Madres reanudan búsquedas de personas en el Gran Canal de Ecatepec

17 noviembre, 2021

Las actividades de búsqueda frente al Puente de Fierro en San Cristobal Ecatepec se realizan de lunes a viernes de 8 de la mañana a 3 de la tarde durante un mes.

Tres madres de familia, integrantes de Brigada Nacional de Búsqueda, personas solidarias y miembros de la Comisión de Búsqueda del Estado de México reiniciaron el rastreo de personas en Ecatepec, el municipio con más personas desaparecidas en la entidad, 497 sólo en la actual adminsitración de Alfredo del Mazo

Texto y fotos: Isabel Briseño

ECATEPEC, ESTADO DE MÉXICO.- Madres del colectivo Uniendo Esperanzas Estado de México llegaron con amor y fe la mañana de este martes 16 de noviembre hasta el Gran Canal de Ecatepec de Morelos a reanudar labores de búsqueda con un objetivo firme: encontrar a sus seres queridos o a otras personas que también las esperen en su hogar.

“Es un día desafiante para estas madres”, dice el cura Arturo, “hoy les estamos buscando y perseveramos porque les amamos”.

En la helada mañana, Dionisia Pelcastre Vadillo, Benita Ornelas y Verónica Rosas Valenzuela acudieron a buscar en uno de los puntos del municipio en que fueron desaparecidos sus hijos. Preparadas con botas especiales, gorras y chamarras, las buscadoras colgaron lonas con rostros y datos de sus hijos e hijas, en los muros del puente que está a un costado del Gran Canal frente al Puente de Fierro. Acto seguido, montaron la mesa con el mantel azul, colocaron los crisantemos blancos sobre ella y escucharon atentamente. Ellas y las miradas de sus seres amados presenciaron la ceremonia religiosa que el padre ofició para brindarles fortaleza en la exhaustiva labor que iniciaron entre polvo, basura, desechos y el inclemente sol que más tarde no les dio tregua.

El sacerdote Arturo no sólo ofició la ceremonia, se puso el equipo necesario y también participó en las búsquedas para solidarizarse con las madres.

En la búsqueda, además de las familias, participaron también personas solidarias de la Brigada Nacional de Búsqueda, organizaciones de la sociedad civil y especialmente el eje de las Iglesias, quienes acompañan la reactivación de las labores con el talante de la transformación, “dándole una bendición a un montón de basura”, comenta la religiosa Paola.

El hijo de Verónica fue secuestrado en el municipio de Ecatepec. La búsqueda en el lugar se realizó gracias a la presión que se hizo desde el colectivo.

Verónica Rosas Valenzuela es la voz de su único hijo, Diego, quien fue secuestrado hace 6 años. Su fortaleza es el amor que le tiene. Cuenta que durante un par de años caminó sola junto a sus hermanas pero al ser testigo de la situación tan grave de desapariciones en México decidió hermanarse con otras compañeras y formar el colectivo en el 2018. “Acompañar a otras familias fortalece”, dice, y es que en este andar van prácticamente solas. La apatía por parte de las autoridades es un reclamo constante. Verónica expresa que con esta administración federal siente mucha indiferencia, sobre todo de la Fiscalía General de la República. “Siento que estamos empeorando”, dice al mencionar que tanto la indiferencia institucional como los casos van en aumento. 

Benita Ornelas busca a su hijo Fernando, desaparecido el 20 de julio de 2019. Forma parte del colectivo Uniendo Esperanzas.
Dionisia Pelcastre Vadillo busca a su hijo Guillermo David, desaparecido el 22 de septiembre de 2017.

Para las madres significa mucho el abrazo que les brindan quienes se les unen a las búsquedas aún sin estar en sus zapatos, les ayuda a sentir que no están solas. La sociedad muchas veces estigmatiza sin saber las historias, comentan. Ese es otro de los desafíos: la indiferencia social. 

Las labores en el Gran Canal cesaron en el mes de mayo por circunstancias de seguridad para las buscadoras.

