Ciudadanos de las zonas urbanas de Guanajuato resienten la escasez de agua con tandeos en sus hogares, no solo en estío sino prácticamente todo el año, mientras la actividad industrial consume agua potable y la devuelve contaminada a cuerpos de agua prácticamente muertos
Texto: Yajaira Gasca y Fabián Segura / Pop Lab
Foto: Juan José L. Plascencia
GUANAJUATO. -La industria de Guanajuato, impulsada por la política gubernamental de las últimas tres décadas, tiene concesionados 1.5 millones de millones de litros de agua anuales, equivalente a 26 pipas por cada habitante de la entidad. Sin embargo, la población de 6 millones de habitantes enfrentan escasez con cortes y racionamientos que persisten más allá de la temporada de estiaje.
La situación no sería tan preocupante si buena parte del agua de uso industrial fuese tratada para su reuso y no se vertiera saturada con contaminantes como metales pesados, hidrocarburos, plásticos, fármacos y agroquímicos, en arroyos, ríos y cuerpos de agua de la entidad.
Datos del Registro Público de los Derechos de Agua (REPDA) procesados por POPLab, revelan que esta cantidad de agua que utiliza la industria en la entidad, está asignada en más de 600 concesiones para empresas nacionales y trasnacionales, así como paraestatales. La Comisión Estatal del Agua de Guanajuato (CEAG) tiene otros datos respecto al volumen asignado, lo que refleja el desconocimiento de las autoridades respecto al uso del agua en este sector.
Las descargas de agua contaminada de la industria han generado un daño ambiental y ha posicionado a la entidad como una Región de Emergencia Ambiental de acuerdo con el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnología (CONAHCYT).
Esta franja de contaminación sin precedentes, comienza en León y se extiende por todo el corredor pasando por Celaya e Irapuato; su desarrollo coincide con el proyecto de parques industriales impulsado con el Plan Nacional de Desarrollo del gobierno de Ernesto Zedillo en 1996.
En Guanajuato, la política económica de los gobiernos del Partido Acción Nacional (PAN) en los últimos 30 años se ha apuntalado en la atracción de inversiones como una manera de generar riqueza y nuevas fuentes de empleo.
Actualmente, 19 de los 20 acuíferos disponibles para el territorio se encuentran en déficit esto de acuerdo con el Programa Estatal Hidráulico en su versión más reciente (2015), el estado atraviesa por una sequía que amenaza con prolongarse debido a los efectos del cambio climático y la población resiente los efectos de la contaminación del agua en su salud, mientras la industria continúa con su expansión.
El río Laja se extiende a lo largo de más de 200 kilómetros: nace en la presa Jesús María en San Felipe y sigue su curso por Dolores Hidalgo, San Miguel de Allende, Comonfort, hasta llegar a la zona baja donde fluye por Apaseo el Alto, Apaseo el Grande, Villagrán y Cortazar.
En la parte baja del río hay evidencia del mal estado de salud de las funciones ecosistémicas de la cuenca, esto es que sus procesos biológicos, geoquímicos y físicos se encuentran deteriorados, sostiene el experto en desarrollo sustentable y gestión integrada de cuencas, Miguel Sarmiento Martínez, quien “considera esta una cuenca casi muerta”.
Es en esta zona, es en donde el investigador ha estudiado y testificado el deterioro en las coberturas vegetales naturales de la cuenca y en la vegetación riparia -plantas y flores- del río principal y otros tributarios.
El especialista explicó que el daño más visible se da cuando el afluente pasa por Celaya, en donde se convierte en un canal pluvial y de aguas residuales y se pierde casi por completo la composición riparia, que es la a zona de transición entre el medio acuático y terrestre y que incluye elementos bióticos y abióticos.
