La desaparición de los tres empleados de un Samborns en la Ciudad de México demuestra que estos crímenes ocurren como algo cotidiano en la capital del país, advierten activistas. Las autoridades silencian el problema, acusan
Texto: Andro Aguilar
Foto: María Ruiz
La desaparición de personas en la Ciudad de México no es algo extraordinario. Que tres empleados de Sanborns desaparezcan al mismo tiempo, frente a una plaza comercial, demuestra que en la capital del país sus habitantes son desaparecidos en la cotidianidad.
Así lo explica Mitzi Elizabeth Robles Rodríguez, integrante del Colectivo Hasta Encontrarles CDMX, una agrupación creada en marzo de 2018 ante el incremento de este delito.
“Cada vez que sucede una desaparición vamos teniendo más certeza de que no son desapariciones aisladas. En el caso específico de Ángel, Leonel y Jesús, es evidente que no es una desaparición que pueda pasar desapercibida. Son tres personas que desaparecen en el mismo lugar, al mismo tiempo y que además coinciden en el lugar de trabajo”.
Pie de Página dio a conocer que tres empleados del Sanborns del Parque Lindavista, en el norte de la ciudad, desaparecieron después de salir de trabajar. No hay rastro de ellos desde hace dos meses. Sus nombres son Ángel Gerardo Ramírez Chaufón, Jesús Armando Reyes Escobar y Leonel Báez Martínez.
Las familias de estos jóvenes se unieron al Colectivo Hasta Encontrarles CDMX, que acompaña desde marzo de 2018 11 desapariciones de personas en Ciudad de México.
MItzi Elizabeth explica que cuando se levantan las denuncias las autoridades muestran poca intuición acerca del contexto en donde suceden las desapariciones, información que permita sacar conclusiones que ayuden en la investigación.
“Es una desaparición compleja, son tres personas, en el mismo lugar, al mismo tiempo. Son hombres y con el contexto de violencia y crimen que a todas luces está sucediendo en la Ciudad de México. Es ridículo pensar que independientemente de la hora no se pueda tener una pista cuando tenemos caras, es una zona comercial, hay una estación de Metrobús cercana”.
La integrante del colectivo destaca dos carencias de las autoridades en la atención de las desapariciones. Una es que falta infraestructura pese a la cantidad de cámaras -en el caso de los tres empleados del Sanborns, el argumento de las autoridades es que la cámara es demasiado “viejita” para que se distingan las imágenes.
El otro común denominador es la opacidad de las autoridades. En la mayoría de los casos que las víctimas piden que se revisen las grabaciones, el argumento es que las cámaras no sirven.
“Podemos ver que hay una negligencia por parte de las autoridades, pero también hay una falta de voluntad por mantener los recursos que se requieren para evitar estos tipos de delitos”, señala.
-¿La desaparición de personas tomó por sorpresa a las actuales autoridades?
-No creo que los haya tomado por sorpresa. Las desapariciones en la Ciudad de México ya estaban pasando. Me parece que sí hay una política de silenciamiento del problema, que no hay un reconocimiento político por parte de las autoridades. Cuando se dio el cambio de administración de gobierno local, la excusa que teníamos fue que estaban entrando, que necesitaban tiempo. Todas eran remanencias de los gobiernos anteriores, es lo que hemos escuchado incluso a nivel federal. Pero llevamos un año tratando de insistir con las autoridades de que le den celeridad a las búsquedas. Las respuestas han sido las mismas: que los gobiernos anteriores.
Las respuestas de las autoridades, lamenta Mitzi, se reducen a lo burocrático, lamenta.
«Nosotros les llamamos investigaciones de escritorio porque realmente no salen a investigar. Tampoco salen a buscar a las personas desaparecidas. Lo más grave es que por parte de las autoridades, y cuando digo autoridades me refiero desde el policía de investigación, el MP, hasta la fiscal general de la Ciudad de México (Ernestina Godoy), no tienen la sensibilidad ni la capacidad para reconocer que no se está haciendo nada para resolver los casos de desaparición. Tampoco saben qué hacer.
En la capital del país, señala, hay una incapacidad para reconocer que no saben cómo atender las desapariciones.
«Nuestra pregunta constante siempre ha sido: ¿Que van a hacer frente al fenómeno que está sucediendo?, que cada vez es más visible y que cada vez es más difícil de ocultar. ¿Cómo ocultas que desaparecen tres personas al mismo tiempo y en el mismo lugar?», cuestiona.
La activista insiste en la importancia de que las autoridades observen los contextosy establezcan patrones en las desapariciones.
Además, falta hacer la información disponible.
«No tenemos cifras de las desapariciones de la Ciudad de México. La fiscalía tiene la capacidad de dar esa información, no la hemos obtenido y por eso decimos que hay una política de silenciamiento y de no reconocimiento de la situación».
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