El maíz transgénico permanece como amenaza para México, aún con la prohibición presidencial. EU omite el tema del glifosato en el panel de controversia que abrió contra nuestro país argumentando falta de evidencia científica del daño del maíz transgénico
Por Daliri Oropeza Alvarez/ X:@Dal_air
El maíz transgénico está prohibido para consumo humano en México. ¿Por qué entonces encontramos maíz transgénico en algunas regiones de nuestro país? ¿Cómo operan las siembras transgénicas en México ante la supuesta prohibición, y sobre todo, cómo es el uso del herbicida glifosato (tan dañino como veneno)?
Marzo es un mes importante para el maíz en México y en América del Norte. El Estado Mexicano fue llamado a un panel de controversia, interpuesto por Estados Unidos. Canadá se sumó. Siguen los caminos que marca el Tratado de Libre Comercio, renombrado en noviembre del 2018 como Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
En enero de 2024, México publicó el documento Medidas Relacionadas con el Maíz Genéticamente Modificado, el cual entrega al panel de controversias. Responde ante los argumentos de Estados Unidos: que México no se basa en pruebas científicas para demostrar el daño del maíz genéticamente modificado y por lo tanto, restringirlo.
En el documento , México argumenta de manera contundente sobre la riqueza biocultural, la tradición gastronómica basada en los maíces nativos, diversas evidencias científicas de los impactos del maíz genéticamente modificado y del herbicida de amplio espectro glifosato, sus efectos negativos al ambiente y a la salud por exposición al glifosato y más.
Resalta en este documento un punto de la prohibición que se modificó con el tiempo, cuando las trasnacionales brincaron contra el decreto que limitaba el uso de maíz transgénico y glifosato: No se prohibió la importación de maíz transgénico amarillo para alimentación del ganado. Hay, además, evidencia de maíz transgénico en alimentos industriales de alto consumo en supermercados. ¿Por qué Estados Unidos empuja y retrasa la controversia? En el panel hay jiribilla, pienso.
En entrevista, la profesora-investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Unidad Xochimilco, Yolanda Massieu, cuenta que Estados Unidos está omitiendo el asunto del glifosato mencionando sólo la cuestión del maíz genéticamente modificado.
“Estados Unidos lo que demanda es que nosotros demos razones para justificar científicamente que el maíz transgénico es dañino para la salud humana. Pero no mencionan el glifosato en el panel. La controversia es sobre el maíz transgénico. Tampoco mencionan los posibles daños ambientales si se siembra. Que es donde nosotros, que tenemos una riqueza muy grande de maíces nativos, la diversidad genética del maíz, podemos salir afectados”, asegura Yolanda, quien es doctora en economía y maestra en sociología rural por la Universidad de Chapingo.
“El asunto de no mencionar el glifosato en el panel es una manera de negociar, buscando ganar. Si mete el glifosato –y de hecho, yo creo que va a ser uno de los argumentos de México– me dices que yo demuestre que el maíz transgénico no le hace daño a la salud, pero no me estás mencionando que el maíz transgénico comercial resistente herbicida va con el paquete de aplicación de glifosato, y con residuos del herbicida que llegan incluso a los alimentos. Y el glifosato está catalogado por la Organización Mundial de la Salud como probablemente cancerígeno para las personas. Ahorita hay muchas demandas millonarias en Estados Unidos contra Bayer (que compró a Monsanto). Va a tener que indemnizar con un montón de dinero a una persona que argumenta que le dio cáncer por estar expuesto. Si reconocen que tampoco están de acuerdo con el decreto que prohíbe el glifosato o, reconocen que el glifosato se aplica en el paquete tecnológico del maíz transgénico resistente herbicida, dan toda una posibilidad de demostrar el daño a la salud humana. Es una jugada para ganar la negociación”, asegura la investigadora.
Yolanda ha investigado los impactos socioeconómicos, ambientales, políticos y culturales de la biotecnología agrícola, de la cual es parte el herbicida de amplio espectro como parte del “paquete tecnológico”. En una reciente investigación, cuenta que ha observado maíz transgénico para alimentación y daños ambientales diversos por su siembra, durante sus salidas a trabajo de campo por todo el país.
De acuerdo con la investigadora, el maíz transgénico está presente en nuestro país por lo menos de cuatro maneras. La primera, alimento para ganado como grano. La segunda: este tipo de maíz modificado está en los cereales como corn flakes, frituras, maicena, alimento para bebés, todo lo que proviene de la industria procesadora para consumo humano… Tercera, sembrado de manera ilegal (semilla ilegal)… e igual de ilegal, cuarta: en la harina de tortillas. Ahí está el maíz transgénico.
Del maíz amarillo transgénico, usado para alimentar ganado, como no puede distinguirse del maíz convencional, Yolanda y las investigadoras han descubierto contrabando, y con tristeza asegura que se ha sembrado el maíz transgénico. En un reciente muestreo que realizaron, encontraron maíz transgénico en Chihuahua, en Tabasco, y en distintas partes del país. Yolanda recuerda que Monsanto promovió el uso del paquete tecnológico entre campesinos. La primera fuga de maíz transgénico registrada fue en el año 2000, reportado por la revista Nature en 2001. La polémica fue en Oaxaca tras encontrar maíz amarillo transgénico en bodegas de Diconsa. Esto se ha reiterado como cultivos aislados en la Sierra Norte.
“Sí… hay este riesgo de qué pasa si se cruzan los transgénicos con nuestros maíces nativos. Más si empiezan a entrar de manera ilegal o no controlada maíces que no son comestibles”, narra la doctora Yolanda.
La resolución del panel de controversia fue fechada precisamente para marzo del 2024. El mismo panel ha incumplido sus plazos varias veces. Recientemente, fue de nuevo pospuesta para noviembre del 2024, y en varios medios especularon sobre la extensión del proceso por los tiempos electorales de ambos países. Aún así, este marzo, ambas partes acusadora y acusada deben intercambiar planteamientos, previendo una audiencia más proyectada para finales de junio del 2024.
De acuerdo con Yolanda, México tiene buenas defensas contra el maíz transgénico. Una de ellas son los semilleros comunitarios que resguardan las semillas nativas originarias de cada geografía del país.
“Es interesante. Desde que hay una movilización social muy diversa para impedir el maíz transgénico, es que vino como una revalorización de nuestros maíces nativos de la cultura en torno a ellos de la gastronomía. Tras el caso de Oaxaca, renació mucho el interés por tener fondos comunitarios de semillas. Claro que hay un problema ahí de propiedad intelectual fuerte, porque no hay una figura de propiedad intelectual que diga esta comunidad es la dueña de este maíz. Y puede ser al revés. Si se mezcla con el de la empresa, pues demandar si se introdujo el transgénico”, cuenta Yolanda.
El tablero para el panel que viene está interesante. De acuerdo con el análisis de la doctora Yolanda, hay productores de maíz genéticamente modificado de EU, que venden a México y han dicho que no tienen problema de cambiar del transgénico al convencional. Incluso se ha hablado de mejorar las ganancias al no producir GMO.
“Yo creo que el panel va a ser muy duro, porque lo que permea más en los negociadores estadounidenses son los intereses de las corporaciones, que quieren seguir vendiendo maíz transgénico y glifosato. No quieren que haya un precedente de que se aceptó que no se puede vender transgénico de Estados Unidos a México”.
En el libre comercio, México es libre de decidir que no quiere ningún transgénico ni herbicida en su territorio. Falta que lo hagan valer.
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