También detectó pérdida de cualidades hidrogeomorfológicas, es decir, las formas y procesos del paisaje que son moldeados por la acción del agua y la geología en el canal y en las llanuras de inundación a donde llega el agua cuando la corriente crece, todo esto a través de visitas de monitoreo y para la recolección de muestras. Resaltó que en esta región hay evidencia también de pérdida de caudal y de contaminación, los resultados aún están en proceso, por lo que no se han hecho públicos
Poplab atestiguó durante un recorrido, el hedor de la corriente que en algunos tramos es un caudal de aguas negras, espuma y lodo y en otros se torna espesa como si fuera una nata negra.
A lo largo de los más de 200 kilómetros del Río Laja hay problemas como la extracción ilegal de arena-documentadas principalmente en Comonfort y Dolores Hidalgo– y también las descargas ilícitas.
Datos del REPDA indican que en Celaya se vierten más de mil millones de litros de agua sucia a este río. Las descargas provenientes de la industria en la región superan los 200 millones de litros al año, lo que equivale a 20 mil pipas de agua contaminada.
En cambio, el volumen total de aguas nacionales extraídas es de 230 mil millones de litros de agua. Esta cantidad sería suficiente para abastecer con el mínimo de 50 litros a más de 12 mil personas por un año entero.
Pero los problemas de contaminación de este río, se extienden a otras regiones: con el REPDA, se realizan descargas industriales en Apaseo el Alto, Dolores Hidalgo y San Miguel de Allende.
En estos municipios también se encontraron autorizaciones de descargas de rastros y de agroindustria. Destaca la empresa Bachoco S.A. de C.V., que tiene al menos 16 concesiones de descarga.
Estudios ambientales relacionados con la producción de pollo señalan que esta industria genera una gran contaminación de fuentes hídricas por la generación de excretas y sangre por el sacrificio de los animales.
En estos procesos se generan macronutrientes como el nitrógeno, el fósforo y el potasio y algunos micronutrientes que pueden generar compuestos volátiles y gases como el amoníaco, el metano, el óxido nitroso, incluso algunos metales pesados y también restos de antibióticos, que afectan los ecosistemas. En Celaya, desde 2007 se denunciaron descargas contaminantes realizadas por Bachoco.
En 2023, la Conagua en Guanajuato realizó solo 133 visitas de inspección, de las que derivaron 110 procedimientos por aprovechamiento de aguas nacionales. Las multas por el mal uso de una concesión van de 180 mil hasta más de 2 millones de pesos.
Estudios sobre la calidad del agua en los ríos Laja y Lerma, realizado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) confirman altos niveles de contaminación tanto en aguas superficiales como subterráneas, lo que de acuerdo con expertos, es un síntoma de la expansión de la industria y de que las aguas residuales no son tratadas de manera adecuada.
El investigador Omar Arellano Aguilar, especialista en evaluación de riesgos ecológicos y ecotoxicología en sistemas acuáticos, reveló que de forma recurrente en ríos y arroyos de Guanajuato se puede encontrar la presencia de metales pesados, hidrocarburos, plásticos, fármacos y agroquímicos, que al mismo tiempo se mezclan con organismos patógenos que derivan de aguas residuales de tipo doméstico.
“Se genera una mezcla altamente tóxica, que no solamente pone en riesgo los ecosistemas acuáticos, sino que en algunas zonas del país se ha observado que puede tener impacto en la salud de las personas”, alertó.
La Norma Oficial Mexicana 001 establece los límites permisibles de contaminantes en las descargas de aguas residuales en los cuerpos receptores, que son propiedad de la nación; sin embargo, no hay certeza sobre su cumplimiento en Guanajuato. La Conagua tiene apenas 10 inspectores para revisar el uso de 24 mil 424 concesiones de agua en el estado.
“Esta norma no había sido modificada en los últimos 25 años. Una Norma Oficial Mexicana no significa que con eso vamos a recuperar los ríos, porque resulta que esta norma no cubre el abanico de contaminantes que utiliza la industria, por ejemplo, usualmente genera contaminantes emergentes, textalato, dioxinas, fármacos, agroquímicos, no los que solamente se aplican en el agronegocio, sino también en las empresas químicas”, explicó.
