30 mayo, 2024
En los últimos años las calles de Chilpancingo se han embellecido con la lluvida de Oro, sin embargi, detrás de sus flores, se esconden los peligros de una especie invasora
Texto y foto: Alberto Ramírez
CHILPANCINGO.- En la ciudad de Chilpancingo, como en muchas ciudades del país, plantaron Lluvia de oro en las calles principales con la finalidad de que, al florecer adornen la capital con su color amarillo dorado.
En el Andador Emiliano Zapata, en el centro de la ciudad, están plantados algunos de estos árboles y cuando florecen, capitalinos y foráneos posan para tomarse fotos junto a él. En el Parque de la Avispa también hay otros de estos árboles que adornan el lugar, otros más están en el Barrio de San Mateo, también en la colonia San Juan y en muchos puntos de la ciudad.
La principal finalidad que se tiene al plantar un árbol de esta especie es para adornar las calles, avenidas y parques de las ciudades, aunque su madera también es usada para la carpintería, para hacer postes, o fabircar mangos de algunas herramientas; en construcciones, y hasta como combustibles. Algunas personas utilizan la pulpa del fruto como laxante.
De acuerdo con la bióloga Marisol Castro, egresada de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro), los árboles exóticos, como la lluvia de oro, afectan el ecosistema porque pueden convertirse en invasores, es decir, desplazar a especies de plantas nativas.
La lluvia de oro, como otros árboles exóticos, tiene la capacidad de adaptarse muy bien y su germinación es muy alta, esa es una de las razones por las cuales son usados para embellecer las ciudades, sin embargo, se corre el riesgo de que se vuelvan invasores.
Al sustituir las especias de plantas nativas por especies exóticas se rompe con las redes de interacción entre las especies, ya que las plantas están relacionadas y asociadas a ciertas especies de animales, hongos, bacterias y virus, explicó la bióloga.
“Estas redes de interacción tienen millones de años de evolución y están adaptadas al medio. Entonces cuando quitas la vegetación nativa o natural, estás eliminando esas relaciones que hacen posible que los ecosistemas funcionen y nos provean de alimento, vestido, agua y todos los servicios ecosistémicos”.
bióloga Marisol Castro
La bióloga dijo que hay animales que se alimentan de los frutos o flores de plantas nativas, al sustituirlas por una especie exótica, ese animal podría adaptarse a otro alimento y al hacerlo podría enfermarse y morir e incluso existe el riesgo de extinguirse de manera local o general si su dieta es específica.
Eso puede suceder si en la ciudad se introducen más plantas exóticas, en el caso del lugar donde están plantados los árboles de lluvia de oro, anteriormente existían otros árboles, pero fueron sustituidos ya que las ramas alcanzaban los cables y rompían banquetas, cosas que la lluvia de oro no hace.
La lluvia de oro, como es conocida comúnmente en la ciudad de Chilpancingo y en varios lugares de México, es un árbol exótico proveniente de Asia, introducido en nuestro país con fines ornamentales para adornar las calles con sus vistosas y hermosas flores amarillas.
Su nombre científico es Cassia fistula, pero en otras partes del continente americano también lo conocen como flor de santuario, caña fístula, flor de mayo, hoja sen, entre otros.
De acuerdo con la información del portal de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), este árbol es nativo de la India y se cultiva en las costas de México.
Mide de 10 a 15 metros de altura y hasta 45 centímetros de diámetro, sus flores son color amarillo dorado, los que forman racimos colgantes y largos, también tiene vainas de 37 a 60 centímetros de longitud.
Esta nota fue publicada originalmente en AMAPOLA, que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes ver la publicación original.
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