Después de un intenso debate, sobre todo en medios, el Senado de la República acordó entregar la medalla Belisario Domínguez a todos los que desde los hospitales covid arriesgan su vida por salvar la de otros

Texto: Alberto Nájar

Foto: Rogelio Morales / Cuartoscuro

El Senado de la República determinó entregar la medalla Belisario Domínguez a los trabajadores del sector salud, que han estado en la primera línea de la batalla contra la pandemia de covid-19.

La decisión, aprobada por todos los senadores presentes en el momento de la votación -111 de 128- se presentó como un reconocimiento al que en varios momentos de la sesión se definió como un “ejército blanco”.

Un hecho inédito, reconoció la senadora Sasil de León Villard, presidenta de la comisión responsable de asignar la medalla.

“Sería la primera vez en la historia que se entrega a un grupo o sector de la población”, dijo.

Un reconocimiento merecido, insistió, sobre todo porque la pandemia ha ocasionado cientos de fallecimientos entre el personal del sector salud en el país.

A primera vista parecería una determinación con cierta lógica, sobre todo por los honores que en muchos países del mundo se rinde al personal sanitario.

Pero no lo es en México. Desde los primeros casos de contagio la estrategia oficial contra la emergencia sanitaria ha estado expuesta en la picota.

Prácticamente todas sus decisiones han sido cuestionadas por grupos políticos, empresariales y no pocos intelectuales.

En este país, como en otros, han sido extensas las campañas de desinformación, que no pocas veces recibieron el respaldo de líderes de opinión.

El miedo

Uno de sus resultados fue evidente en los días más intensos de la pandemia, cuando México estaba sujeto a un nivel de alerta máxima:

Mientras en otros países cada noche aplaudían a los médicos que regresaban a casa tras extensas jornadas, en algunas ciudades y pueblos mexicanos los trabajadores de la salud fueron víctimas de discriminación, estigma y agresiones personales.

Los ataques, comentaron especialistas, fueron parte del miedo e incertidumbre de muchos ante una enfermedad desconocida.

Otros les ubicaron como una reacción predecible a un entorno de confusión ante un fenómeno nuevo que, en México, estuvo aderezado de una buena dosis de intereses políticos.

Al final el resultado es el mismo. Al presentar la propuesta para entregar la presea la senadora de León Villar insistió:

“El mandato es claro, médicos, médicas, enfermeros y enfermeras son héroes de blanco que se han distinguido en esta pandemia por su vocación de servicio y una fe inquebrantable de apoyo al prójimo”.

La historia

La presea que ahora se entrega al personal médico que atiende la pandemia es parte del reconocimiento al médico Belisario Domínguez Palencia.

En 1913 el doctor era parte de la Cámara de Senadores cuando ocurrió el asesinato del entonces presidente Francisco I. Madero.

Belisario Domínguez se opuso al golpe de estado que encabezó el general Victoriano Huerta.

Para defender su postura pronunció un par de discursos que son considerados, desde entonces, como uno de los momentos más emblemáticos en la lucha por la libertad de expresión en México.

Por esas intervenciones en la tribuna legislativa Belisario Domínguez fue asesinado. Es uno de los rasgos que acompañan la historia de la presea con su nombre.

Hasta los años 90, e inclusive los primeros de la década posterior, los elegidos para el reconocimiento ciudadano solían ser personajes históricos o con una trayectoria académica o política reconocida por la mayoría parlamentaria de cada momento.

En los últimos años, sin embargo, la deliberación para designar a la persona que reciba el reconocimiento ha estado marcada por debates y disputas políticas.

Esta vez no fue la excepción. Algunos como la senadora Lilly Téllez sugirieron, antes del debate legislativo, reconocer a un cuestionado -y envuelto en líos judiciales- locutor de televisión, Carlos Loret de Mola.

Su propuesta no prosperó, pero no fue la única. En el debate para aprobar a los ganadores de la medalla hubo algunos cuestionamientos.

Uno de ellos fue del senador Manuel Añorve, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), quien exigió que la medalla no sea recibida por el responsable para atender la pandemia por parte del gobierno federal, Hugo López Gatell.

La respuesta fue que no se ha decidido aún el formato para entregar y recibir la medalla.