Resaltó que esta normatividad tampoco considera los microplásticos que actualmente está produciendo la industria. En el río Guanajuato, un estudio realizado por la Universidad de Guanajuato confirmó la presencia de estos en al menos 17 muestras.
El investigador planteó como necesario que se aprueben reformas a la Ley General de Aguas y se establezcan como zonas de veda las regiones de emergencia ambiental mientras se restauran sus ecosistemas, pues además en el caso del Bajío el cambio climático podría generar graves afectaciones, como sequías prolongadas.
Actualmente, 19 de los 20 acuíferos disponibles para el estado se encuentran en déficit de acuerdo con el Programa Estatal Hidráulico realizado en 2015, no obstante, la política estatal se sigue enfocando en la promoción del territorio como un punto estratégico para la exportación hacia Estados Unidos.
Guanajuato es actualmente la segunda entidad de México con mayor estrés hídrico según un reporte del Instituto de Recursos Mundiales (WRI) y de acuerdo con datos de la Conagua, entre 2015 y 2023, el acumulado de lluvia había disminuido de 640 milímetros a 280 en 2023, es decir, la entidad atraviesa por una severa sequía.
De acuerdo con un laboratorio especializado en tecnologías del agua, en la fabricación de un automóvil se tiene un gasto promedio de 4 mil litros de agua. En Guanajuato, de acuerdo con datos del presidente del Cluster Automotriz de Guanajuato, Rolando Alaniz Rosales, en 2023 se fabricaron en promedio 850 mil autos. Esto lo informó en una entrevista para la televisora pública local TV4, en septiembre del año pasado.
Es decir, durante el 2023 la industria automotriz utilizó 3.4 millones de litros de agua, sólo en la producción de autos.
Información de la Secretaría de Desarrollo Económico revela que el estado es el primer lugar nacional en la producción de vehículos y para 2030, el Gobierno del Estado se ha planteado la meta de que se produzcan más de un millón de autos, lo que implicaría un mayor uso de agua.
En Guanajuato hay cinco armadoras automotrices: General Motors en Silao, Honda en Celaya, Mazda en Salamanca, Toyota en Apaseo el Grande e Hino Motors en Silao. Cuatro de ellas acumulan un volumen de agua concesionado por 2 mil 950 millones de litros y descargas por 657 millones de litros.
En el sistema de concesiones de la Conagua, no se localizaron registros a nombre de la quinta armadora Hino Motors, ubicada en el Puerto Interior en Silao. Sin embargo, el REPDA arroja al menos seis registros de concesiones a nombre del parque industrial por mil 607 millones de litros y descargas por mil 218 millones de litros.
El director de la Comisión Estatal del Agua, Francisco de Jesús García León, sostuvo que la industria en Guanajuato tiene un gasto de 150 mil millones de litros anuales, información que contrasta con los registros del REPDA que arrojan concesiones hasta por 1.5 millones de millones de litros.
Resaltó que industria es el sector que tiene el uso más eficiente, aunque la Comisión Estatal no tiene facultades de Inspección, vigilancia, medición y control de las aguas nacionales para constatar el buen aprovechamiento. Esta es una actividad exclusiva de la Conagua.
García de León dijo que actualmente Guanajuato tiene un déficit 850 millones de metros cúbicos relacionados con la explotación de agua subterráneas, añadió que los estudios sobre la disponibilidad de los acuíferos en la entidad están en proceso de actualización y dijo que se está trabajando en un plan relacionado con el uso del agua para los próximos 25 años, así como una ley local de aguas.
Convergen en Salamanca, las industrias química, agroindustrial y las actividades agrícolas. También en este municipio conviven el Río Lerma y el Río Laja; cerca de las comunidades de Los Vázquez, los dos afluentes se juntan y en este lugar hay reportes de descargas industriales.
En Los Vázquez, desde hace años, los habitantes denuncian malos olores y afectaciones a la salud, generadas por descargas ilegales que realizan pipas de origen desconocido. Residentes del poblado, realizaron denuncias a autoridades ambientales, pero el problema no ha sido solucionado.
