Tres trabajadoras de la salud opinan acerca del reconocimiento que el gobierno mexicano hizo al personal de salud que enfrenta la pandemia. Las tres coinciden en que debería haber mejores condiciones para que realicen su labor.
Texto: Andro Aguilar
Fotos: María Fernanda Ruiz
Una enfermera y dos médicas neumólogas, que trabajan en distintas instituciones públicas, y que han atendido por más de medio año en una área covid a pacientes afectados por la pandemia, opinan acerca de la decisión del Estado mexicano de otorgar a 58 integrantes del personal de salud la presea Miguel Hidalgo, el máximo reconocimiento que entrega el gobierno a un connacional. Las tres trabajadoras pidieron el anonimato. Las tres piden mejores condiciones de trabajo.
Médica neumóloga, 41 años. Hospital público.
“Es cierto que los médicos son quienes más representan el reto de la pandemia. Hay algunos cuya dedicación y esfuerzo destaca. Pero en hospitales covid, la persona que está en la puerta recibiendo a familiares tiene la misma importancia que un médico vestido como astronauta para entrar a un área donde están todos los pacientes. Porque desde el que está en la puerta, las enfermeras, o una persona que no es médico, tiene que apegarse a criterios y también se está arriesgando. El personal de intendencia también se está arriesgando. Es muy importante su labor porque maneja las sábanas, maneja los fluidos, lava los baños de los pacientes, los baños de los médicos, de enfermería. Todos cambiaron horarios y funciones. Médicos que no conocen la especialidad o cuya área no es de expertise respiratoria, como dermatología, están viendo pacientes con covid.
“Los médicos premiados y los que premiaron en cada una de las ceremonias son una representación del trabajo de toda una área médica y de todo el hospital.
«Ningún médico lo hace por un premio. Si tuvieras la opción de no haber enfrentado esto, hubieras obviamente preferido no tener que hacerlo, pero es el compromiso del médico y del personal médico, paramédicos, enfermeros, asistentes. Tienen un compromiso con el paciente e intentan ayudar lo mayor posible contra las adversidades. Porque no hay un tratamiento curativo hasta la fecha y tienes que seguir leyendo, tienes que seguir aprendiendo en el día a día sin faltar a la labor diaria”.
“Y las personas que reciben a los pacientes, las que están limpiando en los hospitales también tienen el miedo de infectarse y de infectar a sus familias. Ese el mayor miedo: infectar a tus familias.
“Yo creo que ningún médico se siente héroe ni habría querido colgarse una medalla u obtener un reconocimiento. Personalmente, yo agradecería que hubiera mejores condiciones para trabajar en lugar de una medalla. Que hubiera más mascarillas, unos goggles adecuados que se ajusten, batas impermeables. Los reconocimientos van desde que te nombren, lo hagan público, te den una medalla, un pergamino, una foto con alguna celebridad política, hasta un reconocimiento económico. A algunos médicos les pagan súper bajito y el reconocimiento económico podría ayudarles a comprar por ejemplo una tableta para que su hijo que está tomando clases a distancia tenga un mejor acceso a sus clases.
Médica Neumóloga 35 años, labora tanto en un hospital público como en uno privado.
“Siento que muchos médicos estamos decepcionados del actual gobierno. No sólo médicos sino todo el personal de salud. Qué bueno que se dieron los reconocimientos. Nos sentimos representados por esos compañeros que están ahí y qué bueno que por lo menos se les esté dando algún reconocimiento al personal de salud. Pero definitivamente se queda corto. Los recortes que le hicieron a los institutos nacionales el año pasado, las veces que el señor Andrés Manuel se ha parado a tener discursos desafortunados en contra del gremio, aun en tiempos de pandemia. Como hace dos o tres meses cuando estaba en pleno pico y comentó que antes a los médicos, en la era neoliberal, nada más les interesaba ganar dinero”.
La doctora se refiere a la conferencia matutina del 8 de mayo pasado, cuando López Obrador, en su intento de respaldar la integridad del subsecretario de Salud Hugo López-Gatell, señaló que su postura no era a favor del mercantilismo, como en el “periodo neoliberal relacionado al sector salud”. Y lanzó un chiste:
“Como se decía antes de los médicos, que sólo buscaban enriquecerse ¿no?, que llegaba el paciente y lo primero que hacían era preguntarle: – ¿Qué tienes? – No, es que me duela acá, doctor. – No, ¿qué tienes de bienes?”.
