Karla y Magda detenidas en la Okupa Cuba denuncian hostigamiento institucional: CNDH busca regresarlas a prisión por daños a un inmueble que no tomaron.
Texto y fotos: Isabel Briseño
CIUDAD DE MÉXICO.- Lo primero que hay que tener claro en esta historia es que no; Karla Tello y Magda Soberanes no tomaron el edificio de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
“El inmueble ubicado en la calle República de Cuba número 60, en la Ciudad de México, fue tomado el 7 de septiembre de 2020 por madres hartas; madres de víctimas hartas de las omisiones, de la falta de respuestas, de la negligencia por quienes supuestamente defienden los derechos humanos”, dice Karla Tello.
Después de haber estado privadas de su libertad durante casi un año. Las activistas y sus abogados denuncian que el organismo encargado de defender los derechos humanos de las personas busca abrir otro proceso penal en su contra por presunto daño a un inmueble histórico.
Después de dos semanas en la casa okupa y diez meses en prisión, sigue viva la historia de dos activistas que lo único que buscaban era refugio.
Cómo muchas mujeres que escapan de sus agresores y no tienen un lugar donde resguardarse, Karla y Magda, llegaron a la Okupa Cuba Casa de Refugio, debido a las diversas violencias que vivieron.
Era 15 de abril de 2022 Karla regresaba de vender playeras en la Glorieta de Insurgentes, Magda dormía en uno de los cuartos de la Okupa Cuba, había llegado del hospital privado en el que trabajaba.
Alrededor de las ocho de la noche, Karla Tello tocó a la puerta de su compañera Magda Soberanes con la noticia de que había un operativo policial afuera del edificio.
Sin orden de cateo ni orden de aprehensión, fueron arrestadas de manera violenta sin darles ninguna explicación.
Karla no puede describir lo que sintió en el momento de la detención. “Lo único que quería era protegernos. Sentí mucho miedo, incertidumbre, ¿que hicimos para que nos saquen de esta forma?”, se cuestionó la joven.
Luego de haber sido golpeadas dentro de las instalaciones de la Okupa, fueron llevadas a la alcaldía Benito Juárez.
Magda llegó el 29 de marzo de 2022 a la Okupa porque su ex pareja intentó asesinarla con un cuchillo. La joven quedó en shock al ver más de 200 elementos golpeando la puerta y amenazándolas, “ya las chingamos”, les gritaron desde afuera.
Soberanes tuvo miedo a lo peor y pensó de inmediato en pedir a sus familiares la ayuda de un abogado. “En ningún caso de feminicidio, desaparición, secuestro, nunca van tantos elementos a detener a un feminicida”.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos es uno de los órganos responsable de promover y proteger los derechos humanos, en especial ante la perpetración de abusos por parte de funcionarios públicos o del Estado.
Las activistas coinciden en que lo peor que vivieron en el penal de Santa Martha, fue el recibimiento. El traslado fue inhumano, señala Magda, desde que fueron llevadas de la alcaldía Benito Juárez a Santa Marta en un vehículo para criminales de alta peligrosidad.
Al llegar al centro de reinserción, Karla y Magda relatan que fueron obligadas a permanecer por más de una hora en posiciones de tortura. Karla nunca fue atendida por la lesión en la espalda ocasionada por los golpes que recibió durante el desalojo.
Durante la primera semana en prisión no tuvieron alimentos ni agua, dormían con una cobija sin colchoneta y desde que ingresaron aquel 17 abril tuvieron la primera visita de su familia hasta una semana después.
El castigo fue el aislamiento. Dos meses estuvieron en completo aislamiento, sin poder hablar ni ver a nadie. Seis meses de los casi diez que permanecieron privadas de su libertad, no pudieron hablar ni convivir con las demás presas, estuvieron en aislamiento juntas.
“La indicación de tratarnos mal fue dada desde arriba, gente externa a las propias autoridades del reclusorio, dio la consigna de negarles todo” según lo que una de las custodias les dijo a las activistas.
El pasado 24 de febrero, las jóvenes salieron del penal de Santha Martha Acatitla. estuvieron privadas de la libertad durante 315 días por robo y daño a la propiedad.
Acusadas por una particular que fue agredida dentro de su automóvil afuera del inmueble de la CNDH, su defensa logró que llevaran el proceso en libertad condicional.
“Ahora que estamos libres, no les gusta que sigamos alzando la voz nombrando esta serie de injusticias y violaciones que hubieron en todo nuestro proceso”.
Karla y Magda enfrentan un nuevo proceso penal por el que podrían regresar a prisión. La CNDH intenta acusar a las activistas por despojo y daños a monumentos históricos, pide como indemnización la cifra de 700 mil pesos.
Después de cinco audiencias, no se les ha imputado ningún cargo, pero las jóvenes aseguran que la CNDH está buscando cualquier cosa para regresarlas a prisión.
A través de un comunicado conjunto, las activistas sostienen: “Aunque nosotras no participamos en la toma de las instalaciones, fue completamente legítima. La indolencia e ineficacia de la CNDH ante las violaciones de los derechos humanos que todo familiar de una víctima de feminicidio debe enfrentar en su búsqueda por la justicia es motivo suficiente”. Por ello, defienden el acto político.
https://docs.google.com/document/d/1E0aFoAkX3VsDD1oV8G5kcH_N2Prue9kFhzlb3Ad4z0s/edit
El día que recuperaron su libertad declararon que son mujeres rebeldes que no se dejaron doblegar ante nadie y que las violaciones e injusticias durante su proceso habían fortalecido sus ideales. Pero desde que salieron no han tenido un día de descanso y menos con este nuevo proceso.
Las activistas esperan que ya las dejen continuar con su vida. También piden un proceso justo como para cualquier otro ciudadano y que las absuelvan porque recalcan:
“No hicimos nada por lo que nos quieren imputar pero hay órdenes de más arriba de no dejarnos en paz”.
“Es increíble que la CNDH, esté deseando encarcelar a defensoras de derechos humanos, porque no estoy alineada al sistema, porque yo sí hago la chamba que no hacen ellos, esa es la diferencia entre unos defensores y otros”, Magda.
“Para todo el movimiento feminista en Mexico y hasta internacinal, la toma de la Okupa Cuba tuvo un impacto fuerte, las madres de víctimas le quitaron el edificio a una institucion que no da resultados”.
Existe un hartazgo por tanto feminicidio, la toma se hizo porque hay un Estado. El Estado en lugar proteger y defender, te deja al olvido, ante esta omisión e indolencia habemos mujeres que salimos a las calles a gritarle al gobierno que no estamos de acuerdo y que están haciendo mal las cosas. Las mujeres sobrevivimos a una sociedad muy violenta, y nosotras lo único que queremos es que pare esa violencia que nos mata.
Luchamos y si no es la forma en que las demás y los demás consideran correcta, nosotras les preguntamos ¿Cuál es la forma correcta? ¿Cómo se han ganado las batallas? ¿Cómo hemos arrebatado y peleado por cada uno de nuestros derechos? Nunca hemos ganado nada pidiendo por favor las cosas.
Es increíble que piensen que es más grave dañar un edificio que quitarle o dañar la vida de una mujer.
Nunca me ha gustado que las historias felices se acaben por eso las preservo con mi cámara, y las historias dolorosas las registro para buscarles una respuesta.
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