9 diciembre, 2021
Una automovilista que se pasó el alto atropelló a José Alejandro Álvarez y le causó quemaduras que le impiden mover uno de sus brazos. Mientras estaba sedado en el hospital, una agente ministerial plasmó la huella del hombre para darle el perdón a la conductora. Sin poder trabajar vive de la pepena con su familia en un asentamiento irregular
Texto y fotos: Claudia Arriaga
MÉRIDA, YUCATÁN.- José Alejandro Álvarez está seguro de que, en 2019, tras ser hospitalizado por sufrir un accidente vial, la agente Blanca G. E. A., de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Yucatán, aprovechó que estaba sedado en el hospital para plasmar la huella del hombre en la hoja del perdón. Con esa acción, denuncia, le negaron el acceso a la justicia y a la reparación del daño. Ahora vive de la pepena y se mudó a un asentamiento irregular con su esposa y tres hijos menores de edad.
Fue el 9 de julio de hace dos años, que un automóvil que no respetó la señal de alto, lo impactó mientras manejaba su mototaxi. José quedó debajo del vehículo, le explotó el radiador encima, se quemó parte de su cuerpo y prácticamente se destrozó su brazo izquierdo. Al salir del hospital sólo tenía deudas y ya no podía pagar la casa que rentaba.
“Estuve dos meses sin trabajar y al mes del accidente nos pidieron la casa, mi esposa María y yo no podíamos pagar la renta. Nos quedamos con mi mamá un tiempo y luego nos fuimos a la invasión. Trabajo de recoger y vender botellas de plástico, vidrio y cartón que vendo, no puedo trabajar de nada, mi brazo no tiene fuerza, no lo puedo ni sostener”.
José Alejandro Álvarez.
Existen contradicciones en la carpeta de investigación 988/2019, las cuales sustentan la denuncia de corrupción de José. Por ejemplo, las horas de diferencia entre las visitas que recibió por parte de las autoridades y la presunta huella del perdón.
El 10 de julio a la 1 de la tarde, un día después de que lo atropellaron, acudió un fiscal a visitarlo al Hospital General Agustín O´Horán. El mismo agente asentó en el acta que José no podía firmar ni mover los brazos por las lesiones, y que iría a denunciar al salir del hospital.
Horas más tarde, a las 8:30 de la noche, la fiscal Blanca G.E.A también fue al hospital y le llevó la hoja en la que plasmó su huella para otorgar el perdón. José insistió en que estaba sedado y ella se aprovechó.
“Yo iba a la Fiscalía y me decían que la carpeta estaba en investigación, así pasaron los años y me daban largas. Hasta que hace dos meses acudí con un licenciado y nos entregaron la carpeta, ahí salió una hoja donde supuestamente otorgué el perdón al día siguiente del accidente, pero no es posible porque yo estaba sedado en el hospital”.
José Alejandro Álvarez.
El abogado del denunciante, Moisés Velázquez, calificó la actuación de la agente como un acto de corrupción para beneficiar a la aseguradora, ya que no pagará los gastos de las dos cirugías que le faltaron al joven.
“Nos encontramos ante un posible hecho de corrupción en beneficio de las aseguradoras, que es más común de lo que creemos. Se dejó a un padre de familia totalmente incapacitado de su brazo izquierdo, quien todavía presenta la fractura que fue diagnostica y en prejuicio de tres menores hijos”, declaró.
“Cambiaron totalmente la vida que tenía, de una persona humilde y trabajadora, que podía cumplir con sus obligaciones como padre. Orillándolos incluso a vivir en un terreno por ahí que encontraron, en una casa de cartón y plástico. Lo que buscamos es que sea revocado este acuerdo en el que se tiene por otorgado el perdón”,
Moisés Velázquez, abogado de José Alejandro.
José pagó 8 mil pesos para que lo trasladaran del hospital público al privado. Además, luego de los dos meses que estuvo hospitalizado en la Clínica Mérida le dieron una prealta. Regresó a la consulta de seguimiento y tras atenderlo le cobraron el lavado quirúrgico que le hicieron y las transfusiones de sangre. El seguro ya no cubrió sus gastos y la conductora responsable del accidente sólo estuvo un día en los separos.
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