Este jueves se cumplen 47 años de la muerte del comandante guerrillero Lucio Cabañas a manos del Ejército. Como cada año, organizaciones sociales y estudiantes de la Normal de Ayotzinapa conmemorarán el aniversario luctuoso. Historia que los intelectuales del viejo régimen no citan cuando acusan que en estos días el país se ha militarizado
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En los años setenta, los pueblos de Guerrero se organizaron para defenderse de los caciques que los oprimían y les despojaban de su tierra, único patrimonio que les dotaba de alimentos. Sin embargo, fueron borrados del mapa por el Ejército mexicano con el fin de restarle base de apoyo al profesor normalista Lucio Cabañas Barrientos.
Los operativos conjuntos de las 27 y 35 Zonas Militares en los poblados de Campo Amor, Santo Domingo y Puerto Gallo, municipios de Atoyac y de Tlacotepec, en contra de Lucio Cabañas y Genaro Vázquez fueron actos de exterminio.
Durante la guerra de guerrillas en Guerrero, pueblos enteros fueron desplazados y arrasados por el Ejército mexicano. La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) documentó las violaciones a los derechos humanos cometidos durante la campaña militar en contra de la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR) y el Partido de los Pobres (PDLP) a través de las operaciones: Rastrillo, Amistad y Telaraña.
La culpa de los campesinos e indígenas de la Montaña y Sierra de Guerrero era ser pobres, porque en la década de los 70. El poder se concentraba en un gobierno arbitrario emanado del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Como en los últimos años que gobernó el PRI-Gobierno, los intelectuales callaron, mientras que los periódicos reproducían discursos de odio en contra de los que se oponían al cacicazgo y los estigmatizaban en sus primeras planas.
Así fue como Lucio Cabañas Barrientos cayó en combate cuando miembros del Ejército mexicano lo cercaron en El Otatal, municipio de Tecpan de Galeana, Guerrero, el 2 de diciembre de 1974. A partir de ese día la persecución y represión en contra de las organizaciones sociales se recrudeció.
Este jueves se cumplen 47 años de la muerte del comandante guerrillero de la comunidad de San Martín de las Flores, municipio de Atoyac. En los años setenta se levantó en armas en contra del gobierno. Como cada año, organizaciones sociales y estudiantes de la Normal de Ayotzinapa conmemorarán el aniversario luctuoso.
Luis Suárez cita en su libro Lucio Cabañas / el guerrillero sin esperanza, que tras la muerte del guerrillero, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) emitió un comunicado en el que explicó: “Alrededor de las 9 de ese día, en la región El Otatal, municipio de Tecpan de Galeana, a unos 20 Kms. (sic), al NO de esta última población, fuerzas militares tuvieron un encuentro con el grupo delictivo del secuestrador y asaltante Lucio Cabañas Barrientos, en el que éste resultó muerto en compañía de otros 10 maleantes que los acompañaban”.
Los calificativos que el Estado mexicano le endilgó a los luchadores sociales como Lucio Cabañas, Genaro Vázquez Rojas y todos los movimientos armados de la época fue de condena sin que se les permitiera defenderse ante la opinión pública.
Hijo de Rafaela Barrientos y Cesáreo Cabañas Iturio, Lucio nació el 15 de diciembre de 1936, estudió la primaria en El Cayaco, municipio de Coyuca de Benítez; de ahí continúa la secundaria y el bachillerato en la escuela Normal Rural de Ayotzinapa.
En Ayotzinapa, Lucio forjó la lucha estudiantil que le permitió recorrer el país para conocer las necesidades de los normalistas rurales. En ese andar fue electo secretario general del Comité Estudiantil Ricardo Flores Magón de la Normal de Ayotzinapa.
Cuando los universitarios se movilizaron para reclamar la autonomía de la Universidad (antes Colegio del Estado), Lucio consultó a la base estudiantil si había condición para apoyar a los universitarios. La asamblea de ese día determinó que Ayotzinapa se incorporara a la protesta, que a la postre derrocó a Raúl Caballero Aburto de la gubernatura.
En 1961, la reunión de base eligió a Cabañas Barrientos como secretario general de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM), organización estudiantil que aglutina a las normales rurales de todo el país, Lucio dejó sus estudios por año para resolver el conflicto de separación de la FECSM, una de estas normales fue El Mexe, Hidalgo.
Cuando regresa a Ayotzinapa, Lucio se reúne con el fundador de la ACNR, Genaro Vázquez Rojas, para reorganizar a los guerrerenses que tuvieron presencia durante el movimiento popular de 1960, en Chilpancingo, Guerrero.
La primera protesta que el maestro normalista organizó fue con los ejidatarios de la comunidad de Mexcaltepec, municipio de Atoyac, que se oponían a la Silvicultura Industrial S. de R. L., por la tala inmoderada de los bosques. Los campesinos no recibían ningún beneficio.
Así inicia su trabajo con los pueblos, bajo la premisa de “Ser pueblo, hacer pueblo y estar con el pueblo”. Sin dejar de lado el movimiento en Guerrero, Lucio Cabañas amplía su campo de acción y se incorpora al Movimiento de Liberación Nacional (MLN) y al Partido Comunista (PC). Desde ahí asesora y organiza la protesta campesina.
Es el retorno de Lucio Cabañas a Guerrero; se incorpora de lleno a la defensa del bosque de la Sierra de Guerrero, sus acciones en contra de los talamontes, terratenientes, autoridades municipales y estatales, así como directores de escuelas que abusan de su puesto.
El profesor Cabañas Barrientos se fue a la sierra el 18 de mayo de 1967, después de que la judicial y motorizada abrieron fuego en contra de los padres de familias que impedían la entrada de la directora de la escuela primaria Juan N. Álvarez. El saldo de ese día fue de 11 muertos. Mientras que los agentes policiacos responsabilizaron a Cabañas por los hechos.
Así fue como el guerrillero de la comunidad de San Martín de las Flores, municipio de Atoyac, tomó las armas y se internó en la sierra. “La lucha armada duró siete años entre los matorrales y la balacera del Ejército que a su paso quemaba pueblos enteros para quitarle base social al maestro normalista”, refiere Laura Castellanos en su libro México armado.
La militarización en Guerrero y en el país para contener el movimiento armado en México fue desastrosa. Dejó cientos de desaparecidos, así como asesinatos y presos políticos, sin que hasta la fecha haya una sola persona condenada por estos hechos vergonzosos que cimbraron la conciencia de la población.
Dicho sea de paso, algunos guerrilleros dejaron las armas para luchar por la vía electoral. Son 47 años de la caída física de un revolucionario. Historia que los intelectuales del viejo régimen no citan cuando acusan que en estos días el país se ha militarizado.
¿Dónde estaban en los años, 70 y 80? ¿Por qué guardaron silencio cuando el Ejército mexicano quemaba pueblos y desaparecía a campesinos en Guerrero? No vamos lejos. ¿Por qué no han documentado la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa? Crimen cometido por el Ejército mexicano.
Periodista ñuu savi originario de la Costa Chica de Guerrero. Fue reportero del periódico El Sur de Acapulco y La Jornada Guerrero, locutor de programa bilingüe Tatyi Savi (voz de la lluvia) en Radio y Televisión de Guerrero y Radio Universidad Autónoma de Guerrero XEUAG en lengua tu’un savi. Actualmente es reportero del semanario Trinchera.
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