Jaime Penchyna es líder mundial en cirugía de reconstrucción de tráquea; mientras tanto, Agripina Yepes llega a efectuar hasta 10 operaciones diarias para corregir estrabismo. Ambos se enfocan en las niñas y niños mexicanos de escasos recursos.
Texto: Carlos Marí
Fotos: Marcos Bedolla
VILLAHERMOSA, Tab.- En medio del pesimismo que inundó el discurso gubernamental debido a la apatía de médicos a laborar en zonas marginadas, hay también doctores que, más allá de su salario, aceptan el reto de operar niños gratuitamente por doquier, o una decena en un día.
Uno de ellos esJaime Penchyna Grub, especialista en cirugía de Tórax y Endoscopia del Hospital Infantil de México. Recientemente vino al Hospital del Niño Rodolfo Nieto Padrón, a realizar a una reconstrucción laringotraqueal a un menor de año y medio; un bebé originario de un pueblo marginado de Salto de Agua, Chiapas.
Esta operación es para casos en los que, como consecuencia de complicación respiratoria, se debió intubar a un paciente; y posteriormente, se presentó como consecuencia una cicatrización o cerrazón de la tráquea. Es practicada por el doctor Penchyna desde hace 22 años. Gracias a él, México es puntero en el mundo en cantidad de niños atendidos.
El 15 de noviembre del 2018, Jaime Penchyna recibió por parte del Hospital Infantil de México la Medalla al mérito “Federico Gómez”; se trata del máximo reconocimiento otorgado a pediatras del país. Sin embargo, él es serio y bastante modesto; reconoce que es pionero de este tipo de cirugía por ser discípulo del cirujano suizo Philip Monnier; y con esa enseñanza –asegura- ha conseguido que México sea puntero en este tipo de intervenciones en el mundo. Él ha sumado más de 300 intervenciones.
“Tengo mucho volumen de pacientes; y al día de hoy, estoy seguro que esta cirugía en México es donde hemos hecho más casos en todo el mundo y tengo la fortuna de esta técnica. Me dio muchas cosas: Una, darme a conocer y me invitan a todos lados a dar conferencias y estoy con todos los que hacen este tipo de cirugía. Y sí, México es el número uno. Sin temor a equivocarme”.
Penchyna Grub.
Sostiene que si bien puede destaparse la tráquea con endoscopia. Pero en ocasiones esto no es suficiente; y se requiere abrirla, resecar y reconstruirla, quitando la cicatriz que dificulta la respiración.
“A veces, se resuelve con procedimientos endoscópicos. Pero como en el caso de este paciente que se intentó y que se vuelve a cerrar, porque esa cicatriz está perenne y se vuelve a formar, porque hay un daño en esa zona de la tráquea. No ha permitido que este bebito respire de manera normal”, expone este especialista de origen hidalguense sobre el menor que será operado en cuestión de minutos.
Penchyna Grub explica que este tipo de cirugía es –según sus palabras- una operación compleja y “muy fina”, que muy pocos de sus colegas se arriesgan a hacer, porque además, el periodo post-operatorio, en el que deben brindar atenciones, es de al menos diez días.
Al igual que ocurre con las plazas en el medio rural, que según el gobierno federal son desestimadas, este tipo de cirugía hay poco interés por parte de sus colegas. Esto es así aun cuando existe una gran demanda por parte de quienes sufren de este tipo de complicación respiratoria.
“El problema está en que hay que hacerla (la cirugía); y sobre todo, a veces muchos colegas no quieren entrar en esta área porque los postoperatorios son un poco difíciles.
Tienen que estar en terapia intensiva, pero no es una gran cirugía. Es como cuando hablamos de un trasplante que te quitan un hígado para ponerte otro. Es una cirugía muy fina”, comenta el cirujano.
El paciente al que intervino es un bebé, que a los nueve meses de nacido padeció rotavirus, por lo que fue intubado. Por ello, posteriormente presentó dificultades para respirar; y aun cuando se le intentó abrir la tráquea, dilatándosela con endoscopia, sus limitaciones continuaron.
La única opción, entonces, era abrir la tráquea y reconstruirla. Pero, el doctor Penchyna anticipó que la operación no sería muy compleja.
“Creo que para hacer la primera cirugía aquí, no es un caso muy complejo. Tiene solamente estenosis por debajo de las cuerdas, una porción de la tráquea que se puede resecar porque hay estenosis más complejas que hay que poner injertos. Pero no en ésta. No es muy, muy compleja”, refirió.
Dos semanas después, Vicente Sánchez Paredes, quien es encargado del Servicio de Cirugías de Tórax del Hospital del Niño, anuncia que el menor ya presentó señales de recuperación exitosa.
“Afortunadamente, la evolución ha sido satisfactoria, se le hizo ya el estudio de control y la anastomosis, que es el sitio que se resecó que es la parte que estaba estrecha y se volvió a empatar, por así decir o anastomosar que es el término correcto. Va bien, va evolucionando bien, todavía está un poco inflamado, pero seguramente eso va a disminuir y va a permitir más apertura para que pueda respirar”, aseguró.
En una de las camas del Hospital del Niño, el menor ya está a la espera de que le sea retirada la cánula por la cual respira, pero también, según su madre, Erika Montejo Guzmán, ya está por dársele de alta.
“Gracias a Dios salió bien de la cirugía, ahorita está bien y todo, está digiriendo muy bien la comida, prácticamente va evolucionando muy bien, apenas le hicieron la broncoscopia y pues, salió que está cicatrizando bien en esa parte. No presenta estenosis, prácticamente sí está inflamado un poco pero es porque la cirugía apenas se la hicieron”, expresó con optimismo.
