Pohualizcalli es una escuela de cine y fotografia en Iztapalapa, única en el país; es un proyecto revolucionario que transformó la forma de aprender un arte casi negado para personas con pocos recursos
Por Duilio Rodríguez / X: @duiliorodriguez
Iztapalapa es una alcaldía de la que se habla mucho, lamentablemente muchas veces desde la estigmatización de sus habitantes, Iztapamata, Iztaparrata, Iztapasalsa, Iztapanaca, pero hay muchas historias de esta demarcación que vale la pena conocer y la de Pohualizcalli es una de ellas.
Desde hace un tiempo y cada vez con más frecuencia se escuchan los logros culturales y sociales de esta zona del oriente de Ciudad de México, que ha sido menospreciada y señalada de violenta.
Clara Brugada ganó las elecciones para jefa de gobierno de la Ciudad de México y dejó un buen legado cultural y comunitario como alcaldesa de Iztapalapa; el acceso al conocimiento y la práctica de la fotografía, el cine y las artes visuales, miles de murales y las orquestas.
En fotografía, todo comenzó en la Fábrica de Artes y Oficios de Oriente (FARO) hace más de 17 años, en donde el reconocido fotógrafo Jesús Villaseca daba un taller de foto.
Su trabajo como tallerista y como trabajador comunitario llamó la atención de Clara, quien lo invitó a desarrollar un nuevo proyecto cultural, – La escuela de cine y fotografia Pohualizcalli (Casa de las historias), que es única en México y probablemente en toda América.
Para que el proyecto funcionara se planteó que fuera gratuito, que contara con buenas instalaciones, equipamento y buenos profesores, además de permitir la entrada a personas de cualquier edad.
El 31 de agosto de 2020 se dio inicio a la escuela, la convocatoria para inscripciones sorprendió a todos y en pocos días fue un éxito con 746 alumnos inscritos en línea y de forma presencial.
Fue así que Jesús Villaseca se convirtió en el director y dio vida a uno de sus proyectos comunitarios más importantes.
Villaseca, asegura que es comunitario porque es gratuito, porque no hay clasismo, racismo, ni discriminación y todos valen lo mismo, no importa si eres rico, pobre o más pobre:
“Trabajamos para integrar a nuestra comunidad, para reconstruir el tejido social de nuestra alcaldía, que efectivamente sí ha sido una de las alcaldías más olvidadas, el patio trasero de la Ciudad de México” me comenta Jesús en una plática que tuvimos recientemente.
A las palabras de Jesús, le agregaría que se trata de un proyecto revolucionario que transformó la forma de aprender algo casi negado para personas con pocos recursos económicos.
La fotografía forma parte de un lenguaje cotidiano, en cierta forma sencillo de comprender y que en sus orígenes fue exclusivo de muy pocas personas que podían realizarlo por su costo de producción y realización.
Ahora es un poco más accesible, pero en algunos ámbitos profesionales como el periodismo o el cine sigue siendo caro o muy caro, porque requiere de una alta calidad técnica que se obtiene de equipos costosos y de la especialización de los realizadores.
La escuela en Iztapalapa cuenta con todo lo necesario para practicar y aprender.
Además, revoluciona la forma de relacionar a los profesores con los alumnos, es la única escuela donde los alumnos no tienen calificación, ahí se califica a los docentes.
Sí, profesores renombrados en la industria del cine, la fotografia, artes escénicas, son evaluados por los alumnos, al final lo que ellos quieren es aprender de los mejores y por esa razón los evalúan.
Acercar el conocimiento de la práctica fotográfica en lugares marginados históricamente, es una revolución cultural que está rindiendo frutos que alcanzan a otros países.
Una vez más, la frase “de Iztapalapa para el mundo”, se hace realidad, la escuela tiene alumnos de 19 países, Francia, Canadá, España y gran parte de centro y sur América.
De los alumnos de Iztapalapa se han formado dos cooperativas, una es una imprenta que ofrece la impresión de fotografías o materiales para exposiciones, libros y playeras; la otra es una productora para expresar los últimos deseos de una persona, una especie de herencia cultural o espiritual videograbada para sus familiares.
Estas empresas cooperativas son producto del aprendizaje que obtuvieron en la escuela, también están los alumnos que han trabajado en proyectos cinematográficos con productoras grandes como, Netflix, Amazon, HBO y otras.
Las nuevas instalaciones de la escuela
Todo esto que se enseña en las instalaciones de la Utopía Papalotl, ahora se hará posible en un nuevo espacio que se inaugurará en un mes aproximadamente. La nueva sede, podrá aceptar a 4 mil 600 personas, más del doble de lo que pueden aceptar ahora.
El lugar ya está casi terminado, se ubica en el centro de Iztapalapa frente a la catedral, en este espacio habrá una sala para 500 personas, laboratorios de post producción, tres foros de usos múltiples y muchas otras cosas indispensables para la enseñanza y práctica de cine y fotografía.
En la escuela Pohualizcalli se imparten 44 talleres, 13 son de fotografía fija: iniciación a la fotografía, técnicas antiguas, foto intermedia, fotografía artística, fotografía forense, fotografía documental, fotoperiodismo, fotografía de producto, fotografía de eventos sociales, fotografía para niños.
Las otras clases son para cine y artes escénicas: guión, realización, postproducción, corrección de color, cuatro talleres de actuación, iluminación alternativa, diseño sonoro, historia del cine mundial, análisis y crítica cinematográfica.
En otro contexto de la cultura, estan los artistas que pintan murales que rescatan la identidad de la comunidad, hay más de 11 mil en calles de barrios, pueblos, líneas del cablebus, metrobus y azoteas de la alcaldía.
Así, en comunidad y con ganas de acercar la cultura y la enseñanza, Iztapalapa da frutos que muy pronto se multiplicarán con la nueva escuela.
Si quieres saber más sobre las inscripciones a la escuela, sigue este enlace https://www.pohualizcalli.org/
Editor y fotógrafo documental, retrato, multimedia y vídeo. Dos veces ganador del Premio Nacional de Fotografía Rostros de la Discriminación.
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