«Siento que se está disfrazado mucho. Ha habido una falsa transparencia. El gobierno actual, desde el secretario de Salud, da la impresión de que se han hecho las cosas bien y han dado datos todos los días, pero ya tiene muchísimo tiempo que yo no veo las conferencias porque es algo que está completamente fuera de la realidad de lo que nosotros vivimos.
“Era necesario que se hiciera algún tipo de reconocimiento, sí, pero siento que no es suficiente. No por mí. México es ahorita el primer lugar de personal de salud fallecido en el mundo por covid. Eso es algo brutal”.
Amnistía Internacional publicó un informe a principios de septiembre en el que destacaba que con mil 320 trabajadores de la salud fallecidos, México era el país con la mayor cifra al respecto.
El organismo daba una posible explicación: “…el gobierno mexicano mantiene un registro detallado de muertes de personal sanitario, con datos desglosados por edad, género y profesión. Esta transparencia es esencial y todos los países deberían ofrecer este tipo de datos; también podría explicar las inquietantes cifras de México en comparación con otros países”.
La doctora reconoce que la causa de los fallecimientos del personal de salud que atiende la pandemia es multifactorial, sin embargo, atribuye buena parte de ellas a negligencia de las autoridades.
“No voy a eximir a los mismos colegas de la responsabilidad que todos tenemos como ciudadanos de cuidarnos. Yo llevo 6 meses en área covid y no me he infectado, ni yo ni mi familia, afortunadamente. Hay compañeros que no lo hacen, eso es cierto. Lo cierto también es que al principio de la pandemia hubo mucha negligencia por parte de las instituciones».
“No puedes decir ‘ahí está tu mascarilla, ahí están tus lentes, a ver cómo te los pones. Éntrale’. Eso y no hacer nada es lo mismo, tienes que enseñarle a la gente a colocarse sin contaminar. Yo creo que muchas de esas vidas te cobraron por eso. La otra es que también a muchos compañeros les ha valido y se han relajado muchas medidas conforme la pandemia ha ido avanzando. Sí es multifactorial, pero no puedo negar que la negligencia existió”.
«Me da gusto por los que ganaron. Muchísimas felicidades. Me da muchísimo gusto pero es simbólico eso, nada más. Me da pena que se quede en eso y no en un cambio estructural del sistema de salud. El sistema de salud nunca había estado tan caótico como lo está ahorita, independientemente de que hayan robado y que sí haya habido muchísima corrupción, porque es verdad. Pero, ¿cuándo se había visto que se quedaran meses los pacientes sin medicamentos, sin medicamentos oncológicos? Es una cosa brutal. A lo mejor la intención de este señor (López Obrador) fue buena, pero tú tienes que decir: ‘tengo la intención de cambiar esto y lo otro’; pero si ves que tu estrategia está haciendo más daño que beneficio pues hay que recular. ‘Sigamos haciéndolo de esta manera y en el camino vamos a cambiar las cosas’”.
Enfermera, 35 años. Labora en dos hospitales públicos. Morelos
“A mí me tocó laborar y no tuve tiempo. Me estoy enterando del reconocimiento que les hicieron. Sinceramente siento que hasta cierto punto es una burla que se tome al personal de salud como héroe cuando [el reconocimiento] sólo es de palabra. No se le ha dado más que un reconocimiento verbal o en papel, o incluso económico como lo son los bonos que están promocionando. No con la pandemia, sino desde que yo empecé a trabajar (desde 2004), el ver cómo está muy castigado el sector salud, ver cómo desde hace muchos años cambian los gobiernos, cambian los sexenios y los partidos y siempre han estado igual de castigados los servicios de salud”.
“Siento que más bien esta pandemia debería servir como experiencia para trabajar más en proyectos. Para aportar más en cuestión económica, no directamente en los sueldos de los trabajadores aunque eso sería muy bueno, pero sí para reforzar. Que nosotros como trabajadores tuviéramos las armas suficientes para llevar ese trabajo. Lo hacemos aún con las carencias. En cualquier institución se hace lo que se puede y lo que debe hacer, pero qué mejor que tuviéramos las armas, la confianza, las instalaciones y lo adecuado para brindar la atención.
“En lo personal yo no podría decir que he entrado algún día en un turno o en una ocasión a atender a un paciente sin protección, porque estaría mintiendo. En lo personal sí se me ha dado la protección, tal vez no de la mejor calidad; sin embargo, sí he recibido los cubrebocas N95 o KN95 en servicios de salud, los trajes. Lo necesario para mi protección, sí lo he tenido. Me refiero en cuanto a tratamientos o insumos para la atención a los pacientes. Creo que aún seguimos con muchas carencias.
Periodista
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