En las primeras horas de este viernes, el Sindicato Único de Trabajadores de Notimex colocó las banderas de huelga. Sin embargo, la agencia estatal sigue operando. Gran parte de su personal trabaja a distancia, sin asistir a las oficinas, tomadas por trabajadores, muchos de ellos despedidos injustificadamente
Texto y fotos: Arturo Contreras Camero
Desde que la periodista Sanjuana Martínez tomó la dirección de Notimex, la agencia estatal de noticias, los trabajadores sindicalizados están siendo despedidos de poquito en poquito. Hasta el momento, van 241 despidos, y las agresiones y el hostigamiento continúas, segùn las denuncias expuestas por los exempleados.
Por eso, en el primer minuto de este viernes, un par de decenas de los trabajadores montaron un campamento afuera de las oficinas de la agencia y se declararon en huelga.
A la mañana siguiente, la agencia emitió una nota informativa a través de su sitio en internet en el que comunicaba que su trabajo se mantendría. Los empleados tienen instrucciones de seguir trabajando desde sus casas, por lo que la toma del edificio parece más un acto simbólico.
La madrugada del viernes, adentro de las oficinas de la agencia, ubicadas en avenida Baja California 200, permanecieron cerca de 25 directivos. Por la mañana, unos pocos ya habían salido, por lo que quedaban unos 17 o 18 personas, según informaron los trabajadores despedidos que desde ese día montan una guardia permanente afueras de la agencia.
Además del despido de cerca de 240 personas, esta dirección ha contratado a cerca de 120 nuevos trabajadores, a los que no se les permitía convivir con los trabajadores sindicalizados. La operación parece una limpia de los trabajadores sindicalizados.
“Ella (Sanjuana) viene con la misión de desaparecernos. Hay cosas que sí son ciertas, como que había malos manejos con los otros líderes del sindicato. He sabido que sí había ese tipo de movimientos de gente cercana al líder sindical, que eran los que tenía los mejores puestos. Pero ella agarró parejo con todos los sindicalizados, como si todos fuéramos flojos y corruptos. Nos fue haciendo menos, y cada vez corría a la gente en grupitos, a veces de uno, de dos o de tres”, cuenta Cristina Rubio, quien durante 23 años fue editora de la sección internacional de la agencia, hasta que fue despedida en noviembre pasado.
Poco a poco, el ambiente en la redacción se fue tornando hostil, cuenta Cristina. El miedo rondaba entre los trabajadores, el acoso llegó al grado de que en las instalaciones de las oficinas no dejaban que más de cuatro trabajadores platicaran juntos. “Ya ni podías hablar con nadie. Ya todos teníamos el miedo de ver a quién iban a despedir, ahora a quién le toca. Fueron meses de terrorismo”, asegura Cristina.
A ella, de la noche a la mañana, le cambiaron el puesto de trabajo. “El 20 de noviembre llegué y me dieron órdenes de reportear, cuando yo soy editora. Me mandaron a cubrir una conferencia a la Secretaría de Salud”, cuenta la periodista que sufre de crisis asmática por alergias. “En la Secretaría de Salud me empecé a sentir mal y lo informé, pero me hicieron regresar a terminar la nota. Hice la nota, me fui a mi casa y a la mañana siguiente amanecí muy mal”.
Al siguiente día, Cristina asistió a trabajar, pero su salud empeoró. “Se lo comenté a Alejandro Salas, en ese entonces director editorial de la mesa nacional. Me dijo que se daba por enterado y que me apurara con mi trabajo”. Ese día, saliendo de trabajar, fue al hospital. La internaron por una arritmia cardiaca.
A su regreso, las hostilidades continuaron. Decían que era una floja y que sólo inventaba cosas para no trabajar. Después de los incidentes de salud, Cristina empezó a experimentar problemas para realizar su trabajo. “Nuestros correos estaban bloqueados, no podíamos enviar nada. Al otro día no me dejaron entrar, me dieron un bonche de documentos con las faltas que supuestamente había cometido en los últimos días. Que estaba prohibida mi entrada, que estaba dada de baja y que ya no era parte de la agencia”.
Historias como la de ella se repiten entre los trabajadores despedidos. Por eso, una de las demandas de los trabajadores plantados en la calle afuera de Notimex es su reinstalación.
La nueva dirigente del Sindicato, Adriana Urrea, asegura que se entregaron todos los documentos que acreditan legalmente la huelga, sin embargo, estos no fueron recibidos por el actuario de la agencia. Legalmente, no ha recibido una notificación de huelga, lo que les permite seguir con los trabajos.
Esta mañana, el dueño del edificio solicitó la intervención del gobierno local para la remoción de los manifestantes, por lo que personal de concertación política de la ciudad acudió al lugar, sin embargo, ellos no tienen las facultades para remover a los manifestantes, por lo que el campamento se mantiene.
El conflicto de los antiguos trabajadores de la agencia con la nueva directora inició hace más de un año. En los últimos días, las negociaciones se rompieron, por lo que el sindicato decidió “estallar la huelga”.
Entre sus demandas, además de la reinstalación de los trabajadores despedidos, están la revisión contractual, el respeto al contrato colectivo de trabajo y el cese de los despidos injustificado y el hostigamiento.
Periodista en constante búsqueda de la mejor manera de contar cada historia y así dar un servicio a la ciudadanía. Analizo bases de datos y hago gráficas; narro vivencias que dan sentido a nuestra realidad.
Ayúdanos a sostener un periodismo ético y responsable, que sirva para construir mejores sociedades. Patrocina una historia y forma parte de nuestra comunidad.
Dona