, fue tajante al advertir que “no podemos salvar un planeta en llamas con una manguera de combustibles fósiles”, y en cambio “debemos acelerar una transición justa y equitativa hacia las energías renovables”.
“Estamos a kilómetros de los objetivos del Acuerdo de París y a minutos de la medianoche para el límite de 1,5 grados”, el cual solo es posible “si finalmente dejamos de quemar todos los combustibles fósiles. No reducir. No disminuir. Eliminarlos progresivamente, con un calendario claro”, dijo Guterres.
El responsable de la ONU se alineó con los expositores del Sur y dijo que “los países en desarrollo están siendo devastados por desastres que no causaron”, mientras que las naciones ricas “llevan años incumpliendo las promesas de financiación climática”.
Los países ricos “deben demostrar cómo cumplen con los 100 mil millones de dólares al año, como prometieron” a los países en desarrollo para ayudarles en la adaptación y mitigación del cambio climático, afirmó Guterres.
Las deliberaciones de la COP28, en la que se espera la participación de líderes y representantes de más de 160 gobiernos, continuarán hasta el 12 de diciembre.
Este trabajo fue publicado inicialmente en IPS. Aquí puedes consultar la publicación original.
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