10 mayo, 2020
Sumado a las estresantes jornadas de trabajo, el personal de salud en México enfrenta la pandemia con escasa protección personal y, en muchas ocasiones, con contratos precarizados en las instituciones hospitalarias. Esto abona a una profunda carga mental y emocional
Texto: Marcela del Muro
Foto: Gabriela Pérez / Cuartoscuro
*Actualización 13 de mayo
Fernanda lleva más de un mes separada de su hija. Fue una decisión difícil que llegó después de varios días de sentir mucho miedo e incertidumbre.
Con el inicio de la cuarentena, a finales de marzo, llegó el primer paciente contagiado de coronavirus al Hospital General de Zona 1, en San Luis Potosí. Ahí, Fernanda trabaja como enfermera. Los primeros día de abril, le tocó su primera guardia en el área covid.
“Por eso, con todo el dolor de mi corazón, decidí llevarla con mis papás”. La bebé de Fernanda, de un año y nueve meses, se fue a Matehuala, municipio al norte del Estado, a 174 kilómetros de la capital.
La enfermera trabaja en el turno nocturno, 12 horas tres veces por semana. Los días libres estaban planeados para ser productivos en casa: limpiar los closets, sacar la ropa que ya no se usa. Pero todo ha sido distinto, Fernanda lleva un mes sola en su casa, hace videollamadas diarias para sentir cerca a su bebé, durmiendo mucho y sufriendo constantemente ataques de ansiedad.
Ella sabe que este distanciamiento es una muestra de amor y cuidado para su bebé. “Mi miedo no es contagiarme, sino ser portadora asintomática y contagiar a mi hija”. En México, hasta el 25 de abril, se han registrado 1 mil 934 contagios del personal de salud.
Jimena (su nombre fue cambiado por protección) es promotora de salud en un Centro de Salud al oriente de la Ciudad de México. El viernes 1 de mayo, le llegó el resultado positivo al SARS-CoV-2, el virus que causa la enfermedad covid-19.
Durante todo abril, ella formó parte de los cercos sanitarios para evitar la dispersión del sarampión en la Ciudad de México y el Estado de México, organizados por Secretaría de Salud. El 21 de abril, día que se declaró la etapa III en México, Jimena tuvo contacto con un compañero que tenía algunos síntomas de coronavirus. Ella lo supo después de trabajar todo el día con él.
“¿Conoces las combis del transporte público? Así es el transporte de la Secretaría de Salud”, varias camionetas recogen al personal que se va acomodando en los asientos disponibles, sin distancia social. Más de veinte personas por transporte, cuenta Jimena.
¿Protección? “Los últimos días yo llevaba una careta. En el Centro nos daban un tapabocas de los azulitos (mascarilla quirúrgica) para todo el día. Pero si tú quieres estar más protegido, tienes que comprar tu material”. Jimena no sabe cuántas compañeros resultaron infectados, además de ella.
Ella dice tener suerte en esta situación. La directora y la administradora de su centro de trabajo le ayudaron para que su incapacidad fuera con sueldo. Primero, los días para esperar su diagnóstico y, cuando resultó positivo, para su recuperación.
Jimena lleva ocho años trabajando para la Secretaría de Salud del Gobierno de la Ciudad de México. Los primeros años fue trabajadora eventual, pero, a partir del 2016, cambió su esquema de contratación a Nómina 8, también llamada Estabilidad Laboral. Jimena continúa siendo una trabajadora eventual, pero con un contrato anual que le brinda seguridad social (ISSSTE), vales de despensa y aguinaldo. Pero, a diferencia de los trabajadores de base, ella no ha formado antigüedad, pues su contrato se renueva año con año.
Jimena explica que durante esta pandemia: “Los trabajadores sin base somos los más expuestos. Ninguno, aunque seas población vulnerable, tiene permiso de ausentarse. No tenemos derecho al bono (Bono Covid-19), aunque tengamos riesgo de contagio y, hace unos días, nos informaron que este año no podremos tomar vacaciones”.
Ahora, la promotora de salud realiza su trabajo desde casa. Su hijo, de 10 años, ha entendido que no puede abrazar, besar o acercarse a mamá en un tiempo. Mientras tanto, Jimena usó su cuarto como guarida hasta saber que se encuentra bien. El 9 de mayo acudió a realizarse una tomografía de tórax, después de que las uñas de sus dedos se pintaron de morado. “Mi cuerpo me avisó que me falta oxigeno”. Hasta ahora, ha sido la única complicación que ha tenido.
“En el trabajo que realizamos, constantemente, estamos en riesgo. Ahora, con la enfermedad de covid-19, que es nueva, apenas estamos conociéndola y es estresante estar frente a algo nuevo” dice María, enfermera del IMSS Bienestar en Yucatán.
