Instrucciones para reprimir: el manual que encendió la rebelión en la UAM

26 abril, 2025

Tras masivas protestas, la UAM Azcapotzalco derogó su polémico instructivo de seguridad, acusado de criminalizar la protesta estudiantil. Colectivas feministas y organizadxs denuncian que las medidas represivas continúan, mientras exrector Lozano impulsa su campaña por la rectoría general. Unidades en paro exigen diálogo real y freno al autoritarismo

Texto: Luciana Oliver e Ignacio Ruiz

Foto: Ignacio Ruiz

CIUDAD DE MÉXICO. – Con un llamado al “orden y eficiencia”, se justificó la aprobación de un instructivo para la seguridad en las instalaciones de la Unidad Azcapotzalco. Este fue avalado el 16 de abril por el Consejo Académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM-Azcapotzalco) sin la articulación necesaria con las protestas de la comunidad universitaria, que ha mostrado su desaprobación hacia estas medidas desde hace varios años.

El instructivo, derogado el jueves 24 de abril tras contundentes manifestaciones, planteaba entre sus objetivos la concientización de “la comunidad universitaria y personas externas sobre la correcta utilización de las instalaciones, con el propósito de reducir riesgos y situaciones que comprometan la seguridad, en estricto apego a la normatividad institucional”.

Pero, ¿realmente un instructivo como este generaría un ambiente de “confianza y tranquilidad al interior” de la universidad? Las y los estudiantes de las diversas unidades de la Universidad Autónoma Metropolitana han respondido claramente: No.

Control estudiantil, los objetivos del instructivo

“Las medidas que ellos han tratado de poner son como tapar el sol con un dedo”, menciona un alumno de la UAM Azcapotzalco, a quien llamaremos Pedro para proteger su identidad.

“Tenemos acuerdos tomados durante el paro anterior. Se iban a tener ciertas puertas abiertas, en este caso las de la parte posterior de la universidad, sobre todo en altas horas de la noche, por el índice delictivo que hay. Ahí es donde generalmente asaltan, y la universidad no está cumpliendo con esos aspectos. Lo que ahora sucede es que lxs alumnxs tienen que dar la vuelta a toda la universidad, exponiéndose justamente a ese tipo de situaciones”, explica Pedro.

Para una alumna de la UAM Iztapalapa que pidió permanecer en el anonimato, la elaboración del instructivo “tiene que ver con la necesidad de la rectoría de Azcapotzalco de controlar las actividades del alumnado, especialmente por el conflicto que lleva un buen tiempo con lxs estudiantes comerciantes”.

Los antecedentes

Hace dos años, se llevó a cabo un paro feminista en las cinco unidades de la Universidad Autónoma Metropolitana, por lo que las tensiones en Azcapotzalco ya existían. Es necesario, entonces, analizar las condiciones que propiciaron la movilización actual.

La estudiante de la UAM Iztapalapa menciona que, “durante el paro feminista de hace dos años”, el entonces rector de la UAM Azcapotzalco, Óscar Lozano Carrillo, “presentó una salida pragmática y altamente violenta contra el movimiento estudiantil, por lo que esta fue la primera unidad en entregar las instalaciones. Esto permitió la recalendarización, lo que significó un golpe muy fuerte para los paros de ese momento”.

Hoy, Lozano aspira a la rectoría general, “y controlar ‘a lxs conflictivxs’ se presenta en campaña como una victoria”, señala nuestra entrevistada. Y añade: “Aunque, en el discurso, el instructivo se justifica por la demanda de seguridad surgida tras lo ocurrido en Xochimilco en septiembre del año pasado, en realidad responde a las necesidades políticas del exrector de Azcapotzalco en su camino hacia la rectoría general”.

Reglamento para reprimir

Tanto la Colectiva Feminista de Ciencias y Artes para el Diseño como la Colectiva de Feministas UAM Azcapotzalco han denunciado en redes sociales que el instructivo podría utilizarse para “reprimir la organización estudiantil, limitar protestas, manifestaciones o controlar el uso libre de nuestros espacios”.

