Este año, nuestro día de los Santos Difuntos será especial. Una de las huellas más impactantes de la covid, dicen los especialistas, es la pérdida de los rituales mortuorios. Quizá esta sea la oportunidad de transformarlos en algo nuevo para no sentirnos suspendidos en un vacío sin memoria
Mañana
me vestirán con cenizas el alba,
me llenarán la boca de flores.
Aprenderé a dormir
en la memoria de un muro,
en la respiración
de un animal que sueña.
Alejandra Pizarnik.
Twitter: @tuyteresa
Este 1 y 2 de noviembre, Día de Muertos, se encontrará con covid-19. Por primera vez en la historia reciente, perdimos la posibilidad de velar y enterrar a nuestros muertos.
Día de los Fieles Difuntos
Día de Todos los Santos
Día de la Muerte Niña
Día de las flores y las veladoras que encenderán el camino
El día de la alfombra encendida con velas y flores de cempasúchil
Día de Muertos por Covid19
Una despedida sin cuerpo, ni flores en el camposanto…
Sin abrazos ni reuniones…
Un adiós con cenizas y silencio…
Como cada año celebramos el Día de Muertos, ritual de raíz indígena. Con los siglos esta tradición se mezcló con otras expresiones culturales dando origen a un ritual diverso.
Como la fiesta zapoteca de los fieles difuntos en Oaxaca…
La celebración del Día de Muertos en Janitzio, Michoacán…
El ritual cucapá en Sonora…
Las fiestas en los camposantos de Milpa Alta y Xochimilco …
El Xantolo en la región Huasteca…
El Hanal Pixán de la región maya…
El ritual tzotzil de los huesos ardientes en Chiapas…
El Festival de Calaveras en Aguascalientes.
O las ofrendas monumentales del Centro Histórico de la Ciudad de México.
Este año, la tradición se tejerá con un momento histórico: las muertes por covid-19.
Hay quienes aseguran que la imposibilidad de velar y enterrar a nuestros muertos ha dejado en desolación a millones de personas en todo el mundo.
En México tenemos el Día de Muertos y de este encuentro surgirán nuevos rituales de despedida.
Durante estos dos días, el umbral entre la vida y la muerte nos permitirá ir al encuentro de nuestras memorias amorosas.
Hermoseamos el interior de nuestros hogares para dar la bienvenida a las almas que nos visitarán.
La disposición piramidal de nuestros altares nos recuerda la representación del cielo y la tierra. Y con flores, comida, copal, música y poesía tendremos la oportunidad de encontrarnos con nuestras personas amadas.
En algunos altares hay música, calaveritas de azúcar, figuras de barro, copal, jarritos con agua fresca, chocolate caliente, pozole, cacao, pan de maíz, flores blancas, alfeñiques, fotografías y una que otra almita de Sayula.
En este breve repaso por una de las fiestas más importantes en México, también queremos recordar a culturas ancestrales como la egipcia y la tibetana: ambas poseen extensos rituales sobre el encuentro entre la vida y la muerte.
Este año, nuestro día de los Santos Difuntos será especial. Nos dará la oportunidad de despedir a nuestros muertos en nuestros hogares.
Antropólog@s, filósof@s y nihilistas dicen que una de las huellas más impactantes de la covid es la pérdida de los rituales mortuorios.
Quizá esta sea la oportunidad de transformarlos en algo nuevo para no sentirnos suspendidos en un vacío sin memoria.
El Día Muertos es umbral, danza sagrada y colorida.
Manjares, trago, música y parranda.
También es recogimiento, llanto y nostalgia.
Festejamos la Vida, así como honramos la Muerte.
El Día de los Fieles Difuntos, es un canto a la dignidad, al amor y a la memoria.
Atravesemos el umbral nuevamente, vayamos al encuentro de nuestras personas amadas.
Guionista, reportera, radialista. Cubre temas culturales, sexualidad, salud, género y memoria histórica. En sus ratos libres explora el mundo gastronómico y literario. Cofundadora de Periodistas de a Pie.
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