En Tokio 2020 las mujeres pusieron sobre la mesa el machismo que se vive en el espacio deportivo: qué deportes pueden o no jugar, cómo deben vestirse. En México, deportistas hablan de las violencias machistas que han sufrido y afirman que ya no hay vuelta atrás
Texto: Alexandra Figueroa / Revista Espejo
Ilustración: Machateo @machateo
Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 se convirtieron en una cancha para la lucha de las mujeres deportistas que buscan eliminar la sexualización, cosificación y machismo que durante años ha predominado en el deporte.
Aunque se debería de estar hablando sobre su desempeño deportivo y no de lo que usan o dejan de usar, sin duda es importante realzar la protesta que están realizando las mujeres en los Juegos Olímpicos. Por ejemplo:
Entre estas y más expresiones se han hecho visibles durante una competencia tan importante y grande como los Juegos Olímpicos en Tokio, y aunque parezca algo muy lejano, la realidad es que la mayoría de las mujeres deportistas ha crecido escuchando frases como “ese juego no es para niñas”, “deja eso para los hombres”, “peleas como niña”, “¿No prefieres un deporte más para niñas?”, entre otras más.
Para eliminar estas prácticas se profundizado en una lucha bastante larga, con la intención de que las mujeres que son deportistas no tengan que dejar sus sueños o desanimarse debido a esta falta de motivación de la sociedad. Y es que muchas mujeres, a nivel local, que van iniciando en el deporte han sido víctimas del machismo y en muchas ocasiones esto les han bajado el autoestima.
Aquí te presentamos la historia de tres jóvenes deportistas de Sinaloa y su perspectiva ante estas prácticas machistas que envuelven el mundo del deporte.
Yo soy Paola Bátiz, tengo 27 años y soy softbolista de Culiacán. Comencé en el mundo del deporte desde los 7 años, cuando formaba parte de un equipo de béisbol de puros hombres, tuve que salir porque ellos eran más grandes y podían lastimarme.
Posteriormente me uní al único equipo de softbol que había, pero como también eran niñas grandes tuve que retirarme y me uní al Pentatlón. Fue así como llegué a practicar taekwondo durante 7 años, hasta que el equipo de softbol de preparatoria de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) me reclutó y desde entonces practico softbol.
Debido a que los deportes que practico se consideran “muy masculinos” desde que era niña me he sentido discriminada, cuando estaba en el equipo de béisbol se le criticaba a mi mamá por permitirme estar en un equipo de puros hombres le hacían comentarios como: “¿Por qué una niña tan bonita practica beisbol?”, “debería ser porrista”, “¿Qué hace ahí?”, “parece niño jugando”, “tiene que jugar cosas de niñas”, entre otros.
Y a la medida que crecí fui aprendiendo a manejar estos hirientes comentarios y aunque han bajado la intensidad de estos debido a que cada vez somos más mujeres las que practicamos algún deporte, de vez en cuando hay quienes nos hacen menos por ser mujeres o nos hacen comentarios morbosos.
Pero si hubo momentos en los que tuve dudas de seguir jugando debido a todos estos comentarios que me clasificaban como “menos femenina”.
En cuanto a lo que está ocurriendo en los Juegos Olímpicos de Tokio creo que está muy bien, siempre he notado la diferencia en los uniformes entre hombres y mujeres de un mismo deporte y he considerado que no debería ser así, uno debe jugar con lo que se sienta cómoda.
Mi consejo es que esta lucha no se detenga, todas tenemos derecho a practicar el deporte que queramos sin limitaciones y a usar ropa cómoda como los hombres.
Mi nombre es Fernanda Patricia Jiménez Sevilla, vivo en Mazatlán, tengo 20 años y soy deportista de alto rendimiento, soy atleta. Comencé en el mundo del deporte a los 8 años cuando gané mi primer trofeo.
Actualmente estoy estudiando la Licenciatura en Deporte y Educación Física para maestra de educación física de niños de primaria. Estoy en el tercer año de universidad.
Mi carrera es de velocidad; con muchos premios ganados soy una de las mejores en velocidad de Mazatlán, nunca he faltado a ninguna competencia nacional y mi sueño es llegar alto, ya sea a unos panamericanos o los olímpicos.
Como muchas mujeres, he sido víctima de comentarios de personas que me juzgan por como me visto y también he recibido gritos morbosos de hombres cuando compito.
Pero no dejo que esos comentarios u observaciones sobre mi cuerpo y sobre como me veo o me visto lleguen a afectarme en mi desempeño porque tengo un objetivo muy claro.
En cuanto a la lucha que se está destacando en los Juegos Olímpicos de Tokio considero que es algo que se debe de realzar, porque no por ser mujeres y por la ropa que usemos se nos debe sexualizar, sino que es algo que usamos para sentirnos cómodas y competir agusto.
Mi consejo para otras mujeres es que no se escondan por como se visten, no dependan de lo que dirá la gente, sino que usen lo que consideren cómodo.
Yo soy Daniela Arellano, tengo 27 años y soy jugadora de Fútbol Americano en Mazatlán.
Mi historia en los deportes comenzó a los 6 años, cuando por ser la única mujer de 4 hermanos varones mi mamá decidió meterme en karate, ahí permanecí por 8 años hasta ser cinta negra y acumular muchas medallas en competencias nacionales. Una vez ingresé a la preparatoria me llamó la atención el boxeo y lo practiqué por 7 años, pero desde hace 6 años a la fecha lo que hago es jugar fútbol americano y actualmente soy la única mazatleca seleccionada para jugar en la liga profesional de Estados Unidos.
Realmente no me siento discriminada por ser mujer, pero sí he recibido comentarios desde que comencé en los deportes: cuando practicaba boxeo otros hombres trataban de burlarse de mí diciendo que por ser mujer no podía ser boxeadora, que aguantaba menos, e incluso recibía comentarios fuera de lugar.
Dentro del fútbol americano sí me he sentido sexualizada ya que el uniforme que nos ponen en modalidad ligera es un bóxer y un top. Al ser un deporte de contacto hay caídas y accidentes, por lo que se nos mueve el uniforme y pues, a veces enseñamos los pechos o nos bajan el short con tacleadas. Ahí cuando los hombres van es donde se hace más ruido y es incómodo.
Una vez me pasó un accidente en un torneo de futbol, durante una tacleada se me salió un seno. Además de la incomodidad de que son juegos que pasan por televisión, hubo hombres que me gritaban cada que hacía una jugada, por eso me quise alejar de esa modalidad, pero la verdad es que es tanta la pasión que siento, que mejor opté por ponerme cintas debajo del uniforme o ropa muy ajustada.
Estoy súper de acuerdo con este equipo de Alemania que se atrevió a alzar la voz por muchas deportistas que tienen miedo a que las dejen fuera de estas competencias o les quiten el apoyo . Creo es el momento perfecto para unirnos todas las mujeres y hacer un golpe fuerte, unidas. En estos momentos el tema está bajo el reflector, es un buen momento para accionar.
Este trabajo fue realizado por REVISTA ESPEJO, que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar el original .
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