De acuerdo con información de un diario local, en mayo de 2021, la Procuraduría Ambiental y de Ordenamiento Territorial clausuró la planta de tratamiento de la comunidad de Valtierrilla, ubicada a unos tres kilómetros de Los Vázquez, porque se detectó que la planta no cumplía con la normatividad ambiental. Se comprobó que pipas particulares vertían desechos y estos llegaron al cauce del Río Laja.
Por otro lado, en octubre de 2023, organizaciones ambientales de Salamanca alertaron sobre la presencia de manchas negras y fuertes olores de hidrocarburos en el Río Lerma, surgidas a partir de su bajo nivel por la falta de lluvias.
El cauce del Lerma atraviesa al menos nueve kilómetros de la mancha urbana de Salamanca y recibe descargas de Pemex y otras industrias altamente contaminantes, que se remontan a muchas décadas atrás.
De acuerdo con datos del REPDA, en Salamanca existen 111 títulos de uso de aguas nacionales de tipo industrial, una gran parte de ellos concedidos a Petróleos Mexicanos (PEMEX) y a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), con su planta termoeléctrica.
En el sistema de Conagua pueden localizarse descargas anuales de PEMEX, el Comité de Agua Potable de Salamanca y de la empresa Mazda; todas ellas hacia el Río Lerma. Pemex reporta el equivalente a un millón 917 mil pipas de agua contaminada diariamente en el río.
Salamanca es el ejemplo más visible de que la apuesta del estado por el desarrollo industrial y económico sí tiene efectos ambientales, sostuvo la activista Paulina Uribe, de la organización Agenda Ambiental.
“En el discurso gubernamental y en el económico esos daños ambientales no se consideran nunca relevantes o se consideran como una externalidad del desarrollo, es decir, como una consecuencia natural. Al apostarle a un desarrollo económico apresurado todas las normativas se flexibilizan, en especial las ambientales”, explicó la activista.
Aseguró que una de las prácticas del Gobierno de Guanajuato relacionada con este tema ha sido la de ofrecer terrenos a la industria con acceso a pozos de agua en la región, generando un problema de desigualdad, pues en algunos lugares el agua para la ciudadanía no está garantizada.
Constan en archivos oficiales del Congreso del Estado, donaciones promovidas por el gobierno de Juan Manuel Oliva Ramírez para la empresa Honda, una donación realizada por el gobierno de Miguel Márquez Márquez para la empresa Toyota y otros terrenos también donados a esta última transnacional por el gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, todos ellos mandatarios emanados del Partido Acción Nacional (PAN).
El Gobierno del Estado tiene un programa para la atracción de empresas que promueve la instalación de proyecto de inversión nacional e internacional en el estado, a través de incentivos económicos como la donación de terrenos, incentivos en efectivo para capacitación, construcción o ampliación de infraestructura, adquisición de maquinaria, entre otros, esto de acuerdo con el reglamento de la Secretaría de Desarrollo Económico Sustentable, publicado en el Periódico Oficial en 2020.
Ubicada al sureste de la ciudad de León, Los López es una comunidad en donde los habitantes tienen agua solo dos horas a la semana, mientras una empresa productora de leche establecida cerca de la zona exprime un pozo a más de 500 metros de profundidad.
En León, la tercera ciudad más poblada del país, con un censo de un millón 721 mil habitantes según el INEGI en 2020, y catalogada como la segunda ciudad de México con mayor estrés hídrico, se destinan anualmente más de 4 mil 42 millones 135 mil 660 litros de agua al sector industrial. Esto contrasta con la realidad de ciudadanos de ese municipio que no tienen acceso al agua.
Los poco más de 2 mil 700 habitantes no solo lidian con la falta de agua, sino que también tienen que tolerar la contaminación del río que pasa por esta zona, generada por los desechos de la Pasteurizadora Leche León durante las últimas dos décadas.