El riesgo de desaparecer en Ecatepec

Gran porcentaje de los seres queridos que siguen faltando han desaparecido en este municipio que es conocido a nivel nacional por los altos índices de violencia y de inseguridad. Existen más de 10 mil personas pendientes de localizar en el Estado de México, según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y no localizadas, el cual se alimenta tanto por comisiones locales como por las fiscalías. En el acumulado de esos registros históricos, es el municipio con más personas desaparecidas en la entidad; sin embargo, desde hace un lustro, Ecatepec se situó como el territorio con más más casos (497) entre los 125 municipios.

De acuerdo con María Sol Salgado, titular de la Comisión de Búsqueda de Personas del Estado de México, del total de personas reportadas como desaparecidas en la entidad, se localiza al 80 por ciento; de los cuales 90 por ciento son personas localizadas con vida.

La funcionaria señala que las mujeres desaparecidas representan 60% sobre el 40% de hombres, no obstante, es a las mujeres a quien más se les localiza con vida. 

Verónica, madre de Diego Maximiliano, solicitó la búsqueda desde hace aproximadamente un año en este sitio. Las autoridades establecieron tres puntos luego de un análisis: Puente de Fierro, Tecámac sobre el Circuito Exterior Mexiquense y Tequixquiac. Las jornadas arrancaron en el mes de marzo en el Circuito Exterior Mexiquense y pararon en mayo debido a que estaban debajo de unas antenas de energía y las lluvias impidieron que continuaran los trabajos. En esa zona lograron un hallazgo aunque aún no hay un dictamen oficial ni cuentan con la identificación plena.

Ahora estarán un mes revisando el dragado que se ha realizado frente al Puente de Fierro y posteriormente acudirán a la zona de Tequixquiac.  

Al momento de encontrar algún hallazgo, debe intervenir de inmediato el servicio pericial para su resguardo.

El Gran Canal va desde la Ciudad de México hasta el estado de Hidalgo. Lo que se busca son sitios de acumulación de la basura y de concentración, porque el cauce es vivo, y esos puntos de concentración pueden convertirse en trampas en donde queden restos humanos o cuerpos que hubieran sido arrojados desde algún punto, explica María Sol. En el caso de las aguas y canales residuales, independientemente a la revisión visual que se pueda hacer a lo largo del canal, todos los puntos de acumulación, conocidos como “tapones”, se convierten en sitios de interés para la revisión y posible localización de personas sin vida.    

En el Estado de México influyen no sólo las células delictivas de la propia entidad sino las de todos los alrededores, ya que colinda con 6 estados y la Ciudad de México, además, al no tener tanto monitoreo ni cámaras de seguridad, lo convierte en un sitio muy proclive para que personas que fueron desaparecidas en otras entidades sean depositadas aquí. Al saber que en la Ciudad de México hay muchas cámaras de vigilancia, el Edomex se convierte en “un lugar de oportunidad”, explica la funcionaria.       

En el tema de las búsquedas siempre van a hacer falta manos, es muy cansado mover el desperdicio con el bieldo, esa enorme herramienta que parece un gran tenedor, por ello se han fijado tiempos por cuadrillas de 30 a 45 minutos.

“Las familias nos están apoyando pero el deber es de nosotros”, señala la comisionada. 

Por último la comisionada recomienda no esperar para reportar ante las autoridades a una persona desaparecida.

“Es muy importante que las familias no esperen ni un minuto para reportar a la autoridad algún caso, ya que esperar limita la oportunidad de localizarle más pronto y que se obligue a las instituciones a cumplir con los protocolos.  

Con un fuerte abrazo se despiden para dar las gracias por lo compartido y fuerza para el día siguiente.

Las familias hacen un llamado a las autoridades y a la sociedad civil. Les recuerdan que hay miles de personas que hacen falta en un hogar y el Estado mexicano tiene que hacerse responsable no solo de buscar, sino también de investigar y procurar justicia así como la no repetición. También extienden la invitación a las familias que quieran integrarse. Para más información pueden contactarse a través del correo electrónico colectivouniendoesperanzas@gmail.com o por WhatsApp: 5574840686.

Nunca me ha gustado que las historias felices se acaben por eso las preservo con mi cámara, y las historias dolorosas las registro para buscarles una respuesta.