12 junio, 2023
De acuerdo con el decálogo, solo tres por ciento de los presupuestos de salud de los países americanos, en promedio, se destina a la salud mental, la cual ha empeorado en todo el continente como consecuencia de la pandemia del covid-19
Texto: IPS
Foto: Antti Helin / Unicef
WASHINGTON – La Organización Panamericana de la Salud (OPS) presentó este viernes 8 una hoja de ruta con 10 recomendaciones para que políticos y líderes garanticen el acceso a los servicios de salud mental, la cual ha empeorado en todo el continente como consecuencia de la pandemia covid-19.
“La salud mental de la población de las Américas se ha visto gravemente afectada por la pandemia y sus efectos en nuestras vidas, economías y sociedades”, dijo el médico brasileño y director de la OPS, Jarbas Barbosa, al presentar la nueva agenda.
Las primeras recomendaciones para quienes toman decisiones en el sector son elevar la salud mental a nivel nacional y supranacional, integrarla en todas las políticas, y aumentar la cantidad y mejorar la calidad del financiamiento para la salud mental.
Solo tres por ciento de los presupuestos de salud de los países americanos, en promedio, se destina a la salud mental.
Se deben garantizar los derechos humanos de las personas con problemas de salud mental, promover y proteger esa salud a lo largo de toda la vida, y mejorar y ampliar los servicios y la atención de salud mental a nivel comunitario.
Trabas frecuentes son la dependencia de la hospitalización de larga duración cuando la mayoría de los problemas de salud mental pueden resolverse con atención en la comunidad, la escasez crónica de personal capacitado, y el acceso reducido a los servicios para las personas que viven en situaciones de vulnerabilidad
Una propuesta específica es fortalecer la prevención del suicidio.
Se propone adoptar un enfoque trasformador frente a las cuestiones de género en pro de la salud mental, abordar el racismo y la discriminación racial como determinantes de esa salud, y mejorar los datos y las investigaciones sobre la salud mental.
Datos de los estudios que brindan soporte al decálogo propuesto por la OPS indican que casi un tercio de todos los años vividos con discapacidad, y una quinta parte de los años de vida ajustados en función de la discapacidad, se deben a enfermedades mentales, neurológicas, consumo de sustancias y suicidio.
Los trastornos depresivos y de ansiedad son la tercera y cuarta causa de discapacidad.
El alcohol es responsable de 5,5 % de todas las muertes en el continente y América es la segunda región con mayor consumo de alcohol del mundo, después de Europa.
El suicidio se cobra la vida de casi 100 000 personas al año en el hemisferio, y ocho de cada 10 personas con una enfermedad mental grave no reciben tratamiento.
En 2020, durante la pandemia, los trastornos depresivos graves aumentaron 35 % y los trastornos de ansiedad 32 %.
Casi dos tercios (65 %) de los países informaron interrupciones en los servicios esenciales de salud mental y consumo de sustancias en 2020. Esa cifra ha disminuido a 14% a principios de 2023.
La pandemia aumentó aún más los factores de riesgo de los problemas de salud mental, como el desempleo, la inseguridad económica y el duelo y la pérdida.
La OPS reivindica que su propuesta se basa en los principios de cobertura universal de salud, los derechos humanos, la equidad, la no discriminación, el empoderamiento de las personas con problemas de salud mental y sus familias, y un esfuerzo de varios sectores para aprovechar recursos financieros, conocimientos y habilidades.
”Debemos recordar que la carga de la salud mental no es una lucha privada, sino una crisis de salud pública que justifica una acción urgente e inmediata”, expresó Epsy Campbell Barr, exvicepresidenta de Costa Rica y presidenta de la comisión que preparó el reporte y el conjunto de nuevas recomendaciones.
Este trabajo fue publicado inicialmente en IPS. Aquí puedes consultar la publicación original.
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