La señora Erika Moreno cuenta que desde que se le advirtió que sólo una cirugía en la tráquea salvaría a su hijo, confió en los cirujanos que estarían a cargo de intervenir al menor. Ella ni siquiera se enteró que quien estuvo a la cabeza de los cirujanos que operaron a su hijo es Jaime Penchyna, un referente internacional.
“Depositamos toda nuestra confianza en los médicos, porque era prácticamente la vida de nuestro niño, estuvimos en espera de tres horas y ya fue que posteriormente, terminando la cirugía, el doctor salió a darnos el informe de que todo salió bien y todo, y que ya lo iban a pasar a terapia intensiva”, refiere la señora Moreno.
En ese mismo hospital, Agripina Olivia Yépez Rodríguez, jefa del Departamento de Oftalmología, es también la que encabeza las Jornadas de Cirugías Oftalmológicas, que fueron retomadas luego de suspenderse. Por ello tiene un cúmulo de 20 pacientes.
El reto, entonces, confiesa es operar cada día a diez niños que padecen de estrabismo. Este es un padecimiento en el que los ojos no están alineados y uno de ellos, está suelto del músculo, lo que perjudica la visibilidad y el desarrollo cognitivo del menor, por lo que, remarca la especialista, entre más rápido es atendido este problema, es posible eliminarlo y evitar daños severos.
“Cuando un niño tiene un estrabismo o uno de los ojitos no está alineado, se va; y sólo uno de los ojos está desarrollando bien la visión y el otro ojo está con la visión suprimida; no hay el desarrollo visual adecuado, y el desarrollo visual es importante para una buena futura visión” explica.
El estrabismo en la mayoría de los casos es congénito y por lo tanto, aparece antes de los 6 meses de vida, pero la doctora Yepes Rodríguez aclara que puede detectarse en el resto de la infancia y en algunas ocasiones, en edad adulta, pero en cualquiera de los casos, el tratamiento, con uso de lentes, o bien, la cirugía oportuna ayuda de mucho para no perjudicar el desarrollo visual, como es el caso de la lectura.
“Se da durante los primeros años de vida, por lo que es importante hacer la corrección quirúrgica en edades tempranas. Porque si bien la corrección quirúrgica puede ser hasta la edad adulta, el desarrollo visual no se va a dar en edades tardías, sólo en edades tempranas”, refiere la especialista.
Agripina Olivia Yépez Rodríguez
La doctora Yepes Rodríguez dice además que la intervención es básicamente para reforzar los músculos oculares de uno o de los dos ojos, colocarlos en su lugar correcto, y la duración – advierte- depende de la cantidad de músculos a corregir.
“La cirugía consiste en reforzar o debilitar los músculos que mueven los ojitos. Entonces, generalmente movemos de posición el ojito y otras veces lo reforzamos; es decir, insertamos los músculos para colocarlos en el lugar donde nos van a dar una posición adecuada ¿no? El tiempo de cirugía depende del grado de desviación; hay niños que operamos de un músculo, otros de dos, otros de tres, otros de cuatro y hasta de seis músculos. Entonces dependiendo más o menos por músculos tardamos unos 15 o 20 minutos”, detalla.
La buena noticia de someterse a una operación para el tratamiento de estrabismo es que el resultado siempre será exitoso y con un probabilidad de mejoría de 80 a 90 por ciento, según asegura la doctora Yepes.
Los pacientes que son llevados al Hospital del Niño Rodolfo Nieto Padrón son de familias humildes y todos son atendidos directamente por la doctora Yepes: desde la fase de diagnóstico y tratamiento previo a la operación.
Y llegado el momento de las jornadas oftalmológicas, Yépez participa en todas las cirugías y encabeza un equipo de médicos cirujanos, anestesiólogos y enfermeras. El entorno para operación de cada uno de ellos es bastante consentido. A los niños se les lleva en un carrito de juguete hasta la cama, donde serán intervenidos, ahí son rodeados de muñecos de peluche.
“Podemos mejorar al niño un 80, un 90, igual hay unos que quedan al 100 por ciento. En los niños donde queda un estrabismo residual o le llega a faltar, se le propone hacer más cirugía en un segundo evento quirúrgico. Esto puede ser unos meses después, seis meses o dependiendo de la situación del paciente. Entonces, sí hay una mejoría y el hecho de mejorar, ayuda al desarrollo visual del niño que ese es el objetivo principal de la cirugía”, asevera.
Cuando está en el quirófano y está por iniciar la intervención de los ojos de cada niño, Agripina Yepes expresa que su religiosidad la acompaña, con una oración a favor de la sanidad del niño.
Yepes advierte que la detección oportuna, afortunadamente, ayuda en diagnóstico y tratamiento en la mayoría de los casos.
La señora María Candelaria Ochoa López, originaria del poblado Cucuyulapa y quien es madre de Mariana, una de las niñas que fue operada en las jornadas oftalmológicas, manifiesta su agradecimiento a este tipo de atenciones gratuitas. Recuerda que la pudo lograr luego de siete meses de tratamiento, y además, luego de que su hija libró una batalla contra el cáncer.
Periodista ex corresponsal del Grupo Reforma en Tabasco y doctorante en Ciencias Humanas para el Desarrollo Interdisciplinario enfocado a temas de gestión del agua, desastres naturales, de resistencias, explotación petrolera, megaproyectos, pobreza y desigualdad de desarrollo en la región sur.
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