Para María, lo que realmente afecta y produce miedo, preocupaciones y estrés, es el no estar bien protegido. “La carencia de material de protección es lo que nos vulnera, no es suficiente para enfrentar esto y no tiene la calidad que debería de tener. Y, ahorita, el temor más grande es contagiar a nuestros hijos, nuestros esposos, nuestra familia”.
Los insumos de material en el IMSS Bienestar son muy escasos; pero lo eran desde antes del coronavirus, incluso mucho antes, desde que era IMSS Prospera, IMSS Oportunidades o IMSS Solidaridad. En el primer frente de la pandemia, María y sus colegas de clínica no tienen el material suficiente para que todos puedan protegerse:
“Solamente le dan equipo de protección al personal que está directamente atendiendo al paciente covid positivo. Pero, analizando, ya estamos en fase 3, entonces, todo paciente que llegue puede estar contagiado y el equipo de protección debe ser para todos. Así, evitarían que se enferme el personal de salud”.
Hasta el 8 de mayo, se han contabilizado 218 hospitales en México que reportan desabasto, según información de la reportera Valeria Duran.
María tiene mucho miedo de enfermarse y enfermar a sus familiares. Y, aunque sea cansado, trata de llevar al pie de la letra las medidas preventivas para minimizar los riesgos.
El informe técnico por coronavirus del 9 de mayo abordó el tema de la salud mental en el personal de salud.
Explicando que, en este tiempo de pandemia, el personal de salud enfrenta muchas adversidades, como: mucho miedo al contagio y a contagiar, aislamiento de familia, incremento en la demanda laboral y estigma.
Por esta razón, experimentan y puedes provocar algunos trastornos mentales. En algunas revisiones realizadas en China, en los últimos meses, se habló que por lo menos el 70 por ciento del personal experimentó estrés, pero un 30 por ciento experimentó síntomas depresivos o, inclusive, depresión; también, hubo un aumento de trastornos de ansiedad. Pero, hay síntomas muy asociados al desgaste que son más exclusivos del personal sanitario, como: el agotamiento laboral (burnout), frustración hacia su trabajo, despersonalización, pérdida de empatía y estrés postraumático.
En México, hasta hoy, hay 33 mil 460 casos confirmados, de los cuales 8 mil 283 son activos. El personal de salud está poniendo su cuerpo, su mente y su salud mental para que todo México salgan adelante de esta epidemia.
Son 111 médicas, enfermeros y demás personal de salud los quienes han perdido tras haberse contagiado de coronavirus en el cumplimiento de su trabajo. Así lo informó este lunes el subsecretario Hugo López-Gatell en su conferencia vespertina.
«Muy lamentablemente también tenemos mortalidad en el personal de salud, particularmente quien tiene enfermedad de inicio grave», dijo el funcionario.
La razón, es obbvia, dijo López-Gatell, debido a que desarrollan su trabajo en una zona con alta concentración del virus.
«Están en una zona de máxima concentración de las personas enfermas, y a su vez en el caso de las personas que están con enfermedad grave tienen una mayor capacidad de propagación o de expulsión de una carga viral alta en las partículas de las secreciones respiratorias, comparado con quien tiene una enfermedad leve. Y por ello, las unidades clínicas son un centro de alto riesgo, es una profesión de alto riesgo el ser trabajadora o trabajador de la salud».
El número de contagios de personal médico en México durante la pandemia es de 8 mil 544. Además, existen 6 mil 707 personas sospechosas de portar el virus.
Los casos activos, contagiados en los últimos 14 días, son 2 mil 147.
El cúmulo de casos concuerda con las ciudadades con mayor concentración de enfermos, en la que destaca el Valle de México.
La mayoría del personal contagiado son enfermeras y enfermeros, 41 por ciento. Les siguen médicos y médicas, con 37, y otros profesionistas de la salud, sin que se haya especificado quiénes, con 18 por ciento. El 2 por ciento son laboratoristas.
A diferencia de lo que ocurre con la población en general, entre el personal médico con más contagios predominan las mujeres.
El 11 por ciento del personal contagiado por covid-19 ha sido hospitalizado y el 89 por ciento se recupera en su vivienda.
La información oficial mostró que 1 de cada 5 funcionarios de salud contagiados tiene obesidad; el 12.5 padece hipertensión.
Periodista freelance con base en San Luis Potosí. Le gusta escuchar historias y trata de preservarlas, por eso es periodista. Su visión se centra en la cobertura de temas de derechos humanos, migración, desaparición, violencia de género y crisis ambiental.
Ayúdanos a sostener un periodismo ético y responsable, que sirva para construir mejores sociedades. Patrocina una historia y forma parte de nuestra comunidad.
Dona