15 febrero, 2025
A 60 años de Grupo Carso, su presidente, Carlos Slim relató la historia que lo llevó a convertirse en uno de los hombres más ricos de México. Habló sobre la situación de Telmex y Telcel, los proyectos sociales de sus fundaciones, su rechazo a las reformas fiscales y a los impuestos a las grandes fortunas. Sus afirmaciones chocan con la realidad
Texto: Luciana Oliver Barragán
Foto: Graciela López / Cuartoscuro
CIUDAD DE MÉXICO. – La misma semana en que México se enteró que la desigualdad aumentó en el país, el multimillonario Carlos Slim Helú ofreció una conferencia de prensa para hablar de su riqueza.
Slim, quien se benefició de la privatización de las empresas públicas al final del siglo XX, se mostró muy optimista con el gobierno de Claudia Sheinbaum. La visión de la presidenta sobre la macroeconomía, la inflación y el Plan México lo llevó a prever un “futuro muy bueno” para el país.
Con diversos argumentos de carácter economicista, afirmó que para él “la inversión, inversión y más inversión” serían la clave para el crecimiento económico, mientras que respecto a las reformas fiscales, declaró que “no son buenas”.
Esta es la historia de un multimillonario que, sin decirlo abiertamente, hace política.
Slim argumenta que, al aumentar los impuestos, las empresas elevarían los precios de sus productos, lo que generaría desequilibrios en la estabilidad macroeconómica y, en consecuencia, mayor inflación.
No obstante, como se discutió en la tertulia del 23 de noviembre de 2024, en torno al presupuesto y el primer paquete económico del gobierno de Claudia Sheinbaum, una reforma fiscal profunda y progresiva podría ayudar a resolver problemas como los recortes presupuestarios en áreas clave: salud, medio ambiente, agua, atención a la violencia de género, desapariciones forzadas, ciencia, tecnología y la política cultural del país.
La propuesta de Slim sería comenzar por reducir la inflación, lo que disminuiría la tasa de interés y, a su vez, el déficit. La inflación es el aumento de los precios de los bienes de consumo a lo largo del tiempo; para reducirla, los países buscan aumentar la producción de esos bienes, lo que estabiliza la brecha entre oferta y demanda, generando mayor oferta y menor demanda.
Según Salvador Rivas, del Economista, sería necesario aumentar la inversión pública y privada con el objetivo de generar más empresas y ampliar la capacidad de las existentes.
Es importante señalar que tanto la propuesta de Slim como la de Rivas omiten a los trabajadores que producen esos bienes. Ninguna de las propuestas menciona que los salarios actuales no reflejan la fuerza de trabajo de quienes, en última instancia, reducirían la inflación.
En este mismo contexto, Slim especuló: “Supón que pones un impuesto a las grandes fortunas”. Y continuó: “Se va a desanimar a invertir. Lo que necesitamos es que el empresario invierta y no esté preocupado por la inseguridad económica”.
Sin embargo, el informe Beneficios en Fuga de Oxfam México (2025) revela que sectores clave como la banca transfieren el 49% de sus ganancias al extranjero, y pagan tasas efectivas de ISR de apenas 5.45%, menos que un trabajador con salario mínimo. Esto evidencia un sistema fiscal regresivo que privilegia a las élites, no una amenaza inflacionaria.
No obstante, como se discutió en la tertulia del 23 de noviembre de 2024, en torno al presupuesto y el primer paquete económico del gobierno de Claudia Sheinbaum, una reforma fiscal profunda y progresiva podría ayudar a resolver problemas como los recortes presupuestarios en áreas clave: salud, medio ambiente, agua, atención a la violencia de género, desapariciones forzadas, ciencia, tecnología y la política cultural del país.
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Según el informe de Oxfam, el modelo económico actual en México se basa en un patrón histórico de despojo, donde sectores como la banca y el turismo extraen riqueza sin redistribuirla. Por ejemplo, los bancos más grandes transfieren al extranjero casi la mitad de sus utilidades, mientras el 75% de las mujeres en el sector financiero reportan estrés económico. La inversión sin justicia fiscal solo profundiza estas desigualdades.
En el sector turístico, eje de la inversión promovida por Slim, los salarios están estancados desde hace una década: el 80% de los empleados son mozos o camaristas con una mediana salarial de 5,368 pesos (0.64 salarios mínimos), mientras las brechas de género se amplían en puestos jerárquicos. Esto desmiente el mito de la “derrama económica” que Slim defiende.
El informe de Oxfam, menciona que la ausencia de un impuesto a las grandes fortunas en México ha permitido que 14 de los 22 multimillonarios mexicanos en 2025 sean herederos, consolidando dinastías como la de Slim. Además, entre 2015 y 2019, bancos y empresas evadieron hasta 43 mil millones de pesos, lo que muestra que la “inseguridad económica” afecta más a la población que a las élites.
Según el informe de Desigualdad de Oxfam International, publicado el 15 de enero de 2024, “Desde 2020, la riqueza combinada de los cinco hombres más ricos del mundo se ha duplicado. Durante el mismo periodo, la riqueza acumulada de casi 5 mil millones de personas a nivel global se ha reducido”.
Sin embargo, Slim sostiene una lógica diferente. Para él, los empresarios multimillonarios son “administradores de la riqueza”, no promotores de la desigualdad. De hecho, defendió la desigualdad frente a lo que él considera «igualdad en la pobreza», citando a Haití como ejemplo.
El informe Beneficios en Fuga desmonta esta narrativa: en México, el 1% más rico captura el 58% de los ingresos totales, mientras el 50% más pobre solo accede al 9%. La concentración de agua en concesiones agrícolas y la privatización de playas para hoteles de lujo ejemplifican cómo el “mérito” es una fachada para el despojo sistemático.
Para Oxfam, la riqueza y la desigualdad generada por las grandes empresas se originan en prácticas como “exprimir a los trabajadores, evadir y eludir impuestos, privatizar los servicios públicos y contribuir al colapso climático”, lo cual no está alejado de las actividades de las empresas en las que Slim es protagonista.
Como señaló Ingrid Urguelles en la Mesa Roja del 19 de febrero de 2024:
“No hay fortunas éticas en el mundo. Si acumulaste esa cantidad de riqueza, es imposible que hayas sido ético en tu vida”.
Urguelles destacó que la explotación de recursos naturales, el uso indebido de bienes y poderes públicos, el trabajo de cuidados no remunerado de las mujeres y la apropiación de la creatividad y esfuerzo de los trabajadores son aspectos clave que estos millonarios pasan por alto al proponer soluciones a través de la inversión.
Según Slim, las inversiones generarían un nivel mínimo de bienestar y su crecimiento sería ascendente. Por eso, para él, la desigualdad en la sociedad sería irrelevante, ya que las personas en ella contarían con un bienestar social completo:
“Es muy importante que haya empresarios, que haya capitales en cualquier país. Cuando hablan de igualdad, están diciendo alguna tontería”, argumentó Slim, quien además recomendó leer los textos del ex presidente uruguayo José Mujica.
Esta postura ignora que, según Oxfam, en el turismo, la brecha salarial de género llega al 22% en puestos directivos. La inversión sin redistribución solo reproduce un modelo donde, como señala el informe, “los beneficios están en yates, cuentas extranjeras e influencia política”.
Respecto al Plan México, Slim detalló que las propuestas de sustituir importaciones e impulsar el empleo bien remunerado deben ir acompañadas de proyectos sociales. Algunos de estos proyectos, impulsados por sus fundaciones, abarcan salud, alimentación, deportes, infraestructura y “capacitación para la educación”, tal como explicaron el Dr. Roberto Tapia-Conyer, director de la Fundación Carlos Slim, y el Dr. Héctor Gallardo, director de soluciones operativas de la misma fundación.
Describió que sus coberturas sociales y proyectos buscan beneficiar a más de 1,163 municipios en zonas de pobreza extrema. En el ámbito de la salud, por ejemplo, se brindará atención a enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión y anemia, así como atención a mujeres gestantes. También mencionó que esta atención será proporcionada en conjunto con la Secretaría de Salud y el IMSS Bienestar.
Sin embargo, el informe de Oxfam advierte que la filantropía no sustituye la justicia fiscal: mientras Slim evade impuestos, el presupuesto público para salud y agua se recorta. Por ejemplo, Conagua recauda menos de la mitad de lo necesario para operar, agravando la crisis hídrica que afecta a 20 estados.
Slim planea invertir este año el 25% del PIB de México, comenzando por la infraestructura y rescatando a las personas en situación de marginación para que aporten con su trabajo y tengan poder adquisitivo.
Al hablar sobre la relación con Estados Unidos, Slim sugirió que lo que debería hacer el país vecino es reducir sus importaciones de China para reemplazarlas por productos mexicanos. También abogó por que México sustituya sus importaciones con producción nacional: “La inversión; la sustitución de importaciones de México, que importe menos; mayor exportación y mayor comercio con Estados Unidos, e integrar a más gente a la economía, al empleo, a la capacitación”, argumentó Slim.
En ese sentido, para Slim, la amenaza de los aranceles no se materializará: “No creo que vengan”, le respondió a una reportera. “Imagínate que de repente todo lo que se importe de Estados Unidos pague el 25%. Y mira que se importa mucho. No, no funciona”.
El mismo día, Donald Trump firmó una orden ejecutiva imponiendo un arancel del 25% al aluminio y acero. Ante esta situación, Slim comentó: “Una parte del arancel puede tener que ver con la intención de producir más acero internamente. Creo que lo que quieren es proteger. (…) Están protegiendo dos sectores que en Estados Unidos tienen mucha capacidad”.
Al referirse a la empresa Teléfonos de México, Slim aclaró varias veces que esta “no tiene ninguna preponderancia”. Explicó que “tiene cero en televisión de paga” y en banda ancha ocupa alrededor del 38% del mercado. Además, comentó que lo que tiene son muchos teléfonos antiguos que no se han cancelado, los cuales ya son productos obsoletos y fuera de foco en el mercado.
El informe de Oxfam señala que el patrón de concentración en sectores como la banca (donde cinco instituciones controlan el 75% del mercado), se replica en telecomunicaciones. Aunque Slim niega la preponderancia, Telmex históricamente ha operado bajo un modelo de “tomar, transar, agandallar”, usando instituciones públicas para garantizar sus beneficios, tal como hizo la banca con el Fobaproa.
El extinto Instituto Federal de Telecomunicaciones, ahora Agencia de Transformación Digital, había calificado a Telmex como un Agente Económico Preponderante. Según el IFT, un Agente Económico Preponderante es “la empresa o grupo de empresas que cuente con una participación nacional mayor al 50% en los servicios de radiodifusión o telecomunicaciones”.
Sin embargo, Slim sostiene que este concepto no se aplica a Telmex, ya que, según su explicación, “cuando hay dos competidores, como ATT y nosotros, uno tiene el 51%. ¿Cómo eliminas que alguien tenga el 51%?”.
De acuerdo con Slim, el IFT implementó una regulación que él calificó como “ilegal”, en la cual se imponía un cargo por interconexión a Telcel de 35 centavos, mientras que a otras compañías no se les cobraba nada. “¿Y qué pasa?”, pregunta Slim. “A pesar de eso, Telefónica y ATT, aunque no pagaban nada en la interconexión, hicieron tonterías y medias”, añadió. Concluyó diciendo: “Lo que sí puedo decirles es que [el IFT] no era tan autónomo… El presidente del IFT fue designado por el director jurídico de la presidencia, quien luego lo sustituyó por otra persona”.
Este argumento ignora que, según Oxfam, las élites empresariales históricamente han creado “barreras legales y políticas para excluir a comunidades y otras empresas”. La narrativa de Slim refleja el cuarto paso del patrón abusivo: “…y lo llaman mérito”, donde se justifica la concentración como resultado del esfuerzo, ocultando privilegios sistémicos.
Más adelante, en una entrevista con Claudia Villegas, de la Revista Fortuna, Slim calificó a los ganadores del premio Nobel de Economía 2024 de “imbéciles” que “ponen las cosas sin saber qué escriben”. Explicó que su equipo envió un estudio completo que llevó a James A. Robinson, Daron Acemoğlu y Simon Johnson a eliminar una referencia sobre la adquisición de Telmex por parte de Slim.Ironía: el informe Beneficios en Fuga cita precisamente a Acemoglu y Robinson para destacar cómo las instituciones extractivas coloniales persisten en México, beneficiando a actores como Slim. Su desdén hacia estos académicos revela un rechazo a críticas estructurales a su modelo de acumulación.
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