La información del REPDA revela que las descargas anuales de la Pasteurizadora ascienden a 348 millones de litros al año, lo que representa 348 mil pipas de agua contaminada que se vierten en el curso del Arroyo del Colgado y luego desembocan en el Río Turbio.
Los estragos de la contaminación del río han dejado su huella en la salud de los habitantes: infecciones estomacales, mareos y dolores de cabeza.
Siguiendo el curso del río hacia el sur, se encuentra un puente donde se acumula una densa capa de desechos: lodos, basura y otros agentes contaminantes. Los residentes han presentado quejas y denuncias ante la Conagua, incluso se han acercado con representantes de la empresa en busca de una solución a esta problemática, sin embargo, no han tenido solución.
Las empresas Silao Sur y Rotoplas, junto a la Pasteurizadora Leche León, consumen 473 millones 455 mil litros de agua, el equivalente al consumo mínimo recomendado por la ONU de 50 litros para esa comunidad durante 9 años y medio.
De acuerdo con testimonios de los habitantes de la comunidad, su principal fuente de suministro de agua es mediante pipas, ya que el pozo de la comunidad solo provee este recurso tres días a la semana para el 10% de la población, el resto solo lo recibe una vez por semana. En ambos casos, la duración del servicio no supera las dos horas a la semana.
El investigador Omar Arellano Aguilar aseguró que la contaminación de los cuerpos de agua en Guanajuato es un problema sintomático del centro del país donde la industria se ha asentado a través de grandes corredores industriales desde los años 70.
“El problema es que estos cuerpos de agua reciben estas descargas de agua residuales sin tratamiento o con tratamientos muy deficientes, lo que genera una problemática de contaminación por grupos químicos complejos en donde alteran no solamente la calidad del agua sino todo el contexto de ecohidrología de los ríos”, explicó.
En un estudio realizado por investigadores del Instituto Nacional de Salud Pública, se informó que “en México aproximadamente 842 mil personas de bajos ingresos mueren cada año como consecuencia del abastecimiento de agua insalubre”. El mismo análisis, reveló que en México, 16% del agua producida para abastecimiento no se desinfecta y que el consumo de agua contaminada es la quinta causa de muerte en niños de menos de cinco años.
Al sur de León se encuentra la comunidad de San Juan de Abajo, que actualmente tiene 7 mil 559 habitantes de acuerdo al INEGI. Aquí se ha luchado durante más de dos décadas por el acceso al agua, a pesar de que la zona alberga una gran cantidad de pozos relevan datos del REPDA. Quizá por ello es que en este poblado también se aloja un parque industrial.
Martha Rodríguez ha vivido en esta comunidad desde 2003, explica que para tener acceso al agua se abastecen con garrafones que sus hijos y sobrinos, de entre 10 y 14 años, llevan sobre sus hombros desde la toma de agua más cercana a 300 metros.
El agua que logran almacenar en pequeños depósitos se utiliza principalmente para la preparación de alimentos e hidratación, ya que anteriormente la recibían mediante pipas y esto les ocasionó enfermedades.
A tan solo cinco kilómetros de esta área se encuentra el parque industrial Stiva, el cual consume 129,469,000 litros de agua al año. Esta cantidad de agua sería suficiente para cubrir el consumo mínimo diario de toda la comunidad durante casi un año.
A través de la presión de activistas y habitantes, las autoridades instalaron cinco tomas de agua en 2015, las cuales, con el tiempo, se han deteriorado. Los estragos de su uso son evidentes; en algunas conexiones, apenas una de las tres llaves disponibles funciona.
En noviembre, un grupo de diez familias respaldadas por el activista Juan Pablo Delgado Miranda desafiaron la negativa del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de León (Sapal) al interponer un amparo contra la paramunicipal por negarles su derecho de acceso al agua.
El juez les concedió la suspensión definitiva, pero la resolución emitida el pasado lunes 22 de enero, resultó ambigua en cuanto a sus disposiciones. Por este motivo, los ciudadanos planean solicitar una revisión de las medidas impuestas.
Este reportaje fue publicado originalmente en POP LAB, que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes ver la publicación original.
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