Los apaches que no gritaron por la independencia de los pueblos indígenas

17 septiembre, 2020

La pandemia frustró este año una de las tradiciones más arraigadas en la Costa Chica de Guerrero y Oaxaca: la escenificación de la lucha por la libertad y la justicia a cargo de los apaches, que representan tanto a pueblos indígenas como a pueblos negros

Texto y fotos: Kau Sirenio

El grito de independencia en San Luis Acatlán se suspendió por la contingencia de la covid-19, en esta población de la Costa Chica de Guerrero.

Cada año el ayuntamiento celebraba la fiesta patria con la danza de los apaches y una tribuna libre para que la población expresara su inconformidad ante el cabildo, pero este año en las escalinatas que conducen al edificio del municipio sólo lució una lona gigante con la leyenda: “Alerta: Zona de alto riesgo por la covid-19”. 

A esta explanada municipal llegaba la multitud a celebrar la fiesta patria. Empezaba con programas culturales y terminaba con la tradicional danza de los apaches, que representan a los indígenas y esclavos de la época colonial.

Pero la cabecera municipal no fue el único espacio que lució solitario, sino que también en las comunidades del municipio imperó el silencio.

“El ayuntamiento debió organizar el grito de la independencia. ¡Cómo es posible que en las comunidades el alcalde esté inaugurando obras acompañado de su cabildo y no pueda organizar un acto histórico y político en la historia de este pueblo!”, dijo molesto el maestro de historia de una secundaria en San Luis Acatlán, Luis Enrique García Vázquez. 

García Vázquez es sobrino del legendario guerrillero Genaro Vázquez Rojas y participa cada año en la organización de la fiesta patria.

“Lo cierto es que durante agosto, en San Luis Acatlán estuvimos en foco rojo por la pandemia, eso no lo podemos negar”, reconoce. “Pero el alcalde promueve la aglomeración en las comunidades y se le dio por ser cauteloso en esta noche”. 

Por órdenes de Hernán Cortés, Pedro de Alvarado organizó la primera villa de españoles en el Pacífico. Los misioneros la bautizaron con el nombre de Villa de San Luis por ser día de Luis IX, Rey de Francia, cuando los soldados españoles tomaron este lugar. El mismo Cortés lo designó como el Sexto Ayuntamiento de la Nueva España.

En 1531, los yopes tomaron por asalto la villa de San Luis para recuperar sus tierras y su honor. Antes de que los españoles llegaran a esta región, los pueblos eran indomables, ni siquiera los nahuas lograron someterlos. De ahí surge lo que ahora es la danza de los apaches, la mezcla entre los pueblos negros e indígenas. Esta expresión dancística nació en Azoyú, Guerrero, pero se presenta en la fiesta patria en la Costa Chica de Guerrero y Oaxaca. 

La batalla por la libertad

Con arcos y lanzas en mano desfilan por las principales calles de Cuanacaxtitlán, acompañados de la Malinche y la Reina de la fiesta patria, seguidos por la banda de música de vientos, y el consejo de los señores principales. Mientras que en la retaguardia la comunidad estudiantil con antorchas y faroles reconstruyen la escena del inicio de la independencia de México. Son escenas que sucedieron hasta hace un año, porque ahora las calles lucieron oscuras y sin el menor ruido; la pandemia de la covid-19 obligó a que todos se guardaran en sus casas. 

Las plumas, el arco, las flechas y las faldas representan a los pueblos indígenas. El color oscuro con que se pitan y el sonido que sueltan con la lengua pertenecen a los pueblos negros. Así son los Apaches que se combinan entre los yopes y los negros de la Costa Chica de Guerrero y Oaxaca.

Es una escenificación de la batalla por la libertad de los pueblos entre las comunidades indígenas y negras en contra de los españoles, los días 15 y 16 de septiembre, con el fin de festejar la libertad y abolir la esclavitud.

Los Apaches se presentan durante la noche del grito de la independencia con el fin de revivir la lucha de los indígenas por la libertad y la justicia, durante los años de dominación española. 

Los integrantes de esta danza se presentan como los herederos de los yopes –ahora conocidos como los me’phaa (tlapanecos)– que se establecieron en la ribera del río Papagayo y de La Sabana. 

Ellos son hombres que se pintan todo su cuerpo de negro, usan una falda de color rojo, así como arcos y flechas, además de que se acompañan con La Malinche.

La palabra “Apache” para muchos significa enemigo, con esta palabra se designaba específicamente a las tribus del norte y que ocasionalmente merodeaban el territorio mexicano.
Durante el baile parecen temidos por su belicosidad y por su astucia guerrera, regularmente se aprovechan para azuzar a los asistentes. 

En la Costa chica esta danza se baila en todas las comunidades indígenas y negras. Así ocurre en Cuanacaxtitlán, Yoloyoxochitl, San Luis Acatlán, Azoyú, Juchitán, Ometepec, Marquelia, Xochistlahuaca y Tlacoachistlahuaca. 

En la costa de Guerrero, nadie sabe de la existencia de los chichimecas, tribus y naciones nómadas y seminómadas del norte, porque a los apaches algunos los llaman los yopes. También les dicen “los padres de la patria” porque nunca se dejaron someter ni por el imperio mexica, ni por los españoles.

“No queda de otra que organizar bien la fiesta patria para el próximo año, porque la danza apache debe seguir mostrando su cultura y resistencia. Así como lo hicieron durante años de la dominación de la corona española”, apunta Luis Enrique.

Periodista ñuu savi originario de la Costa Chica de Guerrero. Fue reportero del periódico El Sur de Acapulco y La Jornada Guerrero, locutor de programa bilingüe Tatyi Savi (voz de la lluvia) en Radio y Televisión de Guerrero y Radio Universidad Autónoma de Guerrero XEUAG en lengua tu’un savi. Actualmente es reportero del semanario Trinchera.