De igual forma, el “Cubículo Estudiantil UAMi” y “Estudiantes Organizadxs de la UAM Iztapalapa”, en su pronunciamiento del 16 de abril de 2025, expresaron su indignación y rechazo, señalando:

“No podemos permitir que esta clase de reglamentos entren en vigor en ninguna de nuestras unidades, utilizando de manera maniquea la idea de ‘seguridad’”.

Durante la asamblea del sábado 26 de abril en la UAM Azcapotzalco —posteriormente cancelada y pospuesta para el lunes 28—, Pedro calificó el instructivo como “ambiguo”. El estudiante de Derecho en esa unidad comentó:

“La Secretaría ahora está facultada para tomar medidas disciplinarias. Sin embargo, el mismo instructivo no especifica qué sanciones se pueden imponer ni en qué casos”.

Los puntos

Las preocupaciones de lxs alumnxs de las diversas unidades de la UAM se centran en los siguientes puntos del instructivo:

Facultades excesivas de la Secretaría de Unidad:

  • Podrá definir el procedimiento para el ingreso y salida de personas externas.
  • Determinará horarios de acceso y permanencia en las instalaciones.
  • Podrá modificar, suspender o cancelar eventos autorizados, incluso bajo justificaciones como “emergencia” o “fuerza mayor”.

Pedro considera este uno de los puntos más graves: “Están transgrediendo derechos fundamentales consagrados en la Constitución, como la libre expresión y la libre reunión, ya que ahora la Secretaría puede cancelar asambleas”.

Identificación constante:

  • No solo se exigirá identificación al ingresar, sino que podrá solicitarse en cualquier momento durante la permanencia en el campus.

Restricciones al uso de espacios:

  • El artículo 12 obliga a la comunidad universitaria a “hacer uso adecuado de las instalaciones, mobiliario y equipo de la Unidad, de acuerdo con el uso para el que fueron previstas”, lo que podría limitar protestas y actividades de resistencia.
Como señala Pedro: “La Secretaría podría suspender o incluso expulsar a unx alumnx por poner un cartel en forma de manifestación”.El mismo artículo exige “evitar ofender, provocar o molestar con palabras o acciones que atenten contra la integridad de las personas”, una redacción ambigua que podría usarse para reprimir la disidencia.

La unidad entre los campus de la UAM

El 21 de abril inició un paro indefinido en la UAM Azcapotzalco, denunciando —según la Colectiva Feminista de Estudiantes de Ciencias y Artes para el Diseño— “la imposición de un instructivo que promueve el autoritarismo y la represión en lugar del diálogo”.

El 22 de abril, la UAM Iztapalapa comenzó un paro de 48 horas, y el 24 de abril se realizó una asamblea universitaria. En la UAM Xochimilco, el 23 de abril se aprobó un paro total por 48 horas.

El 25 de abril, las cinco unidades (Azcapotzalco, Xochimilco, Iztapalapa, Cuajimalpa y Lerma) protestaron frente a la Rectoría General de la UAM.

El 26 de abril, mientras en Azcapotzalco se pospuso la asamblea para el 28 de abril (donde se convocó a una asamblea InterUAM a las 13:00 h), en Xochimilco se decidió levantar el paro.

Pedro destaca el papel de las colectivas: “Desde el inicio, comenzaron a organizarse, primero internamente y luego públicamente, para articular este movimiento”.

Una problemática compartida

Francia, estudiante de Diseño Industrial en la UAM Azcapotzalco, señala que estas movilizaciones unificaron a colectivos de las cinco unidades: “El instructivo hizo visible a grupos que antes no lo eran y fortaleció la comunicación entre quienes percibían el riesgo de perder sus espacios de organización”.

Finalmente, Pedro reflexiona: “Vemos que universidades como el IPN, la UNAM, la BUAP, la UAEM y la UACM también enfrentan problemas con instructivos de seguridad. Esto no es solo un tema de ‘paristas que no quieren clases’, sino un problema sistémico que afecta a toda la comunidad estudiantil”.