Con el fin de analizar, prevenir y atender los efectos diferenciados de la corrupción en las mujeres en toda su diversidad, organizaciones y colectivas defensoras de derechos humanos han articulado la Red Tejiendo Anticorrupción, y propone salidas colectivas a esta problemática compleja

Texto y fotos: Andrea Amaya

CIUDAD DE MÉXICO. — La Red Tejiendo Anticorrupción busca abanderar la lucha contra la corrupción como pilar para el buen vivir de las mujeres en su diversidad, bajo enfoques de género, interseccionalidad e interculturalidad.

En palabras de Sharon Espíndola, de Controla Tu Gobierno, esta red surge como resultado de una investigación en la que participaron alrededor de cuatro organizaciones, las cuales cuestionaron cómo la corrupción afecta sus luchas.

Esta es la historia.

Un abordaje colectivo a la corrupción

A partir de ese encuentro, se gestó la idea de una alianza entre colectivas y organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres, además de proponer un nuevo concepto de corrupción:

«Visualizamos este concepto desde el sentir cuerpo-territorio de las mujeres en su diversidad, como una enfermedad que nos da miedo, nos aísla y nos enoja. La red es el siguiente paso: al identificar que los enfoques tradicionales —academicistas o economicistas— solo ven afectaciones económicas, nos dimos cuenta de que también hay impactos en nuestros cuerpos y territorios. Por eso, la Red Tejiendo Anticorrupción une a diversas organizaciones para politizar este concepto y proponer estrategias anticorrupción de forma colectiva», enfatizó Espíndola.

Guadalupe Azuara, de la Colectiva Tetik Siuatl, destacó que la visión de estas organizaciones trasciende los conceptos economicistas e institucionales:

«Esta red retoma el sentipensar de las mujeres. Un acto de corrupción no solo afecta el gasto público, sino que daña vidas, especialmente las de las mujeres en su diversidad, en un Estado que invisibiliza nuestras necesidades. Aunque existen leyes que promueven la igualdad, un recurso mal utilizado puede costar ese derecho. Por eso, debemos poner en el centro las vidas humanas al hablar de corrupción. Una frase clave de la red es: ninguna lucha por los derechos humanos se concretará sin tejer anticorrupción».

¿Cuál será la labor de esta red y cómo funcionará?

En entrevista para Pie de Página, Guadalupe Azuara señaló que su primer objetivo es visibilizar y posicionar el concepto en la agenda pública, para después sumar más organizaciones y expandir la red a nivel nacional, priorizando a las periferias y el impacto diferenciado en las mujeres.

Actualmente, la alianza tiene presencia en Ciudad de México, Estado de México, Puebla, Hidalgo, Tlaxcala y Oaxaca, e incluye a organizaciones como Balance A.C., Bios: Participación Política y Desarrollo A.C., Colectiva Feminista de la Huasteca «Tetik Siuatl», Controla Tu Gobierno A.C., Fundar. Centro de Análisis e Investigación, entre otras.

Sharon Espíndola añadió que su pilar principal es impulsar su propuesta conceptual: «Estamos generando espacios de diálogo y reflexión sobre cómo la corrupción afecta a las mujeres. Sabemos que es una apuesta política y social; por ahora nos organizamos, pero seguiremos trabajando a corto, mediano y largo plazo».

¿Cuál es su visión a mediano y largo plazo?

Espíndola subrayó que buscan colaborar con gobiernos en políticas públicas anticorrupción, además de fortalecer alianzas con organizaciones, medios y tomadores de decisiones:

«Queremos demostrar que la corrupción no solo tiene impactos económicos, sino que destruye vidas. En un contexto donde el Sistema Nacional Anticorrupción está en transición, acercaremos nuestras propuestas al nuevo gobierno», explicó.

Guadalupe Azuara concluyó:

«Aspiramos a reducir la desigualdad. Necesitamos que los tomadores de decisiones comprendan nuestra visión: la corrupción es transversal. Afecta desde la lucha por el agua hasta la defensa del territorio o la igualdad de género. Y ese efecto… nos cuesta vidas».