El común denominador de muchas madres creo es la desesperación y, por qué no decirlo, también el enojo por esta falta de empatía que no se ha podido lograr desde nuestros más íntimos espacios, hasta las esferas gubernamentales. Desde este espacio, hago una invitación a que nos acompañen mañana lunes a las 11 am para platicar de Mamás en Cuarentena, historias de la pandemia… un año después.
Cynthia Rodríguez
Hace seis meses, en septiembre del 2020, cuando el nuevo ciclo escolar empezaba en vivo y a todo color para las primarias y preescolares en Italia, me sentía una madre realmente afortunada de que mis hijos fueran parte de esos millones de niños que tenían el enorme privilegio de volver a la escuela presencial.
Hace seis meses experimentaba una felicidad enorme, porque atrás estaban otros seis meses de angustia y encierro, porque vivir el inicio de la pandemia en Italia fue terrible, no sólo por las cifras de contagios y muertes que en poquísimos días dieron cuenta que la amenaza era una realidad y que había llegado con toda su fuerza, sino porque en este país se vivió uno de los confinamientos más duros que se tenga registro en cualquier país de Occidente.
Así que el hecho de que en septiembre pasado, el gobierno italiano tomara la decisión de abrir, al menos para los más pequeños, fue un momento de victoria, pues ya he contado en este y otros espacios cómo fueron las madres quienes encabezaron desde un principio las manifestaciones para que esto pasara.
Claro, los contagios y las muertes se habían podido controlar y todo apuntaba para que la llamada “nueva normalidad”, al menos, en las escuelas, pudiera llevarse a cabo sin tanta presión.
Ya para ese entonces, pero en realidad mucho antes, las mamás, no sólo en Italia sino en todo el mundo, estábamos al límite de nuestras capacidades, pues llevábamos larguísimos meses multiplicando tareas, trabajos, cuidados que si bien muchas ya lo hacían, durante los meses que ha durado la pandemia, tuvimos que agregar la reducción de los espacios.
Diversos estudios en todo el mundo han concluido que con la pandemia, el papel de las mujeres ha sido sumamente castigado. Muchas madres tuvieron que renunciar a sus trabajos para poder asumir un encierro obligado por la emergencia sanitaria.
En Italia, por ejemplo, 96 mil mujeres con hijos menores perdieron su trabajo el año pasado. Esta es la cifra que hace unos días Save the Children dio a conocer.
Quizá esta fue una de las primeras lecciones que entendimos las madres durante el inicio de la pandemia, que al no haber escuelas, teníamos que ser nosotras las que sacrificaríamos tiempo, trabajo y espacio en el nuevo periodo que estábamos viviendo.
Quizá tampoco nunca nos imaginábamos que iba a durar tanto y que las consecuencias irían más allá de eso, como la violencia doméstica y la pobreza que también en este periodo ha empeorado, especialmente en mujeres y niños.
Hace un año, Olimpia Velasco y yo impulsamos el proyecto de Mamás en Cuarentena, que después se convirtió en un libro, donde 48 mamás contaron su experiencia en esta pandemia. Hoy a un año de distancia, nos damos cuenta que esas experiencias eran sólo el prólogo de lo que nos esperaba porque hoy tenemos la certeza de que las responsabilidades y tareas no han cambiado, se siguen multiplicando pero la diferencia es que ahora nos encontramos extremadamente cansadas.
Hoy y mañana se celebra en muchas partes del mundo el Día de las Madres, que este año, seguro nos agarra sin ganas, sin energía, sin concentración o quizá contagiadas y enfermas, en un periodo que parece no tener fin.
El común denominador de muchas madres creo es la desesperación y por qué no decirlo, también el enojo por esta falta de empatía que no se ha podido lograr desde nuestros más íntimos espacios, hasta las esferas sociales y gubernamentales, donde los apoyos no existen.
Desde este espacio, hago una invitación a que nos acompañen mañana lunes a las 11 am para platicar de Mamás en Cuarentena, historias de la pandemia… un año después.
Gracias a la Biblioteca General del H. Congreso de la Unión por abrir el espacio para hablar de cómo estamos y nos sentimos las mamás a más de un año de distancia de que empezó esta emergencia sanitaria.
Ahí nos vemos.
Periodista mexicana radicada en Italia, donde ha sido corresponsal para varios medios. Autora del libro Contacto en Italia. El pacto entre Los Zetas y la '
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