Contra el aeropuerto en Texcoco, antes NAICM, la fuerza de las mujeres se ha conjugado con la lucha comunitaria desde Atenco para detener ese proyecto priista, ahora son ellas quienes impulsan la restauración del lago y la vida de la cuenca, de la cual depende la Ciudad de México
Marta sostiene una bandera de México a la orilla del Lago de Texcoco, ahí donde aún quedan vallas perimetrales y pivotes inundados por el agua que exige volver a su lugar. Con su dedo señala la figura que no había notado, justo abajo del nopal está el lago. Ella es parte del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra desde el 2001, cuando Vicente Fox quería pagar 7.20 pesos por metro cuadrado pues aseguraba que la Tierra era inservible.
“El aeropuerto está en la parte más baja del Lago”.
¿Cómo no se va a inundar? ¿Cómo no ver el agua a la mitad de los pilares de concreto que colocaron durante su presuntuosa construcción?
La embestida en contra del Lago de Texcoco tiene cinco centenas de años. En el siglo XVII los gobiernos virreinales comenzaron la obra de desagüe artificial llamada Tajo de Nochistongo, a cargo del cosmógrafo Enrico Martínez, quien sacó las aguas de la Cuenca hacia el río Tula. Miles de indígenas fueron obligados a trabajar en ello bajo la figura del repartimiento para la realización del sistema de desagüe.
Los gobiernos del México independiente siguieron con la inercia desecadora. El presidente Porfirio Díaz realizó el Canal del Desagüe al comenzar el siglo XX y los gobiernos del PRI lo continuaron mediante el Drenaje Profundo seis décadas después. El NAICM era la culminación de todo este proceso de desecación de la última parte del Lago.
“Eso es lo que nos ha impulsado, ver por nuestra familia. Es el amor a nuestros semejantes, es lo que Atenco puede contribuir al mundo, al planeta, sabíamos que si dejábamos que esto [aeropuerto] se construyera era la contaminación, era desaparecer los cultivos, todos los proyectos todo estaba englobado a desaparecer esta zona como área verde, el agua ya no iba a ser de nosotros no se conforman con entubarla, con haber desecado el lago, sino era el exterminio de toda la cultura”, explica Marta al realizar una investigación junto con el diario.es.
Es la reproducción de la vida lo que está en disputa.
Las mujeres que han luchado por el territorio del oriente del Estado de México aseguran que les ha cambiado la vida en muchos sentidos desde que inició la defensa del territorio contra el nuevo aeropuerto.
“Las mujeres somos los primeros elementos, como soldadas, que salimos a dar la cara en la guerra, damos el primer paso a la línea de fuego, sea porque nos afecta nuestros intereses fundamentales, hijos, casa hogar, agua, forma de vida, todos estos elementos que la mujer administra”, asegura América del Valle, quien desde el inicio del movimiento ha impulsado la defensa del territorio y a las mujeres.
En el Frente de Pueblos no siempre fue notorio su papel. Las mujeres comenzaron a ser más visibles cuando recluyeron a los hombres más visibles del movimiento.
Trini Ramírez recuerda la primera vez que tomó el micrófono en la plaza de Atenco en el 2006, después de que aprehendieron de manera ilegal a su compañero, Ignacio del Valle. Después de ese momento, no lo soltó y hasta ahora su palabra resuena, abre caminos. Así como Trini, las mujeres han forjado su participación en el Frente, y ahora más que ser el motor de lucha, ser quienes preparan los tlacoyos para las expediciones en terreno, son quienes aseguran que restaurar el lago es posible pues reconocen el territorio. Son quienes impulsan la restitución de las tierras que les fueron arrebatadas para la construcción de un aeropuerto.
“En 18 años vas recapitulando no solo la experiencia propia, sino la de nuestras abuelas, madres”, menciona América del Valle con mucha nostalgia.
América advierte: el papel de la mujer en la defensa del territorio es fundamental.
“Una vez que decides asumirte y asumir un papel la defensa del territorio, no es que lo elijas y te proyectes, las circunstancias te van llevando y es una decisión personal hay un costo y lo asumes, hay quien tiene la capacidad de resignificar eso”.
Si bien las mujeres no siempre han sido el actor principal en el FPDT, “muchas compañeras han comprendido que su presencia y participación es vital y además nadie las puede sustituir, la participación de cada una es valiosa”, asegura América.
Son las mujeres quienes tiene claro el territorio en disputa, son quienes tienen claridad que existe el Lago: “ese espacio no se puede volver a fincar una monstruosidad como la que trató de imponerse, ese espacio tiene que servir para la vida, con sus distintas caras, dimensiones, hay un anhelo y esperanza porque se restaure (el lago) y sirva par seguir dotando el campo, este amor a la tierra, las mujeres son campesinas, hay muchas campesinas que labran la tierra, la cosechan, y en ausencia de sus esposos han decidido sembrar y jalar a sus hijos para que no se olviden de esa tierra”.
Las mesas interinstitucionales de diálogo con los pueblos afectados por el NAICM iniciaron en abril de este 2019, aunque entraron en una dinámica aletargada por el cambio de titular en la Semarnat. Sin embargo, las mujeres impulsan no solo desde sus tierras sino también en estos espacios abiertos por el obradorismo que la restauración del lago, de la vida, es posible, y con ella, dar un giro ambiental a la destrucción con un plan hídrico para la cuenca que estas mujeres han tejido poco a poco.
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