Después de año y medio de clases en línea millones de niños volvieron a las aulas. Para algunos padres de familia, niños y comerciantes esto representó un alivio. Entre algunos docentes hay temor pero lo enfrentan con responsabilidad; piden compromiso el apoyo de los padres de familia
Texto: José Ignacio de Alba y María Ruiz
Fotos: Isabel Briseño y María Ruiz
CIUDAD DE MÉXICO Y MORELOS.- La calle de Mesones, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, es famosa porque por sus bien surtidas y baratas papelerías. Antes de que inicie cada ciclo escolara sus calles se abarrotan de padres de familia que acuden a comprar útiles escolares. Este mes de agosto, después de estar más de un año casi desierta, esta calle volvió a la vida, casi como en sus buenos años.
Sobre las banquetas la gente se aglomera en busca de los mejores precios de libretas y lápices. Las mochilas se vuelven de nuevo atractivas. Hay tanta gente que el tránsito vehicular queda en ocasiones estrangulado.
Ana Flores atiende una pequeña papelería en un puesto informal sobre la banqueta, atiende a decenas de clientes. A pesar de que es temprano las bolsas de su mandil están abultadas de billetes y monedas. La mujer está animosa porque el año pasado casi lo pierde todo. Cuando las clases se suspendieron la mujer tuvo que cerrar su puesto, pasados los meses y con las carencias acrecentadas la mujer se vio obligada a pedir trabajo como barrendera.
“Me metí de barrendera, tuve que trabajar de noche”. La mujer explica que trabajó para el gobierno de la Ciudad de México. De tener su propio negocio la mujer empezó a depender de un sueldo de mil doscientos pesos a la semana, por trabajar de diez de la noche a seis de la mañana.
Para Flores la vuelta a clases no solo es un alivio económico, con la entrada de sus dos hijos a clases piensa que sus hijos están mucho mejor. La mujer relata que las primeras semanas sus hijos atendieron clases por computadora, pero con la crisis tuvieron que vender el equipo de cómputo. Tampoco ella pudo solventar el pago del internet, incluso cuenta “hasta vendí los celulares, o atendíamos las clases o comíamos”. Ellos “pasaron de panzazo”.
La comerciante platica que está contenta, del puesto donde trabaja se mantiene no solo ella si no varias de sus hermanas y sobrinos. La economía familiar se ha saneado en solo un par de semanas, pero las ventas aún no alcanzan los niveles de hace tres años, Flores explica:
“Mucha gente tiene miedo de que vuelva la pandemia y por eso no se animan a comprar toda la lista de útiles, ahorita solamente se están llevando lo básico”
Ana Flores, comerciante.
La mujer está feliz de que sus hijos volvieron a clases “como yo estoy todo el día aquí si es importante que vayan a la escuela, porque yo no les puedo dedicar el tiempo suficiente”.
El gobierno federal estima que unos 25 millones de estudiantes volvieron a clases. En conferencia matutina el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo: “tenemos información que en las 32 entidades federativas se está iniciando el nuevo ciclo escolar, y en estas semanas se van a ir mejorando, se va a ir normalizando, los próximos días, y vamos a seguir mejorando la situación de las instalaciones educativas”.
Por la tarde se reportó que en los estados de Michoacán, Jalisco, Colima, Nayarit y Sinaloa, afectados por el Huracán Nora se tuvo que retrasar la entrada a clases.
En la conferencia matutina el presidente también recordó que “Este regreso a clases, aunque es necesario, justo, es también al mismo tiempo voluntario”. El gobierno federal mantendrá las clases en línea para los alumnos que opten por no asistir a clases presenciales.
El mandatario también aseguró “Es muy importante que las escuelas particulares reinicien clases. Celebramos que lo hagan, porque muchos han pasado por situaciones económicas muy difíciles”.
En muchos planteles la asistencia de alumnos fue poca, por ejemplo, en la escuela pública República de Líbano, ubicada en el Centro Histórico, solo asistieron 43 alumnos, de los 300 que tiene el plantel.
“A la mayoría le dio miedo, hoy solo vinieron muy poquitos niños”, cuenta Angélica Morales que tiene a una hija en República de Líbano.
Morales relata: “es muy estresante en la casa, la saturación del internet luego dejaba a mis hijos sin clases”. La mujer relata que cuando ella se iba a trabajar, todo el día, tenía que dejar a sus dos niños en la casa solos; con la esperanza de que se lograran conectar a internet para que se conectaran a sus clases.
«Les pedimos a los papás honestidad y compromiso»
En el estado de Morelos la escuela primaria Ignacio Allende abrió sus puertas a las ocho de la mañana. Las mamás fueron parte de Comités Participativos de Salud Escolar para mantener la sanidad en las instalaciones lo mejor posible por lo que entraron antes que nadie a las instalaciones. Ellas llevaron sus herramientas como cubetas, jabones, escobas… Las jornadas de limpieza promovidas por la Secretaría de Educación Pública (SEP) comenzaron desde el 11 de agosto. Para lograr los Comités la escuela organizó juntas por grado con las familias donde les explicaron qué medidas sanitarias deben cumplir. En esta escuela localizada en el poblado de Ocotepec, Morelos, buscan que las familias estén conscientes de que si se cuidan, cuidan a todos. Todos los días deberán repetir las rutinas de aseo y los turnos se van rolando entre familias sin importar si sus hijas e hijos asisten de manera presencial o virtual, todos deben participar.
El director Rubén Ortega cuenta que hasta el miércoles tendrá la cifra de deserción. Este lunes asistieron 119 alumnos a las clases presenciales. Aproximadamente el ciclo escolar pasado tenían 412 alumnos. Dice que lo que buscan es fomentar con los padres de familia el compromiso y la constancia con las clases, ya sean virtuales o presenciales. Se formaron dos grupos, una mitad asiste lunes y miércoles; la otra mitad martes y jueves; el viernes acuden los alumnos que presentan rezagos educativos.
No contamos con ningún acompañamiento de la Secretaría de Salud del estado de Morelos, únicamente nos proporcionaron el protocolo de proporcionado por Salubridad. Esperamos que en la semana se acerque el sector salud para conocer a qué problemáticas nos enfrentamos.
Este lunes el director Rubén fue el encargado de medir la temperatura junto a sus compañeras docentes de los y las alumnas que acudieron a la escuela.
«Les pedimos a los papás honestidad y compromiso. ¿Por qué honestidad? Porque necesitamos que nos digan la verdad, si tienen algún padecimiento o algún familiar enfermo, para que podamos tener las precauciones debidas y evitar complicaciones de salud» pide Ortega.
Al director le preocupa que sus docentes se enfermen por negligencias de cuidado. En caso de que un docente se enferme, éste se tendrá que ir a casa pero en caso de que sean más de dos o tres menciona que necesitaría apoyo de la SEP.
La integración entre los niños se ve mermada por las medidas de sana distancia. No pueden abrazarse, tocar sus caras, espacios entre ellas y ellos los separan al igual que el miedo. «El covid puede matar», dice una de las niñas que entró este 30 de agosto al grupo de primero de la primaria Ignacio Allende. Con regularidad y de todos los grupos piden salir al baño. Las maestras les permiten salir uno a una, una a uno, sin embargo hay momentos en los que se encuentran en los lavabos. «¡Ya son muchos en los lavabos!», les recuerda una maestra que interrumpe su clase para evocar la sana distancia.
Hubo adecuaciones en el plan educativo, uno de los puntos fundamentales fue crear estrategias adecuadas a cómo lleguen los niños, a lo que el director Ortega le llama plan remedial, un plan de emergencia contra el rezago educativo. Se aplicarán exámenes diagnósticos para saber cuáles son sus necesidades. Buscar qué no tienen bien dominado.
«No quiere decir que en el año de pandemia que pasó no aprendieron, sí aprendieron, tal vez no al mismo nivel como se aprende de manera presencial» comparte el director.
Una de las intenciones es que se sientan como en casa los alumnos. Que recuperen la confianza, por eso los docentes están dándole gran importancia a salud emocional. La secretaria Delfina Gómez presentó junto al ISSSTE una serie de herramientas socioemocionales para el regreso a clases. Varias de estas actividades se enfocan en que los infantes puedan reconocer sus emociones.
La profesora Cassandra Huicochea cuenta que entre sus compañeros y compañeras hay temor pero que ve que los niños llegaron muy conscientes de lo que es la enfermedad. A los papás les pide que si hay una mínima sospecha de que tienen algún síntoma no manden a los pequeños a la escuela.
Cassandra apuesta por la empatía y por manejar mucho la cuestión emocional, el poder darles la confianza y lograr que se sientan seguros en la escuela. «Muchas veces en una situación normal la escuela era el espacio donde se sentían seguros. Durante la pandemia estuvieron en la casa, vieron situaciones… buscamos tener actividades emocionales donde puedan expresar cómo se sienten. Es importante como maestros realizar actividades donde puedan identificar las emociones y que puedan expresarlas».
La profesora toma terapia psicológica porque considera que si ella está bien emocionalmente podrá reflejarlo con sus alumnos y lo tomarán de ejemplo: «Es importante que el maestro adquiera esa responsabilidad emocional para con sus alumnos»
El teléfono de la oficina del director Ortega suena. Es una mamá que le informa que se ha cambiado de domicilio por lo que su hijo ya no asistirá a esta escuela. «A partir del miércoles podré saber cuánta deserción voy a tener. Fueron muchas situaciones muy difíciles, pérdida de familiares, el trabajo, la vivienda, que ya no puedan pagar la renta y se tengan que cambiar… queramos o no todo esto nos afectó. Nos enteramos que este fin de semana dos niños vieron morir a su padre, ¿cómo llegarían esos niños hoy a la escuela?», se pregunta el directivo
La Secretaría de Educación Pública optó por establecer un rol de asistencia para los estudiantes, una semana acuden lunes, miércoles y viernes; y a la siguiente martes y jueves. Los demás días aún los atienden en línea. Por el momento las clases son de ocho de la mañana a once de la mañana.
Al terminar las clases la profesora Magda de Mesa Hernández adaptó un escritorio para dar las sesiones virtuales a los niños y niñas cuyas familias decidieron que no asistirían de manera presencial. Sacó un pupitre y lo coloco en un pasillo cercano a los únicos tres salones de la escuela en los que funciona el Internet. Ella no logra llegar a su casa en el tiempo que les dan entre clases presenciales y clases virtuales.
En la escuela Primaria Ignacio Allende las maestras piden a los papás y mamás que sean puntuales a la hora de la salida, ya que los docentes deben comenzar las clases virtuales una hora después de que finalizan las presenciales. En esta escuela optaron por avisar a las familias que en caso de no cumplir con esta petición los niños y niñas serán pasados de inmediato a la modalidad virtual.
Ayúdanos a sostener un periodismo ético y responsable, que sirva para construir mejores sociedades. Patrocina una historia y forma parte de nuestra comunidad.
Dona