7 febrero, 2023
La comunidad de El Bosque, en Tabasco, quedará sepultada bajo el agua gracias a un fenómeno conocido como erosión marina que se ha fortalecido gracias al calentamiento climático. Hoy ya hay casas y escuelas bajo el mar, desde hace cuatro años sus habitantes piden ayuda, pero el pueblo aún no cuenta con un plan de reubicación
Texto: Arturo Contreras Camero
Fotos: Cortesía, Cristina Pacheco
CIUDAD DE MÉXICO.- El 24 de diciembre el mar se llevó dos cuartos de la casa de Cristina Pacheco. Poco después, se llevó el comedor, la sala y la cocina. Así hizo también con la primaria y la secundaria de la comunidad de El Bosque, en Tabasco. Lo mismo con otras 20 casas unos meses antes.
Hace cuatro años, los habitantes de la comunidad se dieron cuenta que la marea subía, pero ya no bajaba. No entendían por qué, pero ahora lo asocian con el cambio climático. Desde entonces han buscado ayuda en todos los niveles de gobierno para ser reubicados, pero no han tenido respuesta.
“¡Nosotros estamos felices!”, cuenta por teléfono Cristina Pacheco después de enterarse que el tema se mencionó en la conferencia diaria del presidente López Obrador del lunes 6 de febrero. “Felices, pero preocupados. Si ya el presidente nos escuchó, pero que alguien venga y nos diga, aquí estamos, no. Estamos esperando a ver quién se apersona”.
Ese mismo lunes el presidente encomendó al secretario de Comunicaciones, Transporte e Infraestructura, Jorge Nuño que se ocupara de la situación, pues ese día asistió a la inauguración de un puente en Centla, el municipio donde está El Bosque. El secretario de Gobernación, Adán Augusto López también asistió al evento. Sin embargo, ninguno viajó la hora de carretera que separa al puente de la comunidad para visitarlos. Lo único que vieron los vecinos de El Bosque fue un helicóptero sobrevolar la costa donde aún viven algunas familias.
Cristina Pacheco llegó a El Bosque un par de años después de que se empezaran a asentar las primeras familias en la colonia, hace 40 años. “Antes caminábamos 20 minutos para llegar a la mar, había una pinera y zacate, pero se fue acercando el mar y para febrero del año pasado (2022) empezó a entrar a las casas”, cuenta sobre la colonia que hasta hace un año albergó a más de 80 familias y 300 personas
Aunque entonces no lo parecía, El Bosque se asentó en una zona vulnerable, en la punta del delta donde el Grijalva, el río más caudaloso del país, desemboca al Golfo de México. Ahí, los sedimentos arrastrados por el río tienen gran dinamismo, lo que hace que a través de los años la línea costera se modifique, según explica la doctora Lilia Gama, bióloga especializada en ecología y recursos bióticos de la Universidad Juárez de Tabasco. Ella ha estudiado el caso de El Bosque, pero a pesar de ello, reconoce que lo que está pasando va a un paso fuera de lo normal.
“Lo que es cierto, es que hoy éstas dinámicas se están acelerando porque los cambios globales las están haciendo más potentes. Digamos que los eventos que llamaríamos ‘naturales’, en este caso particularmente lo que ellos llaman como Nortes, también conocidos como frentes fríos de invierno”, explica la doctora en una entrevista con Pie de Página.
“Esto va a suceder por diferentes motivos y en diferentes lugares, siempre asociado al Cambio Climático. Ya está pasando en pequeñas islitas en el Pacífico y en diferentes lugares en donde el tema ya les está llegando, y el primer problema que tienen es que ya no tienen agua, porque como está subiendo el mar, pues el manto freático se vuelve muy salino y tienen que reubicarlos, no hay de otra, no hay otros remedios”, alerta.
A pesar de esta información, ninguna autoridad ha presentado un plan de reubicación. Este lunes, la alcaldesa de Centla, Lluvia Salas López, dijo que aún se trabaja en un proyecto de reubicación de 50 familias de la comunidad. También aseguró que, supuestamente este proyecto se hace en coordinación con los tres niveles de gobierno, pero hasta el momento ningún funcionario se ha acercado a los pobladores de El Bosque.
“La gente que aún está allá es porque no tienen para donde ir ni la posibilidad de moverse. Ya varios se han ido con familiares que los pueden recibir. A mí, mi cuñado me rentó un espacio, en realidad pago muy poco, pero al menos estoy segura y aquí puedo tener a mi mamá que tiene 80 años”, dice sobre la situación de los pobladores y la suya misma, la señora Pacheco.
Ella llegó a la colonia cuando tenía 8 años y las casas aún eran de lámina y de cartón.
“Ahí crecí y ahí me casé. Antes la colonia era muy productiva, por la pesca, había mucho modo de subsistir ahí, lo que ya no. La pesca no es la misma de antes, antes había más producción y había más gente que llegaba y transportaba el pescado. Jalando cajas, metiéndole en bodegas, nos daban por el día y además nos dábamos pescado y con eso íbamos saliendo al día”.
Hoy, en el horizonte de la costa de El Bosque se miran torres de extracción petrolera y una costa arrasada. Ya no hay jaiba ni camarón. Las lanchas pesqueras pasan muy de vez en cuando y ya no cargan lo que antes. Ahora las playas son cada vez más angostas, e incluso podrían desaparecer.
Periodista en constante búsqueda de la mejor manera de contar cada historia y así dar un servicio a la ciudadanía. Analizo bases de datos y hago gráficas; narro vivencias que dan sentido a nuestra realidad.
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