Los habitantes de este pueblo indígena al sur de Veracruz buscan a sus familiares. Al menos 30 personas fueron desaparecidas en los últimos tres años. Tras la muerte y huída de dos presuntos delincuentes, los pobladores viven una aparente calma
Texto y fotos: Ignacio Carvajal
PLAYA VICENTE, VERACRUZ.- Las calles de Nuevo Ixcatlán (3 mil 469 habitantes) pueden ser recorridas de nuevo sin temor a encontrarse a los pistoleros que hasta hace unos meses mantenían horrorizada a esta población predominantemente indígena.
Bajo anonimato, sus habitantes dan a conocer que ese terror tiene nombre y rostro: Ernesto Herrera Uriarte, alias «El Burro», presunto operador de la delincuencia organizada, y lugarteniente de Reinaldo Patiño López, alias “El Pelón” o “El Quemado”.
Reinaldo Patiño López fue abatido por la policía a finales de febrero de 2020 muy cerca de Nuevo Ixcatlán, días después, la Secretaría de Seguridad Pública dio a conocer la aparición de dos fosas clandestinas con un sin número de víctimas, y las vinculó a las operaciones de Herrera Uriarte y su banda.
En el pueblo, Herrera Uriarte se manejaba con doble faceta, de día asumía su papel como servidor público, ya que era el agente municipal de En Nuevo Ixcatlán. Así que gestionaba obras ante el municipio, recibía personas, iba a visitar localidades indígenas.
Pero por las noches, era otro, nocivo para el pueblo. Incluso se le veía caminar por las calles de Nuevo Ixcatlán de manera amenazante, presumía un chaleco antibalas con las siglas del cártel que representaba, fornituras y demás equipo táctico.
Pero actualmente, Herrera Uriarte anda en fuga. Desde que el gobierno incrementó sus operaciones en Playa Vicente y toda la zona de los Llanos del Sotavento, desapareció. Elementos de la Marina Armada de México y la Guardia Nacional llegaron a su casa para cazarlo, pero Herrera Uriarte había sido alertado, y se escapó.
Incluso, también sacó a su familia, y desde que no está por estos rumbos, la calma regresó. Pero lo que no se borran son los presuntos abusos que cometió y que hoy son materia de investigación de las autoridades. El mayor de ellos, numerosas desapariciones de personas que habrían sido asesinadas y lanzadas a las fosas clandestinas descubiertas por la policía en terrenos del ganadero Humberto Andrade Ahuja; y de su hijo, Humberto Andrade Salim, Cacahuate.
Ninguna de las personas desaparecidas en Nuevo Ixcatlán cuenta con denuncia oficial ante la Fiscalía General del Estado, pues hay desconfianza con los fiscales.
En el pueblito estiman que podrían ser más de 30 los desaparecidos durante los últimos 3 años, y sus seres queridos están a la expectativa de información sobre las dos fosas localizadas hasta el momento en Playa Vicente, a unos 50 minutos de Nuevo Ixcatlán.
Por miedo, durante 90 días, cuando caía la tarde, la familia de Martín León Ríos marchaba a la zona despoblada de Nuevo Ixcatlán, lo más lejos de la civilización, para internarse en el monte y poder pasar la noche sin sobresaltos.
Ahí, los hermanos y padres de Martín León Ríos sufrían del frío, la lluvia y los embates del aire del norte protegidos solo con costales y ramas. Eso era mejor que estar en casa, donde había el temor de que los secuestradores regresaran a lastimarlos.
De día, a veces, regresaban al pueblo con mucho temor ante el riesgo de encontrarse a los delincuentes que se llevaron a Martín León Ríos, de solo 17 años, pues al parecer contaron con el apoyo de un vecino conocido, Gerardo Martínez Sandoval, alias «El Canguro», quien daba seguimiento a sus actividades.
Martínez Sandoval presuntamente pertenecía a la estructura de Herrera Uriarte, para señalar las próximas víctimas de secuestros. De origen indígena, la familia Martín León Ríos durante meses soportó las burlas de este sujeto, quien constantemente los amedrentaba.
El día del secuestro, a mediados del 2019, sujetos fuertemente armados llegaron por la madrugada a la humilde casa donde pasaba la noche Martín León Ríos y los suyos, se lo llevaron y nunca más supieron de él.
Durante la madrugada, los agresores encañonaron a la familia y amenazaron con desaparecerlos si ponían la denuncia. En estos días ya no duermen en el monte, pero siguen aterrorizados.
Francisco Iván Diego Cabeza, de 34 años, es un barbero que desapareció el 14 de enero del 2019.
Mediante terceros, Ernesto Herrera Uriarte le envió diversos ofrecimientos para que se sumara a su célula, primero como comerciante de gasolina robada, después, para que estuviera en su grupo operativo.
El barbero no aceptó ninguna de las propuestas.
El día que se lo llevaron, cerca de Nuevo Ixcatlán, participaron al menos tres camionetas con hombres armados que lo tiraron de la moto en la que se transportaba, y se lo llevaron con rumbo desconocido.
Personas del pueblo que lo conocieron dicen que se trata de un joven trabajador y responsable, que jamás se iba involucrar en la delincuencia, y que posiblemente por eso lo privaron de la libertad.
Juan Jesús Rodríguez Sánchez, de 30 años, fue privado de la libertad el 14 de noviembre de 2019 en un taller mecánico que se ubica en Nuevo Ixcatlán.
El joven se dedicaba a la venta de verduras en la zona centro de Nuevo Ixcatlán.
El día de los hechos, regresaba del vecino pueblo de Maria Lombardo (Oaxaca), y pasó al taller mecánico donde le harían reparaciones a un vehículo de su propiedad.
Hasta ahí lo alcanzó un grupo de sujetos en varias camionetas que le pidieron que descendiera de su unidad y se lo llevaron con rumbo desconocido, mientras otro de los perpetradores tomó el coche que él manejaba y se lo llevó.
Reportes extraoficiales indican que el coche de Juan Jesús Rodríguez apareció a principios de 2020, durante el arranque de la operación especial Playa Vicente, en uno de los inmuebles que fueron cateados en la búsqueda de Reinaldo Patiño, y los integrantes de su banda.
El 17 de febrero del 2019, Joaquín García Gregorio, conductor de taxi, se despidió de su familia.
Unas personas en Playa Vicente lo estaban llamando para que se presentada ante ellos lo más pronto posible.
Cuando salió de casa, el semblante de Joaquín García no era bueno.
Antes de marcharse, dijo a los suyos que tenía algunos problemas, pero nada que ameritara preocuparse, que en unos días los iba a resolver.
Ocho días después de que salió de casa, se comunicó con su familia, dio una fecha para su regreso. Pidió que le esperaran con una comida especial, mole, su platillo preferido.
La fecha fijada para su regreso llegó, durante todo el día y parte de la noche le esperaron sin éxito.
Durante la madrugada del 2 de octubre, un grupo de encapuchados se metió a la propiedad del agricultor Luis Cámara Parroquín, vecino del poblado de Nuevo Ixcatlán.
De 54 años, los agresores se lo llevaron por la fuerza en los vehículos donde se transportaban, en esas camionetas, minutos antes, se habían habían llevado a uno de sus trabajadores, el joven José Luis Juan Rafael, de 20 años.
Desde entonces, no se sabe nada del patrón ni de su empleado.
Cámara Parroquín es uno de los agricultores de sorgo más importantes de la región de Playa Vicente, y contaba con un notable parque de maquinaria e implementos para el campo.
Tanto esa maquinaria como demás objetos de valor fueron robados por el grupo de sujetos armados, incluso, los agresores saquearon la despensa de la familia.
Todo lo comestible de las alacenas, así como el contenido del refrigerador, se la robaron.
Nuevo Ixcatlán es núcleo de población más grande en Playa Vicente después de la cabecera. Más del 90 por ciento de sus habitantes son indígenas y en sus localidades vecinas se habla chinanteco, mazateco, nahua, zapoteco, mixe o mixteco.
Nuevo Ixcatlán fue fundado en 1955 (Gonzalo Aguirre Beltrán) por familias que fueron traídas del estado de Oaxaca por las obras de la presa hidroeléctrica Migue Alemán, que inundaron sus tierras y viviendas.
Esas familias eran indígenas a quienes dieron tierra y lugar para vivir en el sur de Playa Vicente, en un predio conocido como Yogopi.
A 65 años de su fundación, las nuevas generaciones de Nuevo Ixcatlán sufrieron el acoso de la delincuencia, y no son menos los que tuvieron que desplazarse y abandonar sus propiedades para salvar la vida.
En ese poblado, base de una peligrosa célula de la delincuencia, los pobladores en algunos casos vivieron trabajo forzado y el posterior ataque de la organización. Es el caso de Melitón Carrera, quien durante un tiempo comerció gasolina robada para la organización delictiva, y posteriormente, también se sumó a la lista de desaparecidos a finales del 2018. Desde entonces, su esposa quedó afectada de sus facultades mentales.
Tan solo a inicios del 2020, en Playa Vicente desaparecieron 11 personas. Casi todas en el mes de febrero. Lo que motivó el lanzamiento de la operación especial para ese municipio por parte de la Fuerza Civil, cuyos resultados más notorios fueron el abatimiento de Patiño López y la localización de dos mega fosas clandestinas en los predios cercanos a la cabecera.
Melitón Carrera
José Luis Juan Rafael
Luis Cámara Parroquín
Joaquín García Gregorio
Juan Jesús Rodríguez Sánchez
Francisco Iván Diego Cabeza
Martín León Ríos
Miguel Ángel Guadalupe Vázquez
Neftali Morales Pimentel
Carmela Felipe Vista
Simon Felipe Vista
Periodista